Hola a todos! acá le dejo vídeos,para que comprendan mejor lo visto en clase y TEORÍA
Programa
de Historia de la Civilización de 2º año Objetivos
-
Entender a la historia como una Ciencia que estudia las sociedades humanas
pasadas y presentes. Analizar las fuentes históricas para su comprensión.
-
Identificar cambios y continuidades
en los aspectos, políticos, económicos, sociales y culturales en el pasaje del
Medioevo a la modernidad.
- Relacionar los
procesos de exploración geográfica y de expansión colonial con el
establecimiento de los Estados absolutistas, las transformaciones económicas y
las modificaciones en la sociedad estamental.
-
Conocer distintas interpretaciones
históricas y testimoniales sobre las conquistas y las resistencias de las
sociedades indígenas.
-
Identificar y valorar diversas
expresiones del mestizaje americano en lo político,
lo económico, lo social y lo cultural.
-
Describir las grandes
transformaciones científicas, tecnológicas, ideológicas, económicas, sociales y
políticas producidas desde fines del siglo XVII hasta principios del siglo XIX.
Contenidos:
Humanismo
y renacimiento. El Estado: desde la Edad Media al renacimiento. Cambios
políticos, culturales, sociales, económicos y crisis religiosas en Europa.
Expansión
oceánica europea. La hegemonía de la monarquía española. La reforma protestante
y su expansión. La contrarreforma.
La
economía urbana y sus vínculos con la economía rural. La sociedad aristocrática
y burguesa.
El estado azteca
o el estado inca. Organización de las formas
de gobierno, de la sociedad y de la
economía. Expansión territorial. Manifestaciones culturales y religiosas.
Grupos indígenas del actual territorio
argentino. Guaraníes y diaguitas.
La
influencia incaica en el territorio argentino.
Unidad
III: Relaciones e interacciones entre Europa y América
La llegada de los
españoles a América. La conquista de México y Perú. La conquista en el Río de la Plata. Fundación de Buenos Aires y el
gobierno de las ciudades: los cabildos. Las resistencias de los indígenas. Las
expediciones de los portugueses, ingleses, franceses y holandeses.
Distintas
perspectivas de la conquista de
América. El sistema colonial en la organización política, económica y
social. Mestizaje social, político, económico y cultural en América. El papel de la iglesia en América.
La centralización
monárquica. El origen divino de la monarquía. El barroco expresión artística de las monarquías y de la iglesia. El mercantilismo. La revolución científica. Los límites al absolutismo en Inglaterra: la monarquía parlamentaria.
En
La ilustración: principales ideas y representantes. Las reformas borbónicas en
América. La creación del Virreinato del Río de la Plata. La revolución
industrial; la fábrica y la burguesía industrial y los obreros.
Las revoluciones
políticas; la independencia de las Trece colonias inglesas de América del Norte
y la revolución francesa. Sus efectos políticos, económicos, sociales y
culturales en Europa y en América.
Unidad
I: Los estados europeos en la modernidad
Como venimos viendo en la última unidad del cuadernillo de 2º año de
Historia de la civilización, a partir del siglo XIV, la sociedad europea
comenzó atravesar un proceso que se caracterizó por la desintegración del mundo
feudal y la transición a una sociedad del tipo capitalista. Es decir se produce
el traspaso de la Edad Media a la Edad Moderna. Esto obedeció a varios
factores, como los demográficos, los económico-sociales, los políticos, los
geográficos y los científicos y tecnológicos, entre otros:
*Demográficos:
Crecimiento de la población en general, y de la
urbana en particular.
*Económico-sociales:
Aumento del comercio marítimo, de las ciudades
puerto y de la circulación monetaria. También se destaca la creciente
importancia de la burguesía, la disminución de las cargas serviles en algunas
regiones y la extensión del pago de salarios por el trabajo.
*Políticos: Surgimiento de los Estados Modernos, donde sobresalen las monarquías
absolutistas, con un poder centralizado.
*Geográficos: Descubrimiento de nuevas rutas marítimas y de continentes, hasta
entonces desconocidos.
*Científicos y
tecnológicos: Se empezó a utilizar la brújula
que facilitó los viajes ultramarinos, la pólvora para utilización bélica, el
papel y el desarrollo de la imprenta.
La crisis del siglo XIV y la expansión del
siglo XV
A mediados del
siglo XIV, la economía europea
comenzó a mostrar signos de crisis luego de un
largo periodo de expansión iniciado en el siglo XI. El agotamiento
de las tierras hizo cada vez más
difícil alimentar a la población.
Como consecuencia de la escasez de
alimentos básicos y de las mayores exigencias de los señores sobre los campesinos (pues muchos campesinos huían las ciudades en búsqueda de mejores
condiciones de vida), las enfermedades
se hicieron cada vez más frecuentes. La epidemia de Peste
Negra que asoló a Europa en 1348 provocó la muerte de millones de personas. Además, las numerosas y
cruentas guerras (destacándose la Guerra de los Cien años) que enfrentaron a los Estados europeos durante esta época aumentaron la cantidad
de muertos y profundizaron el debilitamiento de la producción agropecuaria.
Como resultado
de la crisis del siglo XIV, un tercio de la población europea murió,
los campos se despoblaron y los cultivos retrocedieron. Frente a la
imposibilidad de entregar tributos, muchos campesinos, acosados por el hambre y
la peste, huyeron de sus tierras y buscaron refugio en las ciudades. En
Inglaterra y Francia, por ejemplo, los campesinos protagonizaron violentas
revueltas. Como consecuencia de estos conflictos, en algunas regiones, el poder
de los señores se debilitó; y se vieron obligados a hacer algunas concesiones:
establecieron nuevos acuerdos de trabajo con los campesinos e, incluso,
contrataron a algunos trabajadores a cambio de un salario
A partir del
siglo XV, a medida que los efectos de la
crisis disminuían, Europa comenzó a experimentar cierta recuperación,
que se manifestó en diversos aspectos. En primer lugar, la población comenzó a
crecer nuevamente. Uno de los factores que contribuyeron a ello fue la
disminución de las guerras y las epidemias que habían asolado el continente
durante el siglo XIV. Al mismo tiempo, al aumentar la población, la demanda de
productos agrícolas y la cantidad de mano de obra disponible para los trabajos
rurales fueron mayores. Además la producción agrícola se vio
favorecida por
algunos adelantos técnicos (mejoras de los arados y de los sistemas
de irrigación) y por la incorporación
a la agricultura de tierras que habían sido abandonadas durante la crisis. El aumento
de la producción agrícola fue
acompañado por un crecimiento de las manufacturas
y las actividades comerciales. En
primer caso, en esa época surgió una nueva forma de producción manufacturera,
que recibió el nombre de trabajo rural domiciliado: con materias primas y
créditos facilitados por los comerciantes,
los campesinos producían
manufacturas en sus aldeas. El aumento de la
producción de manufactura, junto con otros factores, como la mejora de los caminos y el perfeccionamiento de los medios de pago, impulsó un
significativo crecimiento en los intercambios
comerciales.
Los inicios del
Mundo Moderno: El crecimiento demográfico y cambios en la producción rural
El aumento de
la población europea se inició en las tres últimas décadas del siglo XV y
continuó en forma sostenida durante todo el siglo siguiente. En algunas
regiones, se produjo una verdadera explosión demográfica. También hubo
importantes movimientos migratorios, que se dan por diferentes motivos. Algunos
se trasladaban a las ciudades en busca de mejores oportunidades de trabajo o
para huir de las cargas serviles que padecían en los señoríos rurales; otros lo
hacían como consecuencia de los cercamientos de los campos, de las expulsiones
por motivos étnicos-religiosos o de su incorporación a empresas de conquista y
colonización de nuevos territorios.
En algunas
zonas, el crecimiento demográfico provocó hambre ya que el aumento de población
superaba el límite de los alimentos disponibles. En general, se trató de un
fenómeno positivo, dado que al existir una población mayor de la que las
actividades tradicionales podían absorber, se desarrollaron otras nuevas y se
emprendieron viajes hacia territorios desconocidos.
Surge una
nueva forma de organización de la explotación rural. Los señores feudales
reorganizan sus posesiones y practican diversas modalidades. Algunos dividen
sus tierras y las entregan en arriendo a diversos campesinos, otros prefieren
entregarlas a un solo arrendatario. Hay quienes se deciden a explotarlas
directamente, no ya valiéndose de la mano de obra servil sino pagando salarios
a los campesinos. Aumentan las tierras cultivables, se roturan terrenos
vírgenes y gran parte de las tierras abandonadas en épocas de crisis son
ocupadas nuevamente. Además, como dijimos anteriormente, se mejoran las
técnicas de cultivo. Hay un fenómeno innovador: los poderosos de las ciudades
(comerciantes en su mayoría) invierten dinero en el cultivo de tierras nuevas,
en el adelanto de las técnicas agrícolas y en el saneamiento de los pantanos.
La mejora de la agricultura colaboró en el aumento de la población y las
muertes por hambre disminuyeron. El aumento demográfico fue importante para la
recuperación de la economía, pues proporcionó consumidores y brazos para los
nuevos trabajos.
El nacimiento del capitalismo comercial
Durante gran
parte de la Edad Media, la economía era básicamente urbana y tendía a
satisfacer las exigencias de los mercados locales, sin entrar en competencia:
eran una economía cerrada.
A fines del
siglo XI, Europa Occidental inicia una economía de intercambio de productos
entre los países europeos y también con Oriente. Este comercio en expansión
posibilitó la reaparición de la moneda y la creación del sistemas tales como el
crédito, los préstamos y las letras de cambio. Nace así una nueva profesión: la
de los banqueros, cuya aparición coincide con el surgimiento del capitalismo,
es decir, el aporte de dinero que produce dinero.
Hacia fines de la Edad
Media, se acelera el comercio y el espíritu de empresa a cargo de sectores de
la burguesía. Se hacen comunes las empresas
de riesgo y, con el fortalecimiento
de los reyes, se vigorizan también los Estados nacionales. La economía deja
de ser exclusivamente urbana y se expande hacia otras regiones.
El comercio
se transforma en una necesidad y en gran negocio, ampliándose notablemente las
relaciones comerciales con Asia. Las rutas abiertas por las Cruzadas a través
del Medio Oriente permanecían cerradas desde la caída de Constantinopla en
poder de los turcos. Las especies, las
sedas, los aceros de Damasco y muchas otras mercaderías, tenían una
gran demanda en Occidente, y el afán de lujo despertador por el Renacimiento
las volvía aun más codiciadas.
En el sur,
las repúblicas de Génova y Venecia debieron su fortuna al comercio de los
productos de Oriente. China enviaba sedas; Persia, sus terciopelos y tapices;
India, sus piedras preciosas y la perlas de Celián; Arabia, sus perfumes. Pero,
los productos más buscados eran las especias: pimienta, canela, nuez moscada,
clavos de olor, que enviaban las llamadas islas de las especias.
Estas
mercaderías llegaban al Mediterráneo por dos caminos diferentes: por tierra,
con las caravanas que atravesaban
Turquestán hasta el mar Caspio, para seguir hasta el mar Negro a donde iban a
cargar los barcos genoveses; por
mar, surcando el océano Índico y el mar Rojo hasta Egipto, donde las aguardaban
los barcos venecianos.
Como resultado de las Cruzadas, genoveses y venecianos tuvieron
factorías y almacenes fortificados en los principales puertos del Mediterráneo
oriental.
Los genoveses en Constantinopla los venecianos en Alejandría,
incluso, poseían su propio barrio.
El
establecimiento de los turcos en Constantinopla en 1453, provocó la ruina del
comercio genovés. Los venecianos, más afortunados, conservaron el monopolio del
comercio con Oriente, hasta que los portugueses encontraron un nuevo camino al
Asia, circunnavegando el continente africano.
La nueva
economía exige mejorar la producción mediante nuevas técnicas. El llamado del
comercio de ultramar provoca el surgimiento de la “era oceánica” y, con ella,
de los tiempos modernos.
Los
adelantos técnicos y los inventos
En la época
moderna, entre el Renacimiento y la Revolución Industrial, hubo una multitud de
nuevas invenciones y conocimientos que sacudieron los modos habituales de
realizar ciertas tareas y generaron nuevas prácticas. Las creaciones del
periodo fueron innumerables, e incluyen ejemplos tales como el telescopio o la
perspectiva. Sin embargo, tres inventos peculiares llamaron rápidamente la
atención de los contemporáneos: la imprenta, la pólvora y la brújula. Esos
descubrimientos permitieron que la humanidad mirara con entusiasmo hacia el
futuro y confiara en sus capacidades.
Entonces
muchos pensaban, con bastante razón, que la imprenta había inaugurado
una nueva época de conocimientos ampliados, pues gracias a ella los libros se
habían vuelto más claros, baratos y confiables. Muchos de los inconvenientes de
la copia manuscrita se resolvían de esa forma. El inventor de la imprenta
moderna es, sin duda, Johannes Gutenberg, que hacia 1437
ideó la imprenta de tipos móviles, que consistía en un conjunto de letras
sueltas fundidas en una aleación de plomo, que eran acomodadas para formar el
texto que se quería imprimir. Gutenberg decidió imprimir la Biblia y fue un
éxito.
Hacia el 1500
las ciudades más importantes del continente contaban con una. La imprenta
provocó una formidable revolución en las comunicaciones, al permitir que los
escritos pudieran reproducirse con rapidez y circular de un lugar a otro. El
invento logró que las ideas se difundieran de un modo inimaginable hasta
entonces.
La brújula,
por su parte, permitía que los navegantes conocieran su posición en alta mar y
encontrar su rumbo también durante la noche, de modo que favoreció los primeros
viajes transoceánicos de descubrimiento. Probablemente, la exploración
ultramarina habría sido imposible sin ella. Los chinos fueron los primeros en
encontrar la utilidad de las propiedades de la magnetita (mineral que atrae al
hierro), y se dieron cuenta de que una aguja imantada que girara libremente
apuntaría siempre en la misma dirección; esto es, hacia el Polo Norte
magnético. Hay registros de que los chinos utilizaron artefactos de este tipo
entre los siglos VIII y IX. Sin embargo, los primeros libros europeos dedicados
al estudio del magnetismo, vinculados a la navegación, se escribieron a partir de
los siglos XVI y XVII.
La pólvora,
en cambio, prestaba algunos inconvenientes para muchos entusiastas de estos
inventos. Tenía un defecto que le impedía ser símbolo de optimismo: su poder
destructivo entraba en contradicción con las promesas de bienestar que
acarreaban los otros inventos. También fueron los chinos los primeros en
fabricar pólvora hacia el siglo IX, y se sabe que no solo lo utilizaron para
fuegos de artificio, sino que también fabricaron cañones. Algunos historiadores
aseguran que la
pólvora llegó a
la península arábiga mediante el comercio y que los europeos la descubrieron
allí mediante las Cruzadas. La fabricación de la pólvora cambió para siempre
las formas de enfrentamiento militar, pues con las armas de fuego fueron
desapareciendo, de a poco, las batallas cuerpo a cuerpo. La pólvora fue un
factor decisivo para la toma de Constantinopla y la conquista americana.
Retrato de
Johannes Gutenberg e imagen de la Biblia impresa por el mismo. Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Johannes_Gutenberg
La expansión
comercial del siglo XV y XVI
Durante el
siglo XV y mediados del XVI se vivió una gran expansión comercial. Hubo un
florecimiento de la economía mercantil y monetaria (aumento del comercio y uso
de la moneda). Desde finales del siglo XV, los mercados, centros y caminos
tradicionales adquieren nueva vida. La actividad comercial europea aumenta por
tierra y por mar. Se llega a una economía intercambio, con la idea de vender y
satisfacer necesidades de personas desconocidas no sólo las familiares.
La posición del
comerciante cambia social y espiritualmente: comienza a preocuparse por la
precisión, por el tiempo, por la seguridad.
Se forman dinastías de mercaderes, sociedades familiares, con una casa
comercial central y sus filiales en otros países. Se dedicaban también a
actividades industriales y bancarias (por ejemplo prestaban dinero a príncipes
o al clero). Una de las casas
comerciales más importantes fueron los Medici
en Italia y la de los Függer
en Alemania. En esta época surgen las
primeras organizaciones bancarias como la
del Arte del Cambio (en Siena) y la Casa de San Giorgio (en Génova).
La sociedad
europea moderna
Desde el
siglo XV en las sociedades europeas se fueron diferenciando diversos grupos
o estamentos, cuyos miembros tenían distintos derechos y obligaciones.
La posición de cada persona en la sociedad moderna estaba determinada por su
nacimiento y desde él; en general, conservaba su estatus hasta su muerte y lo
transmitía a sus hijos.
Además de los señores y los campesinos, en las sociedades
de la mayor parte de Europa, se afirmaron nuevos grupos sociales urbanos
dedicados al comercio, las finanzas,
las manufacturas y a las nuevas
funciones del gobierno del Estado.
La nobleza
En la Europa
moderna, igual que en la época medieval, la nobleza fue el grupo
privilegiado de la sociedad, el más poderoso y el más pequeño. En la mayor
parte de este continente, ser noble significaba estar exento del pago de
impuestos y gozar de ciertos derechos exclusivos, como ser juzgado por
tribunales especiales o no realizar trabajos manuales.
Los nobles
más poderosos vivían de sus rentas, es decir, del producto de las tierras que
explotaban o de los tributos que entregaban los campesinos que ocupaban las
tierras de su propiedad. Entre los nobles se registraban diferencias de riqueza
y prestigio. El grupo más poderoso estaba compuesto por señores o príncipes que
poseían extensos territorios y que tenían autoridad sobre numerosas personas.
Por lo general, muchos de estos nobles pertenecían a la familia del rey y
habían adquirido su condición de nobles en los primeros tiempos feudales. Por
otra parte, existía una nobleza provinciana y rural que, por lo general, estaba
a cargo del gobierno local, participaba de las asambleas y cortes judiciales, y
se ocupaba de la organización de la producción agrícola.
La condición
de noble se transmitía a través de la sangre,
de padres a hijos y de generación en generación.
Sin embargo, en algunos estados y durante ciertos períodos, fue posible comprar
un título de nobleza. Estos títulos eran vendidos por los monarcas cuando
necesitaban obtener recursos y, en
su mayoría, eran comprados por grandes mercaderes y banqueros.
Como
consecuencia del proceso de fortalecimiento de las monarquías, los nobles
fueron perdiendo el poder político, militar y jurídico que habían tenido en
tiempos medievales.
Los campesinos
La población
rural constituía más del ochenta por ciento de la población europea, y de su trabajo dependía el sostenimiento
del conjunto de la sociedad. Entre los campesinos,
sin embargo, también existían marcadas diferencias: un muy pequeño
grupo de campesinos ricos se diferenciaba de la gran mayoría, que solo poseía
parcelas muy pequeñas de rendimiento limitado. La mayor parte de la población rural enfrentaba serias
dificultades para pagar las numerosas cargas señoriales y reales a las que estaba obligada.
La situación
de los campesinos era diferente según las distintas regiones europeas. Por una
parte, en Inglaterra, un grupo de campesinos ricos logró acumular significativas
extensiones de tierra, en las que emplearon como jornaleros asalariados a otros
campesinos cuyas tierras habían sido expropiadas o que contaban con parcelas
cuya producción no alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas. Por otra
parte, en Europa oriental, los campesinos fueron convertidos en siervos fijados
a la tierra y obligados a realizar prestaciones personales de trabajo.
A lo largo
de los siglos XVI y XVII, las presiones sobre los campesinos fueron en aumento, razón
que agudizó su oposición y resistencia contra los
propietarios de la tierra y los encargados de cobrar los impuestos.
Los burgueses
Los habitantes de las
ciudades, los burgueses, conformaban también un grupo muy heterogéneo, y
entre ellos se registraban importantes diferencias de riqueza y poder. Los
artesanos y los mercaderes
constituían los principales grupos
urbanos. Entre los comerciantes, se
distinguían los grandes mercaderes
vinculados al comercio internacional y los pequeños
mercaderes encargados del comercio
minorista a nivel local. Del mismo modo, entre los artesanos se diferenciaban los
maestros, los oficiales y los aprendices. Por otra parte, la organización de los nuevos Estados favoreció el
desarrollo de nuevas profesiones urbanas, tales como funcionarios de
oficio, abogados, notarios y recaudadores de impuestos, entre otros. Los
burgueses más poderosos eran los encargados
del gobierno de las ciudades.
Muchos
burgueses buscaron integrarse a la nobleza. Algunos lo hicieron a través de la
compra de tierras: aunque el rendimiento de las inversiones inmuebles era mucho
menos que el de la actividad comercial, los ingresos derivados de la tierra
eran mucho más seguros. Otros se integraron a través de la compra de un título
nobiliario o por medio del casamiento con un miembro de una familia noble.
La primera imagen
representa a una campesina y la segunda la casa de una familia burguesa.
Fuente: http://www.claseshistoria.com/antiguoregimen/sociedad.htm
Los trabajadores urbanos
El
crecimiento de las ciudades y las nuevas actividades económicas urbanas
originaros numerosos nuevos oficios, que fueron desempeñados por los habitantes
de las ciudades que no estaban empleados en la manufactura o el comercio: por
ejemplo, tenderos, sirvientes, carreteros, entre otros. En su gran mayoría,
estos grupos de trabajadores no tenían una propiedad inmobiliaria en el recinto
urbano.
Al mismo
tiempo, en las ciudades también fue creciendo el número de pobres y marginales
que erraban buscando trabajos temporarios, alimento y un lugar donde habitar.
La gran mayoría de estas personas provenía del campo, de donde habían sido
expulsados por el crecimiento de la población rural o la pérdida de la tierra.
Los mendigos y vagabundos fueron severamente reprimidos por las instituciones y
leyes estatales.
Humanismo
Durante la
Edad Media, el pensamiento había estado dedicado casi exclusivamente a las
especulaciones religiosas. No había muchas posibilidades de discutir acerca del
papel del ser humano en la Tierra, ya que todas las preguntas terminaban,
antes o después, en la misma respuesta: la voluntad de Dios. Esta situación
comenzó a cambiar tibiamente durante el siglo XVI y especialmente, en el siglo
XV, cuando floreció en Europa, particularmente en Italia, un nuevo modo de
concebir al ser humano, que hoy conocemos como
Humanismo.
Los
humanistas comenzaron a estudiar los textos de la Antigüedad, fundamentalmente
griegos y romanos, que hasta entonces habían sido muy difíciles de conseguir.
El arte clásico, de formas bellas y expresivas, y los escritos griegos y
latinos, frescos y diversos, que permitieron a los humanistas reivindicar el
poder creativo del ser humano en la Tierra y sus posibilidades de conformar su
propia historia.
Los
humanistas planteaban que si en la Antigüedad los hombres habían podido crear
formas artísticas tan refinadas y desarrollar obras literarias, históricas y
filosóficas tan complejas y diversas, entonces también podían hacerlo en su
propia época. De esta manera, por medio del legado de la Antigüedad, el
Humanismo otorgó al ser humano un lugar central. Para expresarse y desarrollarse
en su propio mundo, y para crear los medios para comprenderlo, representarlo y
dominarlo, los humanistas proponían recurrir a los modelos de la cultura
clásica.
En la Edad
Media, se consideraba que la vida era algo efímero, que el cuerpo era un mero envase del alma, y que la historia era un escenario en el que los seres humanos, siempre subordinados a la voluntad divina, no tenían poder de
acción y decisión. Esto impedía que se diera valor a actividades propiamente
humanas, como el análisis del pasado y la celebración del presente por medio del estudio y de la creatividad. La situación comenzó a cambiar con los escritos y las obras de los autores humanistas. Los humanistas no
se limitaron a rescatar las obras clásicas del
olvido. También impusieron sus ideas
y su juicio sobre ellas, y así comenzaron a conformar un modo de
pensamiento independiente de las autoridades,
es decir, de los pensadores
consagrados del pasado.
Entre los
pensadores humanistas se destacaron Erasmo de Rotterdam(1467-1536) y Tomás Moro
(1478-1535). Erasmo, un canónigo agustino, es el autor del Elogio de la locura,
obra en la que critica las supersticiones y los prejuicios de sus
contemporáneos. La obra más célebre de Tomás Moro es Utopía, que describe lo
que él considera el Estado ideal y, de este modo, se opone a los modelos
políticos de su época.
El sentido del
Humanismo se puede comprender mediante un ejemplo. La iglesia había basado gran
parte de sus principios filosóficos y teológicos en los textos de Aristóteles,
el pensador griego del siglo XVI, el filósofo italiano Pietro Pomponazzi
argumentó que, según la verdadera doctrina de Aristóteles, la inmortalidad del
alma era indemostrable y que la razón individual estaba destinada a extinguirse
junto con el cuerpo. De esta forma, Pomponazzi mostraba que el análisis crítico
de un texto o de un autor podía arrojar resultados inesperados, que
contradecían lo que la iglesia y la costumbre habían establecido como verdades
absolutas. Estos ejercicios intelectuales expresaban, además, el potencial de
la capacidad racional humana para analizar el mundo.
Con ello,
quedaba en evidencia que el ser humano, lejos de ser un espectador pasivo, era
en realidad un protagonista activo. Los humanistas ofrecieron, así, un nuevo
horizonte para el individuo, que tenía innumerables posibilidades durante su
vida en la Tierra.
Esta nueva
sensibilidad con respecto al ser humano y a su lugar en el mundo también se
puede observar en el arte. En las pinturas de la Edad Media, en general, las
personas o los objetos pintados no parecen reales, sino que ilustran un
sentimiento o una sensación espiritual. En lugar de representar a una persona o
un objeto de la naturaleza, actúan como un símbolo, como la representación de
algo que no se observa directamente en la pintura. Puesto que en la Edad Media
se pensaba que la vida en la Tierra era transitoria y efímera en el camino
hacia la vida eterna, y que el ser humano no tenía un papel muy importante en
el mundo, los artistas de la época no se preocuparon por representar a las
personas y su realidad.
En cambio, los artistas humanistas, que daban
importancia a la vida humana, comenzaron a pintar directamente la realidad de su mundo. Se trataba de
imágenes realistas que no se referían a un mundo puramente espiritual, sino que
mostraban partes palpables del mundo que ellos mismos habitaban y de la vida cotidiana que ellos mismos vivián.
Retratos de dos
de los principales humanistas: Erasmo de Rótterdam y Tomas Moro. Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Erasmo_de_Rotterdam y http://es.wikipedia.org/wiki/Tomas_Moro
El Renacimiento
El término
Renacimiento, acuñado en el siglo XIX, designa la etapa de transformación y
renovación social y cultural que experimentaron los Estados de Europa
occidental entre los siglos XV y XVI.
El término se
refiere, más específicamente, al conjunto de cambios culturales e intelectuales
que se originaron en las pujantes ciudades italianas en ese período. Con
posterioridad, el influjo de este movimiento se extendió a otros países europeos,
como Francia, España e Inglaterra.
Los hombres
de los siglos XV y XVI concibieron su época como una edad nueva, en la que se
recuperaban creativamente los elementos artísticos más significativos de la
Antigüedad clásica griega y romana.
Desde 1494 hasta
1559, la península itálica fue escenario de luchas entre dos grandes potencias
europeas, Francia y España, que aspiraban a expandir sus dominios sobre Italia.
A diferencia de otras regiones de Europa, que comenzaban a unificarse en torno
de Estados centralizados, Italia se encontraba fragmentada en numerosas
ciudades independientes, conocidas con el nombre ciudades- estado. Varias de
estas entidades políticas ( como Venecia, Génova y Florencia) cumplieron un
papel destacado en los campos económico y cultural desde los últimos siglos de
la Edad Media.
Cada ciudad
Estado poseía una organización política e institucional propia, que fue
cambiando con los años. El dominio
de estas entidades políticas se extendía más allá de la zona urbana y abarcaba también las tierras circundantes, de donde se obtenían alimentos y
materias primas para la producción
manufacturera. Las ciudades contaban, además, con ejércitos propios, que les
permite defenderse de las amenazas
de otros Estados.
Venecia y
Génova fueron grandes centros comerciales; sus poderosas flotas controlaron
durante muchos años la navegación en el mar Mediterráneo y sus adyacencias.
Para financiar su poderío político y militar, estas ciudades obtenían recursos
a través del comercio, las artesanías y las actividades agrícolas.
Florencia se
destacó como centro manufacturero y comercial, polo artístico y cultural. En
algunos momentos, su estructura política estuvo caracterizada por un gobierno
republicano y oligárquico, en el que sólo podían participar unas pocas
familias. Entre estas últimas se encontraba la
de los Medici, de la que surgieron algunos gobernantes de la ciudad, como Lorenzo El Magnífico
(1449-1492). El extraordinario desarrollo de las ciudades italianas fue el
contexto propicio para el surgimiento del movimiento
renacentista en la península.
El movimiento
renacentista se manifestó en campos muy diversos, como la pintura, la arquitectura, la escritura, la literatura, la música, la invención de artefactos y la reflexión política. En
esta variedad de expresiones culturales
se pueden observar algunos rasgos característicos del movimiento renacentista.
Por un lado, los artistas, los intelectuales se interesaron por la
cultura grecorromana, especialmente en aquellas ciudades italianas en las que
la tradición clásica había perdurado. Este interés se manifestaba ante la presencia
de los antiguos monumentos
arquitectónicos y en la predilección por la lengua latina. Por otro lado, el
Renacimiento involucró un profundo cambio en la actitud de los seres humanos ante la vida y el mundo. Los pensadores de la Edad Media habían ubicado a Dios en el
centro del universo(teocentrismo) y habían concebido la Tierra como un lugar de
tránsito para el logro de la vida
eterna. En cambio, los intelectuales
del Renacimiento colocaron al hombre en el centro de sus preocupaciones
científicas, artísticas y filosóficas. Esta visión se denomina antropocentrismo.
Los
renacentistas concibieron al ser humano como un microcosmos y como la más
perfecta creación de Dios. Además, consideraron que las personas están dotadas
de razón, capacidad que las faculta para analizar y comprender el medio en que
viven.
En las
ciudades Estado italianas se desarrolló un pensamiento político muy activo,
estimulado por las circunstancias; tanto la amenaza de crisis económicas y
políticas como de intervención extranjera.
Entre las figuras italianas que se dedicaron a este tipo de
reflexión se destacó Nicolás Maquiavelo. Este escritor y político participó en
el gobierno de la república de Florencia, su ciudad de nacimiento. Con el
tiempo, se convirtió en un importante agente diplomático. Sus más famosas obras
históricas-
políticas fueron
El príncipe (1513) y el Arte de la guerra
(1519-1520). Para este autor la política era el arte de obtener y conservar el
poder. El orden no derivaba del respeto de principios éticos o religiosos, sino
de la capacidad del príncipe para
mantener el poder. Para llegar a este objetivo, los gobernantes podían intentar alcanzar el consenso de los gobernados o recurrir a la violencia.
Durante el siglo
XV y a comienzos del siglo XVI, en la pintura, la escultura y la arquitectura
se desarrollaron tendencias que encarnaban una ruptura con la tradición
medieval. Por ejemplo, en la arquitectura, comenzaron a predominar las formas
usadas más de mil años antes por los romanos, como las columnas clásicas, los
arcos de medio punto, las bóvedas y las cúpulas. La pintura renacentista se
valió de artificios matemáticos y de innovaciones técnicas para producir
imágenes religiosas, humanas y naturales, simples y armónicas.
La innovación
práctica más notable del arte renacentista fue la invención de la perspectiva.
Esta técnica, concebida por el italiano Filippo Brunelleschi a comienzos del
sigloXV, permite la representación realista de objetos de tres dimensiones
sobre una superficie plana. La característica más fácilmente reconocible de
este método es que los objetos más cercanos son pintados de mayor tamaño que
aquellos que se quieren representar más lejanos. El invento de Brusnellechi se
difundió rápidamente y fue uno de los rasgos salientes de una nueva era en la
pintura europea. Las formas estéticas introducidas en el Renacimiento se
repitieron durante siglos en Occidente.
En
literatura, los autores renacentistas también imitaron las formas típicas de la
Antigüedad clásica. Historiadores, filósofos, religiosos y poetas basaron sus
creaciones en modelos heredados de ese período histórico particular. Sin
embargo, ocasionalmente producían novedades.
El valor excepcional que se atribuía al período de la Antigüedad
clásica creó la necesidad de averiguar la fecha a la que correspondía una obra
o un autor.
Por ello, los
autores renacentistas también desarrollaron técnicas para identificar con
precisión la procedencia y la autoría del la obra.
En el Renacimiento se diferenciaron dos etapas:
La primera
conocida como el cuattrocento, la
cual se desarrolló durante el siglo XV, tuvo como sede la ciudad de Florencia y
transcurrió bajo el mecenazgo de los Medici,
una rica familia de mercaderes y banqueros que gobernaban la ciudad. Durante
esta etapa, los temas de las obras
siguieron siendo religiosos, la principal novedad consistió en la incorporación de paisajes y las representaciones corporales más
realistas. Sus artistas más destacados en la
pintura fueron: Masaccio, Sandro Botticelli, Filippo
Lippi. En la arquitectura sobresalieron León Battista Alberti, Filippo
Brunelleschi
Con la obra de Leonardo Da Vinci se
inicia la segunda etapa llamada cinquecento
que se desarrolló entre fines del siglo
XV y principios del siglo XVI. Este período tuvo como centro la ciudad de Roma
y sus mecenas fueron los Papas. En
esta etapa los temas religiosos
continuaron pero los temas de las obras se fueron diversificando. La
perspectiva, la simetría, la proporción, la perfección
del uso del color y la representación de la naturaleza
humana formaron los aportes
principales de los artistas de la época. Entre los artistas más destacados estaban: Miguel Angel Buonarotti, el
pintor Rafael Sanzio y el arquitecto Donato
Bramante.
Imagen de la Monalissa de
Leonardo Dan Vinci. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Leonardo_da_Vinci
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Imagen de la Capilla
Sixtina. Fuente: http://www.taringa.net/posts/arte/12686148/Pinturas-Del-Renacimiento.html
Nuevos conceptos políticos y científicos
“El fin justifica los medios”
Nicolás
Maquiavelo(1469-1527) fue un florentino conocido como “el fundador de la
ciencia política”. Formó parte del gobierno republicano de Florencia y alcanzó
gran prestigio entre los escritores. En 1515 escribió el Tratado del Príncipe,
que dedicó a Lorenzo, duque de Urbino, nieto de Lorenzo el Magnífico.
El Príncipe,
considerado como el manual de la política moderna, es, en realidad, un código
de la tiranía. Antepone a los principios que deben inspirar a un buen gobierno,
una astucia y una habilidad sin límites, indiferente ante lo justo y lo
injusto. Su doctrina, no vacila ante el crimen en nombre de la Razón de Estado.
Puede condensarse en la fórmula “ el fin justifica los medios”.
Durante el
Renacimiento, los hombres fueron afanosos buscadores de la verdad. Quisieron
conocer la naturaleza para dominarla. Sus conocimientos científicos
determinaron un cambio en la dirección del pensamiento, y se elaboró, así, una
nueva visión del mundo.
Nicolás Copérnico
(1473-1543), un astrónomo polaco, planteó una revolucionaria teoría al afirmar
que el Sol es el centro del Universo y que la Tierra, junto con los demás
planetas conocidos, giran sobre su eje alrededor de aquél ( heliocentrismo).
Esta hipótesis sólo provocó un interés mediocre; pero la Iglesia, combatió las
ideas copernicanas, y el famoso libro De orbium Coelestium Revolutonibus estuvo
prohibido hasta 1758.
Más adelante,
el alemán Kepler (1751-1630) habría confirmado la veracidad de la teoría de
Copérnico. Formuló tres leyes acerca de la mecánica de los cuerpos celestes.
Galileo Galilei(1564-1642) logró
perfeccionar el telescopio, descubrió las manchas solares y los anillos de
Saturno, individualizó los cuatro satélites de Júpiter y defendió el sistema
copernicano. Cuando sus ideas fueron rechazadas por la Iglesia, tuvo que
comparecer ante el Santo Oficio y fue condenado a prisión.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Expansión oceánica
Los buenos
resultados del comercio con Oriente, provocaron en muchas naciones europeas el
deseo de hallar una ruta que comunicara con la “tierra de las especiería”, ya
que la presencia turca en el Mediterráneo hacía cada vez más difícil la
comunicación a través de esa vía.
Razones
económicas fueron las que obligaron a los europeos
a lanzarse a los mares, ya que el pleno desarrollo del comercio aumentaba la necesidad de disponer de metales
preciosos para acuñar moneda. Legendarios relatos hablaban de la abundancia de plata y oro en lejanas
comarcas de África y Asia. Por otra parte, la farmacopea y los gustos culinarios demandaban los productos de Oriente. Ir a los
países de origen, fue la meta
que se trazaron portugueses y españoles.
En el siglo
XV, los portugueses incorporaron a sus flotas una nueva embarcación: las
carabelas, nave que presentaba un nuevo tipo de velamen que le permitía
aprovechar mejor el impulso de los vientos. También España la adoptó. Pero
quedaban por vencer otros grandes problemas: el peligro de largas travesías sin
suficiente alimentación, las enfermedades y las fantásticas leyendas que
atemorizaban a los tripulantes. Todos estos riesgos fueron asumidos por los
primeros navegantes peninsulares.
Los portugueses y la ruta de la especiería
Los portugueses fueron los primeros en iniciar la búsqueda de una nueva “ ruta de la especiería”. Para
ello, sus navegantes se aventuraron a recorrer las costas africanas. En 1431
descubrieron las islas Azore, y a
partir de entonces la escalada
lusitana fue incesante. Con el correr de tiempo, legalizaron la trata de negros en las costas africanas.
Lisboa fue el primer mercado de esclavos de la Edad Moderna.
Un hallazgo
de fundamental importancia realizó Bartolmé Díaz en 1488. Este marino llegó al
extremo sur del continente africano, que denominó Cabo Tormentoso, nombre que
el rey Juan II cambió por el de Buena
Esperanza. La ruta final hacia la India, empresa en la cual los lusitanos emplearon todos sus
esfuerzos, parecía ahora despejada.
En 1497,
Vasco de Gama partió desde Portugal al frente de cuatro carabelas, con
intenciones de doblar el cabo de Buena Esperanza. Su viaje se vio coronado por
el éxito: logró sortear el peligroso cabo y luego de realizar varias escalas en
la costa oriental de África, arribó a Calicut(India). Este era el puerto que
constituía el centro del comercio oriental dominado por los árabes.
Los españoles ponen sus ojos en el Atlántico
Mientras el
rey portugués se ocupaba de llevar a cabo sus proyectos, y mientras sus marinos
se esforzaban por llegar a la India, un suceso mucho más importante vino a
llamar la atención de Europa: un oscuro marino, al servicio de España, había
emprendido un viaje en dirección opuesta y había encontrado un nuevo mundo.
Cristóbal
Colón, un navegante genovés establecido como cartógrafo en Portugal, había
presentado un proyecto al rey Juan II sobre la búsqueda de la ruta de la
especiería, navegando hacia el oeste. Desalentando por la negativa portuguesa,
que desconfiaba del plan, Colón viajó a España para tentar suerte con los Reyes
Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Inmediatamente
después de la caída de Granada, luego de innumerables reuniones y consultas,
los reyes de España admitieron los argumentos colombinos.
Por fin, el 3 de agosto de 1492, tres navíos partieron del puerto de Palos. Allí, con las proas orientadas hacia el poniente,
desplegaron las velas rumbo a lo desconocido.
Al cabo de
un mes y medio de navegación por el mar Tenebroso, el 12 de octubre, el vigía
avistó un islote de las actuales Bahamas, que Colón creyó situado en cualquier
parte de la costa el Cipango (Japón). Este islote fue denominado San Salvador
por el almirante.
Colón
reconoció varias islas; creyó que formaba parte de Cata (China). Estaba
convencido de que había llegado a territorios asiáticos y, por eso, llamó
indios a los naturales.
Después de haber
reconocido las costas septentrionales de la actual
Cuba, a la que llamó Juana, llegó a
Haití, a la que denominó La Española. Allí fundó el rudimentario fuerte
Navidad, en donde dejó una guarnición, y regresó a España presentándose
triunfalmente en Barcelona, ante los Reyes
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Católicos. Llevó consigo varios indígenas, algunas piezas de oro y
plata y animales desconocidos por los europeos.
El tratado de
tordesillas
El regreso de
Colón a Europa creó a la Corona española un conflicto con Portugal. En 1481,
por el tratado de Acacovas, el Papa reconoció a Portugal sus derechos sobre las
islas de Madeira, Azores, Cabo Verde y la costa de Guinea, y otorgó a España la
soberanía sobre las islas Canarias.
Al
producirse el descubrimiento de América los
Reyes Católicos tramitaron ante el pontífice una bula para asegurar sus
derechos sobre las nuevas tierras.
El papa promulgó tres bulas en 1493. Por ellas, concedía a Isabel y Fernando, y
a sus sucesores de Castilla y León, la posesión
de las tierras descubiertas al
occidente de una línea imaginaria trazada de norte a sur, que debía situarse
cien leguas al oeste de las islas Azores.
Disconformes,
los portugueses no aceptaron la decisión de Alejandro VI. Castilla accedió a
correr la línea hacia el poniente, y se convino en fijarla a 370 leguas al
oeste de las islas de Cabo Verde. El 7 de junio de 1479, las dos potencias
firmaron el Tratado de Tordesillas que establecía que las tierras situadas al
occidente pertenecían a España y las de oriente, a Portugal.
Tratado de
Tordesillas. En el mapa podemos ver también la primera Bula que fue rechazada
por la Corona portuguesa. Fuente: http://pressura.blogspot.com/2009_11_01_archive.html
La hegemonía de la
monarquía española:
La unidad
nacional española fue obra de los Reyes Católicos. Fue llevada a cabo durante
la segunda mitad del siglo XV.
Los soberanos de
las dos coronas más importantes de la península, Isabel de Castilla y Fernando
de Aragón, se casaron en 1469. Inmediatamente después, tomaron una serie de
medidas tendientes a lograr la unidad política, religiosa y territorial de la
nación.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Ambos monarcas lucharon contra los intereses de la nobleza
castellana y de la burguesía aragonesa. Estos dos estamentos se oponían a la
idea de la unificación. Con mano dura, los reyes obtuvieron la centralización
política y recuperaron plenamente su soberanía.
En virtud de
un principio de que no habría unidad política en un reino si no existía también
la unidad religiosa, los reyes decretaron que los musulmanes y los judíos
radicados en España debían convertirse al cristianismo o abandonar el
territorio; de no cumplirse, serían expulsados por la fuerza. Para buscar y
condenar a los rebeldes a la ley a los falso conversos, se estableció el tribunal
de la Inquisición.
Los árabes,
que se habían hecho fuertes en la Península, durante más de ocho siglos, y que
en ese momento estaban reducidos al reino moro de Granada, fueron derrotados
definitivamente en 1492.
Con respecto a las relaciones exteriores, los Reyes Católicos se
proyectaron sobre Europa mediante una hábil política de enlaces matrimoniales,
cuyo propósito era aislar a Francia: casaron a sus hijos con soberanos o
herederos de las más importantes Casas reinantes.
A la muerte de Isabel(1504) y según su
testamento, la Corona de Castilla debía recaer en la princesa Juana. La locura de la
nueva reina provocó serios enfrentamientos entre el príncipe consorte,
Felipe y su suegro, Fernando de Aragón. Ambos se disputaron la regencia. La
muerte de Felipe favoreció a Fernando; pero las circunstancias políticas
llevaron al cardenal Cisneros a la regencia castellana y, a la muerte de Fernando, una Casa extranjera, la de los
Austrias o Habsburgo ocupó el
trono de España.
Retrato de los
Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel de Castilla. Fuente: http://historiageneral.com/2009/05/12/los-reyes-catolicos-isabel-y-fernando/
Carlos I
A los diecisiete años, el archiduque Carlos
de Gante, convertido en rey de España, llegó a la península con un cortejo de
señores flamencos y desconociendo el idioma español.
Los flamencos se
repartieron los altos cargo, hecho
que produjo el descontento entre los españoles.
En las Cortes de Valladolid, los procuradores
pidieron que se respetaran las leyes del
reino, que no se dieran los cargos a
los extranjeros y que don Carlos
aprendiese la lengua castellana.
Carlos fue jurado rey en Barcelona. A la muerte de su abuelo
Maximiliano, resultó elegido emperador, dignidad que asumiría con el nombre de
Carlos V.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La lucha entre Carlos V y Francisco I (Francia) significó la
oposición francesa a la vieja idea de la monarquía universal, que los Habsburgo
estaban a punto de conseguir. Se enfrentaron en una guerra que duró tanto como
sus vidas.
Los reveses
sufridos en las luchas contra el protestantismo, el cansancio y la enfermedad,
influyeron en el ánimo de Carlos y decidieron su renuncia al poder.
En 1555, abdicó en su hijo Felipe la
soberanía de los Países Bajos; unos meses después, la Corona de España y los
dominios de Italia y de América. En 1556, renunció a la Corona imperial a favor
de su hermano Fernando, quien fue reconocido emperador por la Dieta de
Frankfurt.
Carlos I de
España y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, como Carlos V. En el
retrato de lo ve a caballo en Mühlberg, por Tiziano. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_I_de_España
Felipe II
Felipe II,
hijo de Carlos I y de Isabel de Portugal, fue coronado en 1556. Nacido y
educado en España, fue, exclusivamente, un soberano español. Consideró a este
país como la más importante de sus posesiones; trató de convertirlo en el más
poderoso y hacer de él una sólida defensa del catolicismo. Fijó su residencia
en Castilla, cerca de Madrid, e hizo construir el palacio de El Escorial, un
edificio austero e importante.
Después de una tregua, Enrique II de Francia continuó la guerra contra España. Pero Felipe II lo
derrotó en San Quintín. La paz de Cateau-Cambresis puso fin a esta antigua
disputa, y por ella, Felipe se casó con Isabel de Valois, hija del rey
francés.
El rey español, Felipe II, pretendió centralizar e hispanizar todos
sus Estados. Para realizar esta política, dispuso una enorme burocracia que él
manejo, con ayuda de algunos amigos y de secretarios de origen modesto. Hizo
frente a todo a fuerza de correspondencia, despachos y órdenes minuciosas. En
España, Felipe sofocó las prerrogativas
de los antiguos reinos; sin embargo,
en 1591 Aragón rehusó someterse a Castilla, por considerarla extranjera.
Para
exterminar a los malos conversos y a todos los sospechosos, la Inquisición se
encargó de instruir los procesos y la justicia real de cumplir las ejecuciones.
Para el Rey, la doctrina católica y la solidez española fueron la misma cosa.
En el
Mediterráneo oriental, los progresos de los turcos eran inquietantes: su flota
arrasaba toda la región. La isla de Chipre, último jirón del imperio veneciano,
fue asolada. El papa Pío V predicó la cruzada contra el infiel, en 1571.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Felipe II
respondió al llamado: formó una expedición marítima con las flotas españolas,
venecianas y pontificia. Las galeras, comandadas por su hermano bastardo don
Juan de Austria, chocaron con los turcos en el golfo de Lepanto, sobre las
costas de Grecia. La victoria fue brillante. El prestigio de Felipe fue muy grande
en la Europa católica.
Unificador
riguroso de España, Felipe soñó con realizar la unidad de la península ibérica. Como era hijo de una
infanta portuguesa, estimó que poseía los derechos
de sucesión de la Casa de Avis. En 1580, el trono de Portugal estaba vacante;
pero se proclamó rey a un heredero ilegítimo, don Antonio. Con un ejército
comandado por el duque de Alba, Felipe forzó las
resistencias lusitanas. Las
Cortes lo reconocieron rey. Reunió
entonces, toda la península ibérica y
dos grandes imperios.
El
absolutismo, el sistema tributario y la intolerancia religiosa de Felipe II,
sublevaron a los Países Bajos españoles desde 1565.
Las siete
provincias del norte, de religión calvinista, se agruparon en una Liga, llamada
República de las Provincias Unidas, y, más adelante, constituyeron Holanda.
Con
Inglaterra, la rivalidad fue, a la vez, religiosa y comercial. Para acabar con
ella, Felipe concentró en Lisboa 135barcos pesados y en 1588 la Armada
Invencible partió rumbo a Inglaterra. Hostigada en el canal de la Mancha por los pequeños navíos ingleses, fue dispersada por la tempestad.
Era el fin de la hegemonía marítima
española: los mares del norte, en lo
sucesivo le estuvieron vedados.
En 1596, la flota inglesa sitió y saqueó Cádiz.
El final de la unidad religiosa: la Reforma
protestante
La crisis del
siglo XIV causó importantes cambios en el pensamiento de los europeos. Las enfermedades, hambrunas
y numerosas muertes provocaron que la gente
considerara esto como una consecuencia
de los pecados de las personas. La necesidad de los fieles, de una contención espiritual
que no proporcionaba la Iglesia, el interés de esta de aumentar su riqueza
material a través de la venta de Indulgencias (los fieles
obtenían el perdón de los pecados a cambio del pago de una suma de dinero) y cargos
dentro de la jerarquía de la Iglesia.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
A principios del siglo XVI, muchos cristianos entre ellos los
humanistas y numerosos integrantes del clero, se mostraron en desacuerdo con lo
ya planteado y propusieron una renovación en la Iglesia Católica
Martín Lutero y
una nueva interpretación de la doctrina cristiana
Martín Lutero (1483-1546) era un monje agustino que tenía una cátedra de teología
en la Universidad de Wittemberg, en el Sacro Imperio Romano Germánico. Le
preocupaba el tema de la salvación y sentía que la Iglesia de su época no le
otorgaba las respuestas que el necesitaba. Leyendo a San Pablo, encontró la
frase que lo inspiró en su doctrina “El justo se salvará por la fe”, y
en adelante, para Lutero, los hombres se salvaban por la fe en Cristo. La
salvación que proponía Lutero no dependía de buenas obras, sino por la voluntad
de Dios, sin intermediarios. En consecuencia, la Iglesia no podía dar perdones
o indulgencias, ni la confesión católica que ofrecía la salvación. Lutero
propuso lo que se conoció como sacerdocio universal donde cada creyente tenía
acceso directo de Dios sin intermediarios. Este monje reaccionó contra la
costumbre de la Iglesia Católica de brindar indulgencias y contra las
peregrinaciones, cruzadas o actos de caridad por parte de los fieles. Su
cuestionamiento también apuntaba a la práctica de aceptar limosnas a cambio de
perdones.
La reacción
de Lutero contra las indulgencias fue el conflicto que desencadenó la Reforma
Protestante. En la puerta de la iglesia de Wittemberg clavo sus ideas,
presentadas en 95 tesis. Cuando el Papa
se enteró, lo obligo a rectificarse, Lutero se negó y fue excomulgado.
El emperador
Carlos
V, quién era un fervoroso católico, se hizo cargo de la situación y
decidió intervenir con la idea de tener un dialogo abierto y persuasivo. Lutero
se reunió con la Dieta de Worms (1521), pero se negó a retractarse de su actitud
y reconocer la autoridad de la Iglesia. La dieta lo clasificó como hereje y lo
condenó a morir en la hoguera. El monje fue rescatado por el príncipe elector
de Sajonia, y lo escondió en su castillo, donde tradujo la biblia al idioma
alemán.
A partir de este
momento comenzó un movimiento de apoyo a la tesis de Lutero y sus ideas se
propagaron rápidamente. El éxito de la propuesta
luterana fue gracias a la colaboración
de príncipes y nobles alemanes. Los
príncipes del Sacro Imperio Romano Germánico adoptaron las ideas de Lutero, no solo por motivos religiosos sino también
por políticos,
ya que les interesaba oponerse a
Carlos V que profesaba la fe católica
y poder independizarse de la autoridad
de este. Por otra parte, Lutero descalificaba la
figura del Papa y proponía a los príncipes
crear una iglesia independiente que no
consulte a la Santa Sede, de esta manera los
príncipes podían elegir a quienes ocuparan los cargos eclesiásticos sin confirmación por parte del papa.
Esto tuvo también motivos económicos, pues Lutero sostenía que
las autoridades civiles, es decir los príncipes
alemanes, podían disponer de los bienes
de la Iglesia.
A partir de
1525, estallaron enfrentamientos armados entre católicos y luteranos,
luchas entre Estados y, dentro de ellos, facciones políticas y
clases sociales. Carlos V, que estaba también en guerra con el rey de Francia,
intento atenuar el conflicto y en la Dieta de Spira, en el año de 1529,
decidió permitir la nueva doctrina en donde ya
estaba instalada pero evitar su propagación. Varios príncipes y ciudades
se opusieron a esta disposición, a causa de esto los príncipes recibieron el nombre de protestantes, y se
unieron en una alianza conocida como La Liga de Smalkalda en el año de 1531, con la finalidad de enfrentarse contra el emperador. A la muerte de
Lutero (1546) se inició la guerra civil y religiosa. El emperador derrotó al
ejército de la Liga de Mulhberg (1547) y
tomó prisioneros a los más
importantes jefes luteranos. Años más tarde, la
Liga, reconstituida y asociada con Enrique II de Francia, recomenzó la lucha derrotando a Carlos V en Innsbruck
(1552). La guerra finalizó en 1555 con la Paz de Augsburgo, que
estableció que cada príncipe podría elegir la religión que profesaría. Los
soberanos instaurarían la nueva
religión protestante o restablecerían la fe
católica, imponiendo su elección a los habitantes
de sus territorios.
Las ideas
luteranas se propagaron entre el año 1525 y 1528 y se organizó su Iglesia. En
estos años Lutero se casó y su casa se convirtió en centro de reunión de la
comunidad de pastores evangélicos. La propagación de las ideas luteranas se
benefició por la situación geográfica del Imperio que se encontraba en el
centro de Europa. Los mercaderes alemanes cuando viajaban a Francia, Holanda,
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Venecia entre otros lugares, llevaban libros de Lutero, y lo mismo
hacían los estudiantes alemanes que viajaban a otros países.
El Calvinismo
Su
responsable fue Juan Calvino (1509-1564), profesor y predicador oriundo de
Ginebra, Suiza. Este elaboró una doctrina de la
predestinación, siguiendo las ideas
de Lutero. En su doctrina decía que Dios es libre y concede a los hombres la vida eterna o los condena.
Es decir, la salvación estaba predestinada. El hombre debía aceptarlo y no
podía hacer nada al respecto. Calvino
creo la Republica Protestante en Ginebra, donde estableció un estricto control
en el cumplimiento de los mandatos
religiosos y persiguió con violencia a los disidentes.
Las ideas de Calvino se difundieron por Europa y su doctrina recibió el nombre
de Calvinismo.
En Francia tuvo mucha aceptación y sus seguidores en este país recibieron el
nombre de hugonotes, los cuales
tuvieron unos violentos enfrentamientos con los
católicos. En el caso de Escocia, los
calvinistas se conocieron como puritanos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
El Anglicanismo
El anglicanismo
nació de iniciativa del rey Enrique
VIII de Inglaterra, que a consecuencia de la falta de autorización del Papa Clemente
VII de poder divorciarse de
su esposa, Catalina de Aragón, para poder casarse con Ana Bolena (joven
doncella de la corte), decidió
desvincularse de la Iglesia Católica. Ante la negativa del Papa, Enrique
desconoció la autoridad de este y
produjo el cisma religiosos en 1533, obteniendo el control total de la Iglesia de Inglaterra y erigiéndose en
su cabeza mediante el dictado del Acta de Supremacía (1534). Dos años
después se llevó a cabo la
secularización de los bienes de la
Iglesia, suprimiendo los monasterios.
Las tierras abaciales (de las abadías)
fueron transferidas al rey, quien las vendió
o cedió a los cortesanos y
burgueses. Así se constituyó una nueva nobleza (gentry), atada al soberano y a
la nueva religión. El rey inglés al decidir romper con la Santa Sede y creó una
Iglesia nacional conocida como Iglesia Anglicana. La Iglesia Anglicana
combina elementos del catolicismo y del calvinismo.
Enrique VIII, su
primera esposa Catalina de Aragón y la que originó el conflicto con la Iglesia
Apostólica Romana, Ana Bolena. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Bolena
La Contrarreforma Católica
Cuando se desarrollaba la Reforma Protestante, los católicos también renovaron su vida
espiritual. El ataque luterano causo la aparición de numerosos textos que
defendían la teología católica tradicional. La Contrarreforma Católica apareció
como respuesta al culto protestante, pero también tuvo su origen en la profunda
sensibilidad espiritual del siglo XVI.
Un
acontecimiento fundamental para la reorganización católica fue la reunión del Concilio
de Trento (1545-1553), donde se redactaron los decretos que originaron
el catolicismo moderno. Fue concilio fue convocado por el Papa Paulo
III, en donde se condenó los abusos con la ambición de poder temporal
del clero y aseguró enérgicamente la doctrina y los artículos de fe que los
protestantes se habían cuestionado.
Reafirmó la salvación eterna del alma, y estableció
que no solamente tenía valor la fe, sino también la voluntad del hombre, que libremente elegía
el camino del bien y las buenas obras. Reconfirmó la autoridad de la Iglesia como única intérprete de las Sagradas
Escrituras y a éstas como fuente de la verdad. Además, el Concilio
decidió instaurar seminarios para la instrucción
del clero, hacer respetar el celibato
y obligar a los obispos a residir en
la sede que se les destinaba, para que fuesen vecinos de los fieles, de cuyas almas eran custodios.
Una medida
muy importante de este concilio fue la creación de la Compañía de Jesús,
fundada por San Ignacio de Loyola en el año 1540. Los Jesuitas, como se
denominaba a los integrantes de la Compañía de Jesús, fueron incondicionales
defensores del Papa. Sobresalieron en la fundación de escuelas y el impulso de
las misiones evangelizadoras. A partir de fines del siglo XVI extendieron su
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
militancia al continente americano, donde
fundaron las famosas misiones jesuíticas, con la misión
de evangelizar a los nativos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Unidad II: Los estados imperiales en América
Los mexicas o aztecas: orígenes
Los aztecas o mexicas también son de origen chichimeca, es decir tribus
guerreras venidas del norte que se instalaron en los valles del México.
Pertenecían a una filiación lingüística denominada nahua, como los toltecas por ejemplo. “Este último
grupo de origen chichimeca venido del norte hace su aparición en el valle a
mediados del siglo XIII procedente del mítico sitio de Aztlán. (…) Sirvieron un
tiempo como auxiliares o mercenarios en los
ejércitos de Tula y al derrumbarse su dominio entraron en el valle de
México tras otros grupos chichimecas que se habían asentado en las ciudades de
origen tolteca.”12 Luego, dice la leyenda, hacia el año 1325
llegaron a “una isla pantanosa dentro de una laguna donde encontraron un águila
sobre un nopal devorando una serpiente. Nopal o tunal se dice tenoch
en idioma nahua, de allí el nombre de Tenochtitlán.”13 Los aztecas alcanzaron su predominio en la región gracias a una política de alianzas, confeccionando una
confederación entre tres ciudades: Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba.
“La mística guerrera ideada por los
jefes-sacerdotes de Huitzilopochtli, dios del Sol y de
la guerra, va a ser el motor que
lleve a los aztecas a nuevas
conquistas llegando a convertirse hacia 1427 en los amos supremos pero odiados de casi toda Mesoamérica. Su
dominio se extendió del Atlántico al Pacifico formando un imperio de 38
provincias desde donde llegaban toda clase de productos exigidos desde el poder
central. Las ciudades eran populosas, sobre todo Tenochtitlán, que llegó a
tener entre doscientos y trescientos mil habitantes cuando se unió a
Tlatelolco, donde diariamente funcionaba un mercado al que concurrían más de
sesenta mil personas.”
“En muy poco
tiempo, gracias a la gran capacidad militar, los aztecas lograron imponer su
dominio a todo el valle de México: desplazaron de las mejores tierras de
cultivos a algunos de los pueblos vencidos; y exigieron a otros la entrega de
fuertes tributos, a cambio de permitirles mantener su propio gobierno. Como
consecuencia de las conquistas realizadas, la sociedad azteca contó con más
recursos materiales para continuar con su expansión. Al mismo tiempo se
registró una fuerte diferenciación de riqueza y de poder entre sus habitantes.”
Organización
política y social de los aztecas
“El Estado azteca tuvo un carácter fuertemente teocrático: el emperador
era considerado un dios, y los sacerdotes
tenían a su cargo numerosas funciones de gobierno. El centro administrativo y
religioso del Estado azteca era la ciudad de Tenochtitlán. (…) El emperador, a
quien llamaban tlatoani –palabra que en lengua de los aztecas, el nahuatl, significaba „el que
habla‟-, era elegido por un consejo integrado por los sacerdotes más importantes y los más altos jefes militares.
Los sacerdotes
eran los responsables de la
preparación de las ceremonias
religiosas, de la sanción de las leyes
y de la administración de justicia. Las leyes
del Estado azteca eran muy severas, y los
castigos variaban de acuerdo con la posición social del infractor. Los
asesinatos, las violaciones y traiciones
al Estado eran penados con la muerte. Representación del emperador
azteca recibiendo tributos. Fuente: http://www.odisea2008.com/2008/06/mxico-azteca.html Los funcionarios del
Estado dependían directamente del tlatoani y
tenían, entre otras tareas, el control de los
productos que se almacenaban en concepto de tributos y el mantenimiento
del orden público. El poderío del ejército azteca fue decisivo para la ampliación de la autoridad del Estado. Las guerras de conquistas fueron una
importante fuente de recursos económicos, ya
que permitieron incorporar nuevas tierras de cultivo y obtener los tributos exigidos a los pueblos derrotados. Cada año, en los almacenes estatales de Tenochtitlán
ingresaban como tributo más de dos millones de mantas de algodón, objetos de
lujo y alimentos.
Como
consecuencia de los fuertes tributos
que debían pagar o, ante las
exigencias de entregar jóvenes para ser sacrificados en rituales
religiosos, algunos pueblos sometidos se sublevaron contra el poder militar
azteca. En ciertas ocasiones, para evitar sublevaciones o disminuir los gastos militares, los aztecas establecieron con los pueblos vencidos relaciones más
amistosas. Aunque todos
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
tuvieron la
obligación de tributar, algunos pueblos conservaron el derecho a tener sus
propias autoridades. Por esta razón, algunos historiadores consideran que el Estado
azteca no llegó a constituir un verdadero imperio, sino una federación de
Estados asociados bajo la autoridad superior del tlatoani.”
“La estructura
social se sustentaba en veinte clanes o barrios llamados calpullis, cada uno de los cuales elegía un jefe o calpullec
cuya función consistía en proteger y defender su jurisdicción y en
mantener al día el registro de las tierras
del capulli.”17 En cuanto la
organización social podemos decir que los aztecas se dividieron en tres sectores sociales bien
diferenciados: los pilli, los macehuales y los tlatlacotin. “Los pilli conformaban el grupo
privilegiado, integrado por los sacerdotes,
los guerreros y funcionarios. Ellos
eran los propietarios de la mayor
parte de las tierras, no pagaban ningún tipo de tributo y
controlaban el Estado. En algunas ceremonias religiosas y juegos rituales –como
el juego de pelota- , solo ellos podían participar. La autoridad de los sacerdotes estaba basada en el
prestigio que le daban sus conocimientos de la
astronomía y medicina, entre otros saberes, que les permitían aparecer frente al resto de la sociedad como poseedores de poderes
mágicos. El conjunto de los trabajadores
integraban el grupo de los macehuales.
Los campesinos, los artesanos y los comerciantes constituían la mayor
parte de la población y carecían de los privilegios que tenían los pilli. Los agricultores vivían en
aldeas que estaban situadas en las zonas rurales aledañas a las ciudades; en
cambio, los comerciantes y los artesanos habitaban en los centros
urbanos. Los macehuales tenían la obligación de estregar al Estado tributos
para asegurar el abastecimiento de los alimentos
para los grupos privilegiados que no
trabajaban. Además, también debían entregar tributos en trabajo. Estos trabajos
eran organizados por los funcionarios
del Estado y consistían en la construcción de templos y de las
viviendas para los miembros del
grupo privilegiado. Entre los aztecas
existían personas consideradas no libres, llamados tlatlacotin. Muchos de
ellos eran mujeres y niños cautivos de guerra o personas que, por haber
cometido ciertos delitos, eran penadas con la
obligación de servir a un pilli, con la consecuente pérdida de la libertad. Se les permitía poseer tierras
y otros bienes, y vivir con sus familias.”
Economía, religión y conocimientos aztecas: artes y ciencia
En cuanto a
lo económico, “las continuas guerras y los gastos públicos exigían la
explotación de extensas parcelas de tierra, cuyo producto engrosaba las arcas
del Estado. Cada capulli tenía la propiedad comunal de la tierra de su
jurisdicción, la que era otorgada a los padres de familia. (…) cultivaron maíz,
ají, frijol, tomate, etc.; con el cacao elaboraron el chocolate (cocoatl)
y con la fermentación del jugo del ágave fabricaron una bebida conocida
actualmente con el nombre de pulque; usaron también el tabaco. No
practicaron la ganadería y solo cazaban animales silvestres. La
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
industria textil
produjo valiosos tejidos de algodón, hilo de maguey o pelo de conejo.
Trabajaron los metales, fundamentalmente
el cobre. Los objetos de joyería y cerámica y el trabajo de la pluma se cuentan entre sus artesanías
características. Los mercados constituían grandes centros de intercambio. En ellos se concentraba toda la producción, a tal punto que su variedad,
riqueza y colorido impresionaron a los conquistadores
españoles.”19 En estos mercados se podía comprar desde
esclavos hasta telas, comida y joyas. El cacao era usado como moneda aunque
también existían canutos de plumas rellenos de oro en polvo. La ciudad de
Tenochtitlán, al estar en un lago y a falta
de tierras, los aztecas
sembraron en chinanpas, especie de islas flotantes cubiertas de barro que
sacaban del fondo del lago. Además de las ferias
comerciales internas, existía el comercio a larga distancia. Estos comerciantes
o pochtecas,
“desempeñaban un importante papel en la declaración
de las hostilidades, pues la negativa a comerciar se tomaba como una
declaración de guerra. También hacían de espías de las regiones aun no conquistadas, y, si eran atacados,
el poder central mandaba sus ejércitos para que los vengaran.”
Al ser un Estado
teocrático, la religión fue muy importante entre los aztecas. “Adoraban a numerosos dioses, en los cuales veían reflejadas sus ideas sobre la vida y los fenómenos naturales. Entre los más
populares se encontraban Tonatiuh (el Sol); Metztli
(la Luna); Huitzilopochtli
(deidad de la guerra) y Quetzalcoatl
(serpiente emplumada, dios de los vientos).
La creencia en una vida ultraterrena les hizo concebir la existencia de moradas destinadas a recibir a los muertos: Mictlán –casa de las sombras- gobernada por la deidad de la muerte y Tonatiuh Ichan –casa del Sol- donde iban los guerreros valientes y los
muertos en la piedra de los sacrificios.”
Los
sacrificios humanos eran moneda corriente. Para los sacrificios humanos, los
aztecas “inventaron las llamadas „guerras floridas‟, cuyo objeto era conseguir
victimas para los sacrificios a los dioses. Creían que el Sol debía librar cada
noche una batalla con multitud de estrellas. Para volver a aparecer al nuevo
día, era necesario fortificarlo con sangre de prisioneros. Las víctimas,
pintadas (…) debían escalar la pirámide sagrada que llevaba al templo. Estando
aun vivos, el sacerdote les arrancaba el corazón para que el Sol pudiera
comerlo y levantarse nuevamente a combatir. Creían también que el mundo, antes
de llegar al estado actual, había pasado por cuatro edades o soles terminados
en cataclismos. Ellos vivían en el curso de la quinta edad o quinto sol, que
acabaría con terribles terremotos y solamente la guerra y los sacrificios
podían retrasar la llegada de aquel día.”
Los aztecas también
desarrollaron un conocimiento bastante avanzado, como por ejemplo la escritura, la enumeración, la medicina
y la observación astronómica. Fueron
hábiles arquitectos, y en cuanto al arte trabajaron muy bien la metalurgia, la
cerámica y la piedra, que utilizaron
para ser monumentales esculturas. “A modo de escritura utilizaron ideogramas y
jeroglíficos de difícil interpretación. Sus códices23, asentados en fibra de maguey entretejida y piel de venado,
formaban largas tiras que doblaban a manera de biombos. Realizaron cálculos
matemáticos basándose en una numeraron vigesimal a base de puntos del 1 al 19.
También utilizaron signos convencionales para distinguir otros números. La
observación astronómica les permitió elaborar un calendario ordinario de 365
días (xihuitl) agrupado en 18 meses de 20 días cada uno, a los que se agregaban 5 días
complementarios. Contaban también con un calendario ritual organizado en 13
meses de 20 días (tonalámatl). Cada 52 años coincidía el comienzo de los calendarios, organizándose entonces la
fiesta del Fuego Nuevo. /
Los aztecas
fueron notables arquitectos; los restos arqueológicos son bien elocuentes y sirven
para darnos una idea del grado de perfección alcanzado, sobre todo en cuanto al
desarrollo del urbanismo. Alrededor de la gran plaza (en la ciudad de
Tenochtitlán), cercada por una muralla, había algunos palacios (entre ellos el
de Moctezuma
II24) y otros edificios oficiales. Como era una
ciudad lacustre, tenía canales además de las calles de tierra. Originalmente
construida sobre islotes, se comunicaba con tierra firme a través de grandes
calzadas. Se estima que albergaba alrededor de 500.000 habitantes. (…) Las
esculturas tienen, en general, un sentido religioso aterrador, pero algunas
figuras humanas revelan un gran realismo y perfección. Una de las muestras más
interesantes de su escultórica en la Piedra del Sol o Calendario
Azteca en la que resumen todos los conocimientos astronómicos de su
pueblo. Fue encontrada en el siglo XVIII al removerse el pavimento de la Plaza
Mayor de México.”
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Representación
de los cultivos aztecas en sus chinanpas. Fuente:
Las culturas de los Andes Centrales del
periodo posclásico: los chimú
Al decaer el
Imperio Tiahuanaco-Huari aproximadamente hacia el siglo XII de nuestra era, en
la zona norte de la costa del Perú, donde antiguamente se había asentado la cultura mochica, se desarrolló a partir del 1300 la confederación Chimú. En
verdad, la cultura chimú tiene sus orígenes hacia el año 900, siendo en este
momento una cultura tributaria del imperio Tiahuanaco-Huari. A partir del 1300,
y ya con la desaparición de imperio anteriormente señalado, los chimú lograron dominar una vasta franja
del norte de la costa peruana que va desde Tumbes (ciudad que limita con la
actual Republica del Ecuador) hasta el valle de Huarmey (valle cercano a Lima).
“Su capital, Chan
Chan (cerca de la actual
Trujillo), fue, con sus 20 kilómetros cuadrados donde vivían cerca de 30 mil
habitantes, la ciudad más opulenta y más grande de América del sur26. Estaba cruzada por una red de calles interrumpidas por grandes
plazas. Aun pueden apreciarse los dibujos
geométricos de las tracerías que decoraran las paredes. Además de muy buenos
alfareros, los chimúes eran los mejores
orfebres. Cientos de alhajas, mascaras de oro, collares, orejeras y narigueras
han aparecido en sus cementerios, desgraciadamente muy saqueados por los buscadores de tesoros.”
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Extensión
geográfica del imperio Chimú. Fuente:
Los Incas: los hijos del Sol
La civilización
incaica supo construir una organización política cuya extensión
constituyó uno de los territorios más extensos que hayan existido sobre el
planeta Tierra: desde el sur de la actual república de Colombia hasta el norte
de Chile y el noroeste de la Argentina. Su centro fue Cuzco (el ombligo del
mundo en idioma quechua), en la sierra central de Perú. En cuanto al origen de
los incas, su historia se mezcla con un sistema cosmológico y legendario que
supieron construir los mismos incas, y que los cronistas de la época colonial
recogieron de la historia oral. Ahora, la línea que separa lo mítico de lo
histórico es muy imprecisa.
“Si dejamos a un
lado la concepción cosmogónica según la cual hubo cuatro edades anteriores a la
época actual, el lugar de origen de los incas
debe situarse a 25 Km. Al sureste de Cuzco, en el llamado Paccari-Tambo, donde se
alzaba una colina, llamada Tampu-Tocco (posada del nicho), de
donde salieron las primeras generaciones de los
incas.”32 Según la leyenda,
en esta colina había tres cavernas de las que
salieron tres linajes. “La del medio había dado paso a cuatro hermanos, Ayar
Manco, Ayar Cachi, Ayar Uchu y Ayar Auca, y a sus
hermanas que eran también sus esposas. Seguidos de diez linajes salidos de las
cavernas laterales, los hermanos
Ayar se dirigieron hacia el valle de Cuzco, deteniéndose un año o dos a lo
largo de la ruta. En cada alto que
hacían fundaban un pueblo. Ayar Manco,
más conocido como Manco Cápac, logró por diferentes artimañas deshacerse de sus
hermanos. (…) Al quedar solo como jefe de
la migración, Manco se detuvo en el valle de Cuzco, allí donde se clavó
profundamente una varilla de oro que lanzaba
de vez en cuanto para conocer la naturaleza del suelo.”33
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Otro origen
mítico nos dice: “el sol, viendo el estado penoso de los hombres, creó una pareja: Manco Cápac, el varón y Mama
Ocllo, su esposa y hermana; les entregó
un bastón de oro y les ordenó ir por
el mundo para civilizar a los pobladores.
Les encargó fundar una tribu, e implantar en él el culto al sol. Manco Cápac y
Mama Ocllo salieron de las espumas
del Lago
Titicaca, y avanzaron hacia el norte. El bastón de oro les serviría para encontrar el lugar ideal
para la fundación del Imperio, pues en él se hundiría el bastón hasta
desaparecer. Decidieron separarse, marchando Manco Cápac al norte y Mama Ocllo
al sur del valle, para convocar a la gente y someterla. Los habitantes de
todo el valle no tardaron en
reconocerlos como seres sobrenaturales.
Después de un largo recorrido, el cetro se hundió en el cerro Huanacauri.
Manco Cápac y Mama Ocllo se establecieron allí. Manco Cápac mandó a los que estaban con él instalarse en la
parte alta del valle, que se llamó Hanan
Cuzco; y Mama Ocllo colocó a los suyos
en la parte baja o Hurin Cuzco. Ambos ayudaron
a mejorar el lugar; enseñaron a los hombres
que allí vivían a trabajar la tierra y a construir canales. A las mujeres Mama
Ocllo les enseñó a coser, cocinar y hacer telares.” Entonces, de estos relatos
míticos podemos tener un indicio de los orígenes
históricos de los incas. Apoyados en
estudios arqueológicos, se puede constatar que existió tal migración y que a
mediados del años 1200 Manco Cápac fue el primer gobernante de Cuzco, que,
“sometiendo a las tribus de los alrededores, fundó el reino inca.
Manco Cápac unificó a los huallas,
poques
y lares, y con ellos se estableció
en la parte baja de la ciudad. De
este modo se inició la dinastía de los Urin
Cuzco. Poco tiempo después ordenó la
construcción de la primera
residencia de los incas, el Inticancha
o Templo del Sol. Su hermana y esposa fue Mama Ocllo.”
Formación del Imperio incaico o Tahuantinsuyu
Desde los inicios de la cultura incaica hasta la
conquista de los españoles, que
desarticuló del Imperio Inca, se
sucedieron doce incas, de los cuales
los últimos han podido datarse.
Ellos son: Manco Cápac; Sinchi Roca; Lloqui Yupanqui; Mayta Cápac; Cápac Yupanqui;
Inca Roca; Yahuar Huácac; Viracocha; Pachacuti Inca Yupanqui (1438-1471);
Topa
Inca Yupanqui (1471- 1493); Huayna Cápac ((1493-1525);
Huachar y Atahualpa (1525-1532). “Fue bajo el reinado de Yahuar
Huácac, en la segunda mitad
del siglo XIV, cuando los incas,
gracias a dos hábiles generales, primos o hermanos del emperador, se impusieron
a los pueblos del valle de Cuzco.
Bajo el siguiente emperador, Viracocha, el Estado incaico tuvo la
suficiente fuerza para intervenir en las querellas entre dos reinos
importantes. (...) Los incas tenían
al norte, por vecinos inmediatos, a los quechuas,
a los cuales estaban unidos por la lengua y sin duda también por el estilo
de vida. Más allá, mientras se afirmaba
el Estado inca, se formaba de igual manera la confederación de las tribus chancas. (…) En los comienzos del siglo XV, la confederación chanca, orgullosa de su
organización militar, se lanzó a una serie de conquistas.”36 De no ser por uno de los hijos de Viracocha, Yupanqui
(que después se hizo nombrar Pachacuti (el transformador), los chancas hubieran formado un gran imperio.
El emperador
Viracocha, lejos de estar contento
con su hijo Yupanqui, intentó asesinarlo para poder heredarle el trono a su
hijo favorito. El intento fracasó, y Yupanqui se hizo nombrar emperador con el
nombre de Pachacuti Inca Yupanqui en el año 1438. A partir de ahora,
desbaratado el poder de los chancas,
el peligro estaba al sur, los reinos
aymaras. Diez años después de su reinado, murió su padre Viracocha e
inmediatamente después de su funeral, empezó a preparar su guerra expansionista
hacia el sur, donde se hallaban los reinos
aymaras. El ejercito se dirigió, “al mando de Apo Conde Mayta hacia la
frontera con los collas, poderoso
grupo que tenía como señor a Chuchi Cápac, también conocido como
el Colla
Cápac. No tardó Pachacuti en
unirse a estas tropas de avanzada. (…) Enterado el Colla Cápac de la incursión
inca en sus territorios, se dirigió con sus ejércitos al pueblo de Ayaviri
para esperarlos. Al llegar Pachacuti a esta localidad pudo comprobar
que no se produciría un sometimiento pacífico, por lo que se entabló una larga
batalla. A medida que la lucha se prolongaba temiendo ser derrotados, los collas se replegaron hacia Pucará, hasta donde fueron
perseguidos por los incas. En Pucará
se libró un segundo enfrentamiento del que no solamente salieron victoriosos los cusqueños, sino que lograron tomar prisionero al poderoso Colla Cápac.
Una vez asegurado el triunfo,
Pachacuti se dirigió
a Hatun Colla, morada del curaca derrotado, donde
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
permaneció hasta que todos los pueblos subordinados se acercaron a
rendirle obediencia.”37 Tras algunas batallas con
grupos aymaras rebelados, Pachacuti logró derrotarlos y unir el territorio al
imperio incaico con el nombre de Collasuyu.
“Posterior a
la victoria frente a chancas y collas, las obligaciones
legislativas de Pachacuti lo retuvieron en el Cuzco, por lo que tuvo que
encargar (y no dirigir más) las siguientes
expediciones conquistadores del Imperio Inca, mientras él se encargaba de la remodelación del Cuzco y la
consolidación del gobierno imperial. La primera de estas expediciones fue
encargada a su hermano Cápac Yupanqui hacia territorios del
reino Chimú, y las demás a
su hijo y sucesor Topa Inca Yupanqui tanto al norte como al sur del imperio, con
estas conquistas el Tahuantinsuyo llegaría cerca su máxima expansión y mejor
consolidación, todo bajo el gobierno del noveno inca: Pachacuti.”
“El sucesor
de Topa Inca Yupanqui fue, finalmente, Huayna Cápac (1493-1525), durante
cuyo reinado prosiguió el esplendor del imperio
incaico, aunque el engrandecimiento territorial había terminado con la muerte de su padre, probablemente porque
las fronteras políticas habían alcanzado ya
los limites naturales.”39 Sin embargo, Huayna Cápac
llevo un poco más allá las fronteras (llegó hasta los límites con Ecuador de la actual Colombia) y debió aplastar
algunas revueltas, especialmente la de Quito y de las costas sureñas de Ecuador.
El imperio Inca o
Tahuantinsuyo. Fuente:
http://fo.wikipedia.org/wiki/Mynd:Expansion_Imperio_Inca.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Organización política, social y económica del Tahuantinsuyo
La máxima
autoridad del Estado incaico era el emperador, denominado el Inca,
a quien se lo reconocía como el “hijo del Sol”. El Inca tenía
carácter sagrado y por ello concentraba la autoridad política y religiosa del
imperio al mismo tiempo. Es por ello que se considera a la organización
política de los incas como un Estado teocrático, pues el Inca era
un dios en la Tierra. El Inca gobernaba junto a un conjunto de funcionarios
denominados “orejones” (nombre dado por los conquistadores españoles al ver
que estos funcionarios tenían largas orejas debido a colgantes que las
alargaban). “No se concebía al Inca soltero. La Coya era la esposa
principal del Inca y gobernaba junto a él. Al igual que su marido, era un ser
sagrado y se veneraba como hija del Sol y de la Luna. Los cronistas se
preocuparon siempre de presentar a la Coya como hermana del Inca, además de su
esposa. La razón es que ambos eran considerados hijos de los mismos „padres‟, y
que la gente andina llamaba „hermanos‟ a las personas que pertenecían a una
misma generación.”40
Para los fines administrativos, el imperio de
los incas se dividía en cuatro
partes o suyu: el Collasuyu,
al sur, era la más extensa. Abarcaba la zona del lago Titicaca -de donde
provenían los collas-, casi toda la actual Bolivia, el norte y el centro de
Chile, hasta el río Maule, y el noroeste de la Argentina41. El Cuntisuyu, segunda parte del imperio, abarcaba las regiones situadas al oeste y al sudoeste del Cuzco. El Chinchasuyu,
nombre derivado de los pueblos chinchas
que habitaban parte de la región,
ocupaba el territorio de Ecuador y el sur de Colombia. La última parte, el Antisuyu,
se extendía hacia el este, donde estaban las laderas orientales de la
cordillera y el comienzo de las selvas amazónicas, baluarte de los chiriguanos de origen guaraní.”.
La palabra Tihuantinsuyu, que se usa para designar el Imperio Incaico,
significa las cuatro partes del mundo.
“La base de la
economía incaica y de los pueblos
que estaban bajo su influencia fue la agricultura. Frente a los obstáculos que el medio natural
presentaba para el desarrollo de los cultivos
a gran escala, los incas desarrollaron técnicas que les permitieron obtener cantidades
crecientes de alimentos. En las zonas áridas cercanas a la costa del Pacifico,
construyeron canales de riego y fertilizaron el suelo con guano –excremento de
aves marinas-. En las tierras
interiores, donde predominaban las sierras, lograron cultivar sobre los terrenos de las laderas construyendo terrazas.”43 Los incas cultivaron
principalmente el maíz, la quinoa, la quihuicha,
el frijol, el maní y la yuca. También una gran variedad de papas, zapallo,
camote, tomate, ají, entre otros. Entre los
animales de pastoreo domesticaron la llama y la alpaca, además de las
especies silvestres como el guanaco y la vicuña.
“Hacia el 1400, los incas habían
alcanzado una sólida organización económica y política, y entre ellos se
diferenciaban diversos grupos sociales. La gran mayoría de la población estaba
compuesta por hombres libres que vivían de los
cultivos y de la cría de animales que realizaban en sus tierras. Los
campesinos se agrupaban en comunidades a las
que llamaban ayllus. Cada ayllu esteba integrado por un conjunto de personas
unidas por lazos familiares y que se
consideraban descendientes de un antepasado mítico común.
Los campesinos que
integraban un ayllu no eran propietarios individuales de las tierras que ocupaban. Las tierras eran propiedad de toda la comunidad, el trabajo estaba organizado
de manera colectiva, y los alimentos
que se obtenían eran repartidos entre todos los
integrantes del ayllu. Esta forma de organizar la subsistencia fue
denominada reciprocidad. La práctica de la solidaridad interna y la
cooperación entre los miembros de un
grupo familiar extenso eran habituales entre los
pueblos del área andina, aun antes de que la influencia de los incas se extendiera por la región. En
cada comunidad de campesinos (ayllu) se destacaban los curacas, quienes se diferenciaban porque eran considerados
descendientes directos de los antepasados
fundadores del ayllu. Los curacas tenían el privilegio de no trabajar la tierra
y eran los encargados de organizar
el trabajo de los campesinos. Muchos
de estos jefes locales recibían una educación especial en la capital del Estado incaico, el Cuzco, y
luego se desempeñaban como jefes de los gobiernos
provinciales. El grupo social que tenia los mayores privilegios estaba formado por
los sacerdotes, los jefes guerreros y los más altos funcionarios del Estado.”
– HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La propiedad
de la tierra y la organización de la producción agrícola
En el área
andina se diferenciaban cuatro zonas que tenían distintos climas, altitud y
ecosistemas. En la costa, donde la alimentación
de los habitantes consistía
principalmente en pescados y frutos del mar;
la sierra, donde se practicaba la agricultura extensiva cultivando maíz,
utilizando la técnicas de las
terrazas de cultivo y construcción de canales; la puna, donde se cultivaba papa y quinoa, aprovechando el
deshielo como sistema de irrigación natural, y criaban llamas y alpacas; y la selva, donde se disponía de frutos
tropicales en abundancia. “Para mejorar la alimentación
del conjunto de la población, los incas
organizaron un sistema de distribución de alimentos entre las distintas zonas
productoras. De este modo, lograron que todos los
habitantes tuvieran una alimentación más variada. Todas las tierras eran consideradas propiedad
del Inca; pero, al mismo tiempo, estaban divididas entre categorías y cumplían
distintas funciones.
Las tierras del
Inca estaban destinadas exclusivamente al mantenimiento de la familia real y del grupo de jefes militares y funcionarios más cercanos al
emperador. Las tierras del ayllu eran trabajadas por las comunidades de campesinos, quienes obtenían de ellas una
parte de los productos necesarios
para su subsistencia. Las llamadas tierras del Inti, en quechua sol,
estaban administradas por los sacerdotes,
y su producción serbia para sostén del culto
religioso oficial. Además de los alimentos
para los sacerdotes, en las tierras
del Inti se criaban animales destinados a ser sacrificados para honrar a los dioses.”
El trabajo comunitario del
Ayllu. Fuente: http://wa1.www.artehistoria.jcyl.es/civilizaciones/jpg/AMT26902.jpg
El tributo y la redistribución de los excedentes
“El funcionamiento del Estado y la subsistencia de las comunidades de
campesinos dependían de la entrega y la redistribución de tributos. Tanto los
pueblos sometidos a la voluntad del Imperio como las mismas comunidades de
campesinos incas estaban obligados a entregar tributos al Estados. Pero, al
mismo tiempo, el Estado se encargaba de la redistribución de alimentos y otros
bienes, y
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
aseguraba, de este modo, que el conjunto de la población contara con
los recursos necesarios para la subsistencia.
El Estado
también organizaba los trabajos que los campesinos debían realizar en concepto
de tributo. En general, estas tareas consistían en servir en el ejército y
trabajar en la construcción de palacios, templos, canales de riego, terrazas de
cultivo y de la red de caminos. La construcción de nuevas ciudades, por
ejemplo, se realizaba utilizando la fuerza
de trabajo de las comunidades campesinas que vivían en los alrededores del nuevo emplazamiento. Algunos campesinos
debían dejar sus tierras y acudir a los centros
urbanos para construir edificios. Mientras tanto, las mujeres cumplían turnos
de trabajo durante los cuales debían
tejer mantas y cocinar para los campesinos
que habían ido a trabajar a la ciudad. Estos turnos de trabajo recibían el
nombre de mita. Los trabajadores
que cumplían con la mita vivían en el lugar de trabajo durante el tiempo fijado
por los funcionarios y luego
regresaban al ayllu, su lugar de
residencia habitual. Otros campesinos suspendían sus labores agrícolas para
trasladar los materiales de
construcción y los cereales
necesarios para alimentar a los trabajadores
mitayos. De este modo, la urbanización impulsada por el Estado contribuyó a
extender por toda el área andina las
formas de organización social tributaria de los incas.
El
funcionamiento de este sistema de redistribución era posible gracias a que los
ayllus tenían capacidad de producir excedentes de alimentos. La forma de
recolección y distribución de esos excedentes estaba organizada de manera
similar a lo largo de todo el Imperio. Desde Cuzco, el principal centro
administrativo, se establecían las cantidades de tributo en trabajo o en
productos que debía entregar cada ayllu. La orden era trasmitida a los curacas,
quienes eran los encargados de recolectar los tributos y depositarlos en los
almacenes reales, diseminados por todo el Imperio. A su vez, los curacas debían
informar a los funcionarios del Estado cual había sido el volumen de producción
del ayllu y que productos necesitaban. Esa información permitía a los
administradores saber en qué zonas sobraban y en cuales faltaban determinados
productos. Luego, se ponían en marcha el sistema de distribución de los
excedentes acumulados en los almacenes para que todos los ayllus contaran con
lo necesario para la subsistencia.”
Existían
también otros tipos de trabajos, ya no para el Estado, sino para el Ayllu en
general o para un particular del mismo. Por ejemplo el Aini, era la ayuda
basada en las prestaciones de mano de obra. Se daba entre los miembros del
ayllu y esta ayuda podía ser para el pastoreo, la ayuda en sus campos o la
construcción de una vivienda. En cambio, la Minca, era un trabajo comunitario,
en el cual el beneficio era para toda la comunidad y no, como en el caso del
Aini, para un individuo en particular, como la refacción de un puente, de los
caminos o limpieza de un canal.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La
religión y los conocimientos de los incas: artes y ciencias
Entre los incas no existía el concepto abstracto
de dios, pero los múltiples dioses a
los cuales se les rendían culto estaban asociados a
fenómenos de la naturaleza. La causa
de este tipo de dioses es por el carácter agrícola de la civilización y su
dependencia de los factores
climáticos y meteorológicos. Como todos los
pueblos precolombinos, la religión
era de carácter politeísta, sin embargo, el Estado
Inca impuso al dios Sol (Inti), como el primero entre los dioses. “Para dominar este verdadero
Imperio de casi un millón de kilómetros cuadrados, con una población calculada
entre 8 y 14 millones de personas, Pachacuti, el reformador, impuso el quechua
como lengua oficial y el culto al Sol,
Inti,
como religión de Estado, aunque se mantuvo la creencia en Viracocha, el Dios
Creador y héroe cultural, así como la veneración a Illupa –dios del trueno,
el rayo, que provoca las lluvias- y, en
menor grado, por la Luna y la
Estrella de la Mañana. Cultos muy antiguos como el de la Pachamama, la madre tierra a la que se sigue
ofrendando el primer trago de chicha47, y
veneración por las huacas48 y por las apachetas49, han llegado hasta
nuestros días entre los pobladores
del antiguo imperio.”
Los incas aprovecharon los progresos culturales y científicos de los pueblos conquistados. Sin duda, su
aporte indiscutible se dio en el campo de la arquitectura, que marcó un estilo
propio en los Andes. La piedra fue
su elemento fundamental. “La arquitectura incaica se caracterizó
por su simetría, además de la monumentalidad
y la sencillez en sus edificaciones. La utilización de los lados de las piedras
fue característica en la mayoría de sus construcciones, aunque en la costa
utilizaron también el barro. (…) Las huellas de sus trabajos muestran una gran
maestría en el trabajo de la piedra, pues fueron capaces de hacerlas encajar en
perfección, tallando incluso enormes bloques de más de cuatro caras.”
En cuanto a la
confección de textiles, “los tejidos incaicos tuvieron una alta importancia
ritual dentro del Tahuantinsuyu y constituyeron las ofrendas más importantes a los
dioses. (…) Existieron en la época incaica dos tipos de tejidos, que
diferían tanto por la fibra utilizada
como por la técnica empleada: los tejidos ahuasca y cumbi.
El primero se confeccionaba con fibras de llama y rea utilizado por la mayoría de la población. (…) El tejido
cumbi se confeccionaba con las mejores fibras, generalmente alpaca o vicuña,
utilizando también plumas, pelos de vizcacha o taruca, además de hilos de oro y
plata. (…) El tejido cumbi estaba reservado para personajes de alta jerarquía.”52 Comparándolos con las culturas preincaicas, la producción alfarera incaica no fue muy destacada. En las
cerámicas predominaban los colorees
amarillo, negro, blanco, rojo y anaranjado. Muchos estuvieron decorados con
dibujos y líneas geométricas. El principal instrumento cerámico era el aríbalo o urpu, que era una especie
de cántaro en el que se realizaba la fermentación
y transporte de la bebida chicha. Estos cantaros poseían el cuello largo y base
cónica, y llegaban a tener 1,5 metros de alto.
“Para los incas el control de las tareas
agrícolas, junto a la observación astronómica, fue la causa de la elaboración
de un calendario. Este era mucho más parecido al calendario occidental que el
de los pueblos mesoamericanos, ya que en su composición se incluían doce
periodos o quillas, apoyados sobre los dos
solsticios: el de verano el 21 de diciembre y el de invierno el 21 de julio.
(…) El calendario agrícola de los incas
comenzaba en agosto cuando se preparaban los
campos para la siembra del maíz en septiembre. Durante los dos meses siguientes se regaban los campos utilizando los diferentes sistemas hidráulicos. En
diciembre se hacia la siembra de la
papa y las legumbres, durante el mes de enero, en que las lluvias se iban haciendo cada vez más intensas y frecuentes, se escardaban los campos, mientras que, en febrero y
marzo, al tiempo que el maíz iba creciendo
y madurando, se trataba de defender la cosecha
de los pájaros y otros animales. Los meses de abril y mayo eran los más alegres, ya que llegaba el momento de hacer la recolección de otras plantas y el almacenamiento de los diferentes productos agrícolas.” Los incas desarrollaron un sistema de cordeles
y nudos, con cuerdas de diferentes colores y diferente extensión, denominados quipus,
que principalmente los utilizaban
para contabilizar. Algunos historiadores dicen que también los utilizaban para recordar historias o
leyendas. En cuanto a la cuantificación,
los incas desarrollaron un sistema
decimal, utilizando un criterio de posiciones y representando el cero mediante
la ausencia de
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
nudos. De esta manera, las cuerdas del quipu
se las utilizaba para representar los millares, las centenas, las decenas y
unidades.
Los
aborígenes que ocuparon el territorio argentino a la llegada de los españoles
Los pueblos aborígenes
que habitaban el territorio argentino ofrecían una distribución muy desigual en
cuanto a culturas y densidad de población. No podemos en este cuadernillo referirnos
a las culturas anteriores a la llegada
de los españoles que habitaron
nuestro territorio desde hace unos
11.000 años55, según dataciones de carbono 14, pero haremos un breve repaso sobre
las primeras sociedades agricultoras. Es necesario saber que las primeras culturas agroalfareras se
desarrollaron en el NOA desde tiempos
tan remotos como principios de la era
cristiana. La cultura llamada Condorhuasi, por ejemplo, presenta
piezas cerámicas notables adornadas con motivos geométricos blancos y negros
sobre fondo rojo, así como adornos de oro (pectorales, aros, pulseras, etc.)
que revelan un acabado conocimiento de la metalurgia. La de Tafí se
caracteriza por mascaras y grandes monolitos como los de El Mollar en Tucumán. Notables piezas de alfarería
decorada han dejado también las culturas
llamadas Cienaga, El Alamito y Candelaria,
pertenecientes todas al Periodo Temprano (hasta el 600 de
nuestra era). La etapa siguiente, llamada Periodo Medio, fue el de mayor
esplendor de las manifestaciones técnicas y artísticas del Noroeste, dominado
por la cultura de La Aguada, que duró aproximadamente hasta el año 1000 en que comienza el Periodo
Tardío. Las culturas predominantes de este último periodo fueron las de Belén y Santa
Maria, que florecieron hasta la llegada de los Incas en 1480.
A la llegada
de los españoles, el Noroeste era
sede de asentamientos urbanos como La Playa o Tastil56 (Provincia de Salta), y tambos a lo largo del Camino del Inca, que
llegaba hasta la actual provincia de Mendoza. El hecho de haber estado bajo la
influencia incaica dio a esta amplia zona cierta unidad lingüística, aunque el
quechua convivía con los idiomas de
cada parcialidad. Tenían estos pueblos una organización social, agricultura
intensiva con riego, cerámica bien elaborada y decorada, tejidos y hasta
metalurgia. Tenían también fortalezas llamadas “pucará”, lo que permite suponer
una densidad de población relativamente elevada en los valles, sobre todo en los
llamados de Diaguitas y Calchaquíes, donde habitaban
cantidad de parcialidades (hualfines, pulares, yocaviles, tolombones, quilmes,
etc.) que hablaban la misma lengua, el kakán, y cuyos nombres designan hoy
valles, ríos y quebradas. En la Puna
habitaban los Atacamas y en la quebrada los Ocloyas y Cochinotas, divididos también en
parcialidades que hoy designan pueblos (omaguacas, tilcaras, purmamarcas, etc.).
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Hacia Santiago
del Estero sobre los ríos Salado y
Dulce, habitaban los Juríes
y Tonocotés, que vivían de la agricultura
del maíz y del pescado. En la periferia del Noroeste habitaban otros pueblos de
distintas culturas: los llamados Lules,
en la provincia de Tucumán, cazadores
seminómades de origen guaraní, que a la llegada
de los españoles invadían
periódicamente a los Juríes y a los aborígenes de Salta y de Jujuy. Los Comechingones,
así llamados por su grito de guerra, agricultores muy primitivos, habitaban las Sierras Centrales de Córdoba. Extrañó
mucho a los españoles el hecho de
que tuvieran barba y que sus viviendas estuvieran semienterradas, sin puertas
ni ventanas. Entre Córdoba y Santiago del Estero vivían los Sanavirones, pequeña parcialidad que hablaba nueve dialectos.
En la región de Cuyo habitaban los Huarpes.
Todos estos pueblos, en los comienzos
de la etapa neolítica, estaban mucho más dispersos y con menos densidad de
población que los del Noroeste.
Al sur de estas
regiones, la Pampa, la Patagonia y Tierra del Fuego, estaban pobladas por
nómadas que usaba arcos y flechas y vivían de la caza, la recolección y la
pesca: Querandíes o Pampas en la región del Río de la
Plata, Tehuelches y Pehuenches, Chónecas, etc. En la
Patagonia; Onas, Yámanas y Alcalufes, también
llamados “indios canoeros”, en Tierra del Fuego. Desde comienzos del siglo XVI,
la zona de la Pampa y la Patagonia empezó a ser ocupada por Araucanos
o Mapuches que, cruzando la cordillera desde Chile, extendieron
por la fuerza su presencia hasta las fronteras de las ciudades coloniales en la
segunda mitad del siglo XVII.
La regiones
del Litoral, Chaco y Mesopotamia, estaban pobladas a la llegada de los españoles por pueblos pescadores y
cazadores que buscaban la proximidad
de los grandes ríos de la cuenca del Plata, como los Querandíes ya nombrados y otros agricultores incipientes que fabricaban
cerámica, como el grupo Chiná-Timbú. Más al norte, en las
actuales provincias de Corrientes y Misiones y en el Paraguay, vivían los Guaraníes, que practicaban la
agricultura por rozado, el tejido y la cerámica, y se agrupaban en aldeas. Su
densidad y su nivel cultural era superior a la de sus vecinos. En el sur de Corrientes, Entre Ríos y Uruguay volvían a
encontrase tribus más primitivas de cazadores nómadas, como los Charrúas, Guenoas, Miguanes, etc.
En la región
chaqueña habitaban pueblos del grupo lingüístico guaycurú, como los Payagués,
Abipones,
Tobas
y Mocovíes, y más al oeste, los matacos, todos ellos nómadas de
economía recolectora y cazadora. En cambio, los Chiriguanos, de origen
guaraní, y los Chanés, ubicados un poco más al noroeste de la región,
practicaban una agricultura incipiente.
Ubicación en el
mapa de la Argentina de las principales culturas aborígenes. Fuente: http://www.laeducacion.com/vinculos/materias/historia/not02010
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Hacía el año
1400, para la mayoría de los europeos, el mundo estaba reducido a
su aldea o su ciudad y la zona vecina. Sólo unos pocos habían viajado a otras
regiones del continente y en el mejor de los
casos, conocían lo que ocurría en otros lugares del mundo por relatos de
comerciantes y viajeros, muchas veces fantasiosos. Lo mismo podía decirse de los habitantes de América, que ignoraban la existencia de Europa tanto como los europeos la de los americanos. Navegantes chinos habían recorrido la costa de África y algunos comerciantes
de Oriente Medio tenían vínculos con Asia y con Europa, pero no mucho más. En los dos siglos siguientes, ese panorama se
modificó por completo.
En efecto,
entre los siglos XV y XVII, varios
países de Europa protagonizaron uno de los procesos de expansión comercial y territorial más
importante de la historia de la
humanidad, que los llevó a todos los rincones de la Tierra. La exploración
y el comercio, seguidos por la conquista y la
colonización, cambiaron el aspecto de Europa y el mundo. Varios fueron los motivos de esta expansión.
Una de las
causas más importantes era comercial. Durante siglos, los europeos habían mantenidos vínculos comerciales con el
Lejano Oriente, mediante los que
obtenían productos de lujo, como la seda o el marfil, y también especias. Por
entonces, se llamaba especias a las sustancias
que se empleaban para cocinar y para conservar los alimentos, a las medicinas
y a los perfumes. Para obtener esos
productos, los europeos recurrían a
varios intermediarios, sobre todo, a mercaderes árabes.
En el siglo XIV,
el imperio Otomano inició un proceso expansivo, que se transformó en una
amenaza directa para Europa en 1453, cuando los turcos otomanos tomaron la
ciudad de Constantinopla, clave para el comercio en el mar Mediterráneo. Los
turcos comenzaron a cobrar altos impuestos a los comerciantes europeos, lo cual
encarecía mucho los productos. Los europeos, entonces, tuvieron que buscar
rutas alternativas para obtener los productos orientales.
Además, tras
un período de grave crisis en el siglo XIV, Europa comenzaba una etapa de
expansión económica. Al aumentar la producción,
los europeos también se lanzaron a
ocupar territorios, pues necesitaban cultivar más tierras para proporcionar
alimentos a una población que estaba aumentando. En cierto modo, la expansión
ultramarina fue la continuación de
este proceso en el resto del mundo.
Por otra parte, estaba cambiando la estructura de muchos Estados europeos y eso
demandaba recursos para pagar ejércitos, funcionarios y el lujo de las cortes. Los monarcas europeos fomentaron, entonces, los viajes de exploración ultramarina; buscaban metales
preciosos y otros bienes, que necesitaban para financiar sus Estados.
El
desafío oceánico:
Más allá de las
condiciones mencionadas, los viajes
de exploración transoceánica planteaba graves inconvenientes técnicos. Las
distancias eran mayores que las que los europeos estaban acostumbrados a recorrer, y se
requerían naves más veloces y seguras que las
usadas hasta entonces. Por eso, la invención de la carabela favoreció el
proceso de expansivo europeo. Resultado de una larga evolución en la técnica naval, las carabelas eran naves
más grandes que las conocidas, con más capacidad de almacenamiento y que
permitían navegar en aguas de diversas profundidades.
Otro problema
era la duración de los viajes, que se convertían en un verdadero desafío para
la salud. En los largos trayectos por el océano, la escasez de alimentos
frescos y de agua potable causaban enfermedades. Frente a este panorama, muchos
estudiosos de la época investigaron, entre otras cosas, las formas de convertir
agua de mar en agua potable.
Los pioneros
de la expansión europea fueron dos Estados de la península ibérica: Portugal y
España. Existen varias razones que explican por qué los españoles y los
portugueses fueron los primeros en
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
lanzarse a la
aventura de la exploración
intercontinental. En primer lugar, la península
estaba en una posición geográfica privilegiada, que facilitaba la salida al
Atlántico y el acceso a un grupo de islas que se podían emplear como postas
antes de iniciar la travesía en alta mar. En segundo lugar, tanto los españoles como los portugueses tenían una larga tradición marítima, relacionada
con actividades como la pesca y el comercio.
En tercer lugar,
existían motivaciones religiosas y culturales. En el siglo VIII, gran parte de la península
había sido invadida por los árabes.
Los portugueses y los españoles
iniciaron un proceso de recuperación de sus territorios, que concluyó con éxito
en el siglo XIII en Portugal y en el siglo XV en España. Muchos católicos
pensaban que existían una continuidad entre la expulsión de los árabes y la expansión hacia el resto
del mundo, que permitían difundir el cristianismo en toda la Tierra. Para ellos, la conquista del mundo era tanto militar como espiritual. Esta idea se reforzó con una coincidencia de
sucesos: en 1492 los españoles se
aseguraron el control de su territorio y Colón realizó su primer viaje a América.
La
llegada de los españoles a América:
Mientras los
incas y los aztecas expandían sus imperios en América, los europeos exploraban
nuevas tierras con objetivos económicos, políticos e incluso religiosos. A
fines de siglo XV, los españoles llegaron a América e iniciaron una conquista
militar y una denominación política que duró siglos.
Después del
exitoso viaje de Vasco da Gama, los portugueses lograron dominar la navegación
por el océano Índico y monopolizar el comercio de los productor orientales. Los
españoles habían quedado en desventaja. Por su parte, el navegante genovés
Cristóbal Colón pensaba que una nueva ruta hacia Oriente se podía encontrar
navegando desde Europa hacia el oeste. Con esta idea firme, consiguió el apoyo
de los Reyes Católicos.
Colón reunió
unos cien tripulantes y al mando de una nao y dos carabelas, zarpó del puerto
de Palos el 3 de agosto de 1492. Navegó por más de dos meses hacia el oeste sin
divisar tierra firme. Cuando su tripulación, mermada por la muerte y las enfermedades, alcanzaba el
extremo de la desesperación, el 12 de octubre las
naves llegaron a territorio americano, aunque Colón nunca lo supo.
Cuando murió en 1506, después de realizar cuatro viajes a América, aún creía
que había llegado a China.
En 1496 los
españoles fundaron la ciudad de Santo
Domingo. Desde allí comenzaron las expediciones hacia otras islas
centroamericanas, en las que dominaron a las poblaciones nativas y fundaron
varias ciudades. Posteriormente, los españoles emprendieron expediciones por el
continente para buscar oro e indígenas que pudieran extraerlo de las minas.
Los
conquistadores pronto aprendieron que le mejor método para conquistar las
poblaciones nativas era entablar negociaciones con los jefes de estas
sociedades, los caciques o curacas. En muchas ocasiones, las poblaciones
indígenas mantenían conflictos con otras o estaban sometidas a poderes más
grandes, y los caciques se aliaban con los españoles. De este modo, esperaban
hacer frente a sus adversarios o a sus dominadores; sin embargo, los españoles
no solían cumplir con los términos de tales acuerdos. Esta estrategia fue
aprovechada durante toda la conquista de América.
La conquista de
México
La conquista
de México fue organizada en Cuba por el gobernante Diego Velázquez. El 10 de
febrero de 1519 partió una expedición desde la isla al mando de Hernán Cortés,
antiguo secretario de Velázquez e integrante de las tropas que habían participado de la conquista de Santo Domingo y
Cuba.
Los españoles conocían la
existencia de la civilización azteca
y se propusieron llegar hasta su
capital. Luego de recorrer las costas de Yucatán y someter a un grupo de
indígenas que intentó impedir el avance de las
fuerzas expedicionarias, Cortés fundó una ciudad, que denominó Villa
Rica de la Veracruz. Inmediatamente estableció un cabildo y se hizo nombrar
capitán general y justicia. Con ello desafió la autoridad de Velázquez, quien
no le había confiado tales atribuciones.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
A medida que
Cortés avanzaba hacia Tenochitlán estableció alianzas con pueblos enemigos de los aztecas, que le brindaron alimentos
para su tropa y le proporcionaron fuerzas militares. Finalmente, el 8 de
noviembre de 1519 el ejército conquistador entró en Tenochitlán. Los españoles,
asombrados por la belleza y la riqueza de la ciudad, fueron recibidos por el
gobernador Moctezuma, quien los hizo partícipes de un importante ceremonial. El
gobernante azteca ofreció alojamiento a Cortés y lo trató amistosamente, pero
éste no tardó en tomarlo prisionero.
Velázquez,
molesto con Cortés porque este había tomado decisiones sin su aprobación, mando
fuerzas militares con el fin de detenerlo. Para enfrentar a las tropas, Cortés
debió abandonar temporalmente Tenochtitlán. El combate fue muy breve y terminó
con la victoria de Cortés, que regresó a Tenochtitlán. Allí comprobó que en su
ausencia se habían producido algunos cambios: los aztecas estaban dispuestos a
expulsar a los españoles y, además habían desplazado a Moctezuma y
habían elegido a un primo de éste como jefe. Como resultado de una primera
escaramuza, Moctezuma fue muerto de una pedrada. En la noche del 30 de
junio de 1520, recordada posteriormente como la noche triste, Cortés ordenó la retirada
de la
ciudad de las fuerzas
expedicionarias, en medio del ataque de los
indígenas. Tras sufrir muchas pérdidas humanas dentro de su ejército, el
jefe español se refugió en Tlaxcala,
donde preparó un plan para reconquistar Tenochtitlán.
Luego de
disciplinar a su tropa y tras construir nos bergantines que le permitieron
rodear el núcleo urbano de la capital azteca, Cortés inició el sitio de la
ciudad. Los indígenas resistieron varios días, a pesar de que los españoles les
cortaron el suministro de agua y los atacaron varias veces.
Finalmente,
el 13 de agosto de 1521 Tenochtitlán se rindió a los invasores. Cortés tomó prisionero a Cuauhtémoc último
gobernante azteca y posteriormente, el emperador Carlos I lo nombró gobernador
y capitán general de la Nueva España. La antigua capital del imperio azteca fue
la base de nuevas expediciones de
conquista y asentamiento.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La conquista del Perú
La conquista
del Perú estuvo dirigida y organizada por Francisco Pizarro desde Panamá. Las
tropas partieron en 1530. Al llegar a tierra firme, Pizarro decidió dirigirse
hacia Cajamarca, donde se encontraba el inca Atahualpa. Este último había
ascendido al trono hacía muy poco, luego de una violenta disputa sucesoria
entablada con su hermano Huáscar.
Atahualpa
accedió a entrevistarse con los conquistadores en Cajamarca, pero fue tomado
prisionero. Para garantizar su vida y su libertad, les ofreció un rescate en
oro y plata. A pesar de que el inca cumplió con lo acordado, fue ejecutado
brutalmente por los españoles, que saquearon Cajamarca.
Pizarro nombró entonces como nuevo inca a Túpac Hualpa, y prosiguió
su camino hacia Cuzco.
Sin embargo, en ausencia de Pizarro, el recién llegado al trono fue
asesinado, supuestamente por seguidores de Atahualpa. En su lugar, Pizarro
designó a Manco Inca.
Una vez en Cuzco, el jefe de la expedición española organizó la
gobernación de Nueva Castilla y fundó su capital en Lima, sobre la costa del Perú. Cuando Manco Inca se
enteró de los proyectos de los conquistadores, se rebeló contra
ellos. Organizó un ejército con la ayuda
de curacas aliados y sitió la ciudad de Cuzco. Pero este cerco no pudo ser
mantenido por mucho tiempo. Los españoles lograron consolidar su poder en Lima y, más tarde, dominar nuevamente la ciudad
de Cuzco. Manco Inca se retiró a Vilcabamba, desde donde mantuvo una enconada resistencia.
En 1542 la
Corona española sancionó las Leyes Nuevas, por las que se creó el Virreinato
del Perú, y así logró garantizar el control de la región. De este modo, se
eliminaron las antiguas gobernaciones y se buscó limitar las prerrogativas de
los españoles llamados encomenderos, que tenían a su cargo un grupo de
indígenas a los que les cobraban tributos. Ello suscitó enfrentamientos, que
llevaron a la muerte a muchos penínsulares y nativos.
Finalmente, en 1554 la Corona española
logró imponerse sobre los conquistadores.
Imagen que
representa la captura de Atahualpa. Fuente: http://fotosyphotos.blogspot.com/2010_07_01_archive.html
Colonización del Río de la Plata:
La conquista del vasto territorio del Río de la Plata, se realizó a
partir de tres itinerarios, este, oeste y norte, que conformaron tres
corrientes colonizadoras que, con objetivos y características diferentes,
sentaron las bases de las futuras ciudades argentinas.
La primera
corriente fue el resultado de una empresa concertada en España, en tanto que
las dos restantes surgieron como consecuencia de entradas expansivas iniciadas
en Chile y Perú.
Las
expediciones de Solís, Magallanes y Caboto fueron las primeras en arribar al
litoral atlántico argentino. El viaje de Caboto señala una etapa de transición
entre el descubrimiento y la conquista de la cuenca platense.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Las difundidas leyendas relacionadas con las sierras de la plata otorgaron un particular entusiasmo
por estas lejanas regiones; pero además francamente expansiva de los portugueses de Brasil.
Las riquezas
llegadas a España, provenientes de México y de Perú, renovaron el interés por
la conquista. Pedro de Mendoza, atraído por la leyenda de la plata, firmó una
capitulación con el rey Carlos I por la cual se lo reconoció como Adelantado
del Río de la Plata.
En enero
1536, alrededor de mil quinientos hombres y catorce navíos llegaron al río de
Solís. La primera preocupación fue establecer un sitio poblado a partir del
cual pudieran realizarse otras exploraciones. El 3 de febrero tuvo lugar la
ceremonia de fundación de un asiento que Mendoza denominó Nuestra Señora del
Buen Aire.
La amistad
inicial de los indígenas pronto se
troncó en hostilidad. La escasez de alimentos hizo que el adelantado enviara a
uno de sus capitanes para obtenerlos de la costa de Brasil, en tanto comisionaba con
el mismo motivo a Juan de Ayolas para que remontara Paraná arriba y tratara de
internarse en las tierras, en donde presumiblemente, se encontraban fabulosas riquezas.
La salud de
Mendoza, atacado por una penosa enfermedad, empeoró, razón por la cual decidió
regresar a España, pero murió en alta mar. Antes de partir había nombrado a
Ayolas gobernador.
Las sierras
de la plata eran el objetivo buscado por el capitán español. Navegó por el
norte del Paraná y, en un puerto que llamó de Domingo Martínez de Irala, en
tanto él se internó por tierra rumbo al oeste. Su viaje en medio de la selva
fue muy infortunado. Seguramente, debió enfrentarse con indígenas hostiles,
pues nada se supo de su suerte. Posteriormente, otro capitán, Juan de Salazar,
fundó un fuerte que denominó Asunción.
Irala
desplazó a Salazar y se puso al frente del gobierno de Asunción. Ordenó la
despoblación de Buenos Aires, argumentando que Asunción presentaba la ventaja
de encontrarse más cerca de la región donde se ubicaban las tierras del plata,
y que los guaraníes que vivían en sus cercanías eran mucho más pacíficos que
los indígenas de Buenos Aires.
El rey de
España designó segundo adelantad del Río de la Plata a Álvar Nuñez Cabeza de
Vaca, quien desembarcó en las costas de Brasil, y a través de la selva hizo el
trayecto hasta Asunción, ciudad a la que llegó en 1542. Alvar Nuñez, sin el
suficiente conocimiento de la región, fracasó en un intento de llegar a la
tierra de la plata. Tiempo después estalló un motín: el adelantado fue hecho
prisionero y un año después , trasladado a
España.
Irala
intentó la empresa. Al frente de sus tropas, llegó hasta las primeras serranías del Perú, pero
grande fue su sorpresa cuando advirtió que la región estaba ocupada por otros
españoles provenientes de la expedición
de Pizarro. Irala nada pudo hacer: el viejo sueño motor de la conquista
rioplatense se desmoronó y con él se
desvanecían, para los asunceños, las pretensiones sobre las minas de plata de la región de Potosí.
Juan de Garay
fue el personaje central de este período. Llevó a cabo un plan estratégico de
fundaciones que transformaron la situación geopolítica del Río de la Plata y
que, al mismo tiempo, rompiera el aislamiento de Asunción.
En una carta
que el conquistador dirigió al rey de España, explicaba de su política
pobladora que culminaría con la fundación
de Buenos Aires. En ella expresaba que había puesto
todo su empeño “en que abriésemos puertas a la tierra y que no estuviésemos
cerrados”.
El 11 de
junio de 1580, Garay fundó la ciudad de Trinidad y Puerto de Santa María de los
Buenos Aires, erigiendo en la plaza Mayor “ un palo y madero por rollo público
y concejil para que sirva de árbol de justicia”. Buenos Aires, destinada con el
tiempo a desplazar la hegemonía de Lima, volvía a nacer para no morir jamás.
Garay realizó
algunas incursiones por la pampa bonaerense llegando hasta las inmediaciones de
la actual Mar del Plata. En 1583, en las cercanías del río Carcarañá, fue
sorprendido y muerto por los indígenas junto a un grupo de soldados.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Corrientes
colonizadoras del territorio argentino. Fuente: http://2do1ra08.blogspot.com/2010/10/trabajo-practico-
sobre-las-corrientes.html
El gobierno de las ciudades: los cabildos
Cuando se
fundaba una ciudad, el conquistador procedían de inmediato a crear el cabildo,
con jurisdicción no solamente sobre ella sino también sobre la región aledaña.
Correspondía al fundador nombrar a los primeros funcionarios del cabildo.
Posteriormente los miembros salientes procedían a elegir a sus sucesores.
Duraban un año en sus funciones, cambiando cada primero de año.
El cabildo
estaba compuesto por dos alcaldes; los regidores cuyo número podía variar de
seis a doce; el alférez real, el alguacil mayor y el fiel ejecutor. Además eran
designados directamente por el cabildo: el procurador general, el mayordomo de
la ciudad, los alcaldes de la Santa Hermandad, el defensor de pobres, entre
otros.
Los
integrantes del cabildo componían un organismo colegiado que tenía a su cargo
el gobierno de la ciudad y de sus aledaños; pero cada uno de sus miembros
cumplía funciones específicas.
Los recursos
económicos de que disponían los cabildos eran de dos clases: los propios y los
arbitrios. Los primeros se originaban en la venta o arriendo de bienes que
pertenecían a esa corporación, y los segundos eran impuestos extraordinarios
cobrados a los habitantes sujetos a su jurisdicción.
Cuando algún
asunto grave afectaba a la ciudad el cabildo llamaba a cabildo abierto. A tal efecto invitaba a los vecinos, es decir, la “parte principal y más sana de la
población” con el objeto de considerar la resolución
de los asuntos planteados. En los cabildos abiertos las cuestiones se resolvían por mayoría de votos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La resistencia de los indígenas
Durante la
primera etapa de la conquista, la sorpresa y el miedo que causaban la presencia
de los españoles, con sus enigmáticas armas de fuego y sus poderosos animales,
como el perro y el caballo, no permitieron que se desarrollasen resistencias
firmes a su avance sobre el territorio americano.
Sin embargo,
a medida que se familiarizaban con las características y las estrategias de los
españoles, y tomaban conciencia de lo que realmente significaba para sus vidas
la perpetuación del dominio español, algunas poblaciones autóctonas intentaron
organizarse para resistir a los conquistadores.
La primera
rebelión se produjo en 1536, pocos años después de la llegada de Pizarro al
Perú, cuando los incas mantuvieron sitiados a los españoles en Cuzco por más de
un año. Las últimas datan del fin de la época colonial, cuando se produjo el
ciclo de rebeliones de 1780. Entre esas dos fechas, los indígenas resistieron,
como pudieron, la dominación española. Casi siempre fueron derrotados, aunque
los blancos no siempre lograron suprimir los focos rebeldes fácilmente. Algunos
pueblos, como los araucanos, los pampas y los charrúas, continuaron su lucha
hasta el siglo XIX.
Las
expediciones de los portugueses.
Una vez que Portugal hubo retomado el control
de la región ocupada por los árabes,
sus posibilidades de expansión territorial estaban limitadas por su ubicación
geográfica. Todo su reino estaba rodeado por la
poderosa Castilla. Ante esta situación, los portugueses se lanzaron al mar, fueron el primer país
europeo en explorar territorios alejados. Durante la segunda mitad del siglo
XIV y todo el siglo XV, hicieron viajes bordeando la costa occidental de África y exploraron diversas islas
atlánticas, como las Azores y el archipiélago de Madeira.
Los portugueses
continuaron su exploración de la costa
de África, cada vez más al sur. A
fines de la década 1480, se produjo un hecho crucial cuando Bartolomeu Dìas
llegó al extremo sur de África en el cabo de la
Buena Esperanza, y dio la vuelta hacia el océano índico. En 1497, una
nueva expedición esta vez al mando
de Vasco da Gama, continuó hacia el norte por el este de África y logró llegar
a Calicut. Esto permitió a los portugueses
acceder por una nueva ruta comercial a las riquezas
de Oriente.
Como fueron los primeros europeos que accedieron por la vía marítima
a la zona, obtuvieron una gran
ventaja frente a los demás para
explorar esos territorios y establecer pactos comerciales con los nativos.
Hacia 1500, los portugueses llegaron a los principales centros de comercio de
especias de la India y, a
partir de entonces, comenzaron a asentar una maniobra muy amplia hacia el oeste
y llegó, por casualidad, a las costas del Brasil, sobre un territorio que llamó
Vera Cruz.
Las expediciones
inglesas:
Los ingleses mantenían
una antigua competencia naval con los españoles,
que se hizo aun más intensa en el siglo XVI y llegó al enfrentamiento militar.
En esa disputa, el Estado inglés utilizó tanto recursos propios como el poder
de las flotas de navegantes privados. El Estado autorizaba a explorar
territorios de ultramar, es decir, atravesando los mares, y también a atacar navíos y puertos
españoles en sus expediciones. Muchas de estas naves también
emprendieron en territorio americano la búsqueda de ciudades legendarias; se
suponía que los indígenas las habían construido enteramente con
metales preciosos. A estas iniciativas estatales se sumaron numerosos
emprendimientos privados. Se constituyeron, por ejemplo, compañías privadas de comercio
y colonización, como la de Plymouth y
la de Londres.
La principal
preocupación de los ingleses era
buscar un paso hacia el océano Pacífico por América del Norte para encontrar
una ruta alternativa hacia Oriente. Con ese objetivo, exploraron las costas
americanas. Sin embargo, hasta bien avanzado el siglo XVI, no intentaron
colonizar esos territorios. Las primeras excursiones no crearon asentamientos
duraderos no se adentraron en el continente, sino que trataron de rodearlo.
Con frecuencia, también utilizaron esas tierras como base para sus
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
expediciones pesqueras y de exploración, que muchas veces se
convirtieron en viajes de investigación sobre los
efectos del frío o el magnetismo.
Decenas de
intentos fracasaron en la búsqueda de ese paso debido a las inclemencias
climáticas y geográficas. El paso se descubrió mucho después.
En 1584, sir
Walter Raleigh envió una expedición para explorar la actual isla de Roanoke, en
lo que es hoy Carolina del Norte. Al año siguiente, entusiasmado por los
relatos de los exploradores, organizó una misión colonizadora, que permaneció
allí durante meses. Uno de los miembros de la expedición, Thomas Harriot,
publicó posteriormente un relato sobre sus experiencias. El relato tenía, entre
otros, un objetivo propagandístico: estimular a los ingleses para que volvieran
a intentar establecerse en la zona.
Durante el
tiempo en que la expedición
permaneció en América, los europeos
mantuvieron vínculos bastante amistosos con los
indígenas, quienes se mostraban sorprendidos por los instrumentos y las herramientas de los europeos y llegaron a
considerarlos dioses. Los ingleses
recopilaron datos sobre el lugar; elaboraron mapas completos de la colonia y sus alrededores, registraron
costumbres y los idiomas de los nativos, realizaron observaciones
científicas de cultivos indígenas y construyeron un pequeño poblado. Pero,
además, como signo de su interés por la región,
hicieron análisis económicos y estadísticos sobre el lugar y los productos de la zona que se podían comercializar: piel de venado, madera de
cedro, tabaco, maíz, hierbas medicinales.
Harriot
sostenía también que había efectuado prédicas religiosas y, aunque no creía haber logrado convertir
a nadie, afirmaba que los indígenas”
pueden alcanzar la civilidad y
abrazar la verdadera religión con la enseñanza adecuada”. Como todos los
europeos de la época, Harriot consideraba que la única religión verdadera era la suya y que los indígenas debían ser objeto de su acción civilizadora, y no
sujetos que podían decidir por sí mismos. Harriot anotó que muchos indígenas
parecían morir de extrañas enfermedades. Él atribuía estas muertes a que los nativos no eran lo suficientemente
religiosos. Sin embargo, registró que los indígenas
pensaban que los ingleses habían
llegado para dominarlos, que muchos más vendrían del mar a ayudarlos y que algunos de ellos ya estaban allí, atacándolos” con balas invisibles que los hacían morir”. Así, los indígenas parecían intuir la acción de
los gérmenes, cuya acción como
causante de enfermedades se descubrió muchos años más tarde.
Las trece
colonias
Veinte años
después, los ingleses volvieron a instalarse en la costa este de América del
Norte. En 1606, el rey Jacobo I otorgó a la Compañía de Virginia la
autorización para establecer una colonia en la bahía de Chesapeake, en el vasto
e indefinido territorio al que se daba el nombre de Virginia. El principal
objetivo del viaje era encontrar oro y el ansiado paso hacia el Oriente.
En mayo de
1607, los exploradores fundaron la colonia e Jamestown en la orilla del río
James. Allí, debieron enfrentarse a los indígenas y al hambre.
Posteriormente,
se fundaron nuevas colonias, a las que llegaban campesinos, buscando tierras
para cultivar. Algunos eran puritanos, un grupo de calvinistas que habían
pretendido eliminar los vestigios católicos que persistían en el anglicanismo,
que huían de las persecuciones religiosas.
En 1620, un
grupo de peregrinos puritanos llegó al territorio del actual Massachusetts en
un barco de la Compañía de Londres. Con la ayuda de los nativos, lograron
cultivar maíz, episodio que se recuerda con la celebración del Día de Acción de
Gracias. Las migraciones continuaron, las colonias se poblaron y se organizaron
políticamente.
Nueva York,
en cambio, fue inicialmente una colonia holandesa. Después de la exploración
del navegante inglés Henry Hudson, que en 1609 llegó a la isla de Manhattan,
contratado por la Compañía de las Indias Orientales, mercaderes holandeses
comenzaron a viajar a la zona para intercambiar productos con los indígenas.
Pronto se formó una aldea, bautizada como Nueva Ámsterdam, el centro de la
colonia que se llamó Nueva Holanda hasta que el duque de York, hermano del rey
Carlos II, enfrentó a los holandeses y los obligó a rendirse.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Por su parte, Pensilvania fue fundada por William Penn, un hombre de
gran fortuna que pertenecía al grupo de protestante de los cuáqueros. Penn
obtuvo la autorización para fundar una colonia en América del Norte como pago
por una deuda que la Corona tenía con su padre.
Durante el
siglo XVII, las colonias se dedicaron a la producción agrícola-ganadera.
Posteriormente, se diferenció la producción de las colonias del norte
de las del sur. En el norte,
predominó la actividad agrícola-ganadera y comercial. En el sur, el monocultivo
de productos tropicales para la exportación, como el algodón y el tabaco, para
cuya explotación se llevaron esclavos negros desde África.
Mapa de las 13
colonias inglesas en América del Norte. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Colonizacion_de_los_Estados_Unidos
Franceses y holandeses:
Otras
naciones europeas fueron a buscar riquezas a bordo de sus barcos. A comienzos
del siglo XVII, los franceses se
establecieron en parte del actual territorio canadiense. La primera colonia
agrícola fue la de Port Royal,
fundada en la zona conocida como
Acadía. Luego ocuparon también Luisana y Haití.
Los holandeses también
instalaron colonias en América; sin embargo, su principal zona de influencia
fue Asia. Allí atacaron el imperio comercial portugués y, en pocos años, lo desplazaron por completo. Como parte de
esta empresa, en 1606, barcos holandeses llegaron a Australia y Nueva Zelanda.
Fueron los primeros europeos en hacerlo.
Entre las razones de su éxito, deben mencionarse su tecnología naval
y sus sistemas de crédito, seguro y comercio, que incluían, cooperativas y
sociedades de diversos tipos. El Estado coordinó la actividad de las compañías
privadas mediante la creación de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales
y otra semejante para las Indias Occidentales. Estas asociaciones recibieron el
privilegio
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
de emprender guerras y hacer tratados con
príncipes extranjeros, una política que no se extendía a comerciantes
particulares y aislados.
Mapa que
demuestra la colonización europea en América. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Colonizacion_europea_de_America
Distintas perspectivas de
la conquista de América Vínculos con los nativos
Al llegar a esas
regiones hasta entonces desconocidas para ellos, los europeos fueron recibidos
de modos diferentes según los pueblos que encontraban.
En América las relaciones con los indígenas variaron según se
tratase de grandes imperios estructurados o de grupos de cazadores y
recolectores. En la relación con los grandes imperios, los conquistadores
sustituyeron a los grupos dirigentes indígenas y profundizaron la explotación.
Con los cazadores y recolectores, mantuvieron conflictos intermitentes y
tardaron varios siglos en conquistarlos.
Para las
poblaciones nativas, la historia de la llegada de los españoles a América no
fue la historia de los viajes de Colón, ni la de los tesoros robados por Cortés
y Pizarro, ni la de las luchas entre los propios
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
conquistadores. Desde su punto de vista, la llegada de los hombres blancos significó la
desarticulación completa de su forma de vida, suplantada por otra, la europea,
que no comprendían y consideraban ajena y extraña.
Todos los aspectos de la vida cotidiana
fueron atacados. Al aniquilamiento físico por la violencia, los trabajos forzados y las nuevas
enfermedades, se agregaba la
destrucción de la estructura social a la que los indígenas estaban
acostumbrados y consideraban propia. Además de las formas religiosas y de otras
prácticas culturales, esta estructura comprendía un modo complejo de concebir el tiempo y la vida.
La destrucción del orden social indígena fue seguida, a su vez, por
la liquidación psicológica. La situación de dominio completo impuesto por los
blanco dejaba muy poco lugar para la práctica de aquel modo de vida propio,
reprimido por los europeos, y para la esperanza de un retorno a los tiempos
antiguos, con el que los indígenas soñaron, en vano, por mucho tiempo luego de
la conquista.
La conquista de América en
perspectiva
Existen dos versiones opuestas acerca de la conquista de América. Según una de ellas, los españoles
eran hombres malvados que exterminaron a los indígenas, destruyeron sus
culturas y reprimieron sus creencias religiosas; que no tenían más intereses que explorar a los hombres,
violar a las mujeres y asesinar a los niños.
Según, la otra, los españoles eran
hombres buenos, pues, aun cuando en ocasiones resultaran violentos, su primera
intención y su sincero deseo era evangelizar a los pueblos americanos para salvar sus almas, difundir sus conocimientos
y mejorar su vida de barbarie introduciendo las ventajas de la civilización europea.
A comienzos del siglo XVI, la mentalidad y la cultura de los
europeos, así como la legislación que las acompañaba, eran muy distintas de las
actuales. Hoy, según nuestras leyes, nadie puede imponerle a otra persona su
religión. En el siglo XVI se creía que imponer el cristianismo sobre otras
religiones era una acto de fe y amor, que justificaba, incluso, el empleo de la
violencia. Los españoles utilizaron los materiales de los templos indígenas
para construir sus propias iglesias.
La conquista de América
representó una catástrofe sin precedentes en la historia para las poblaciones
y las culturas americanas. Los españoles
asesinaron, reprimieron y explotaron brutalmente a los indígenas, y destruyeron al
mismo tiempo sus creencias y sus religiones. Pero no lo hicieron porque
fueran especialmente perversos y crueles, sino porque ésa era la forma en que se desarrollaban los procedimientos de
conquista en el siglo XVI.
El sistema colonial:
Organización del Imperio español
En los primeros tiempos de la conquista
los jefes de las expediciones recibían el título de Adelantado. Este ejercía
el gobierno de los territorios
incorporados a la Corona con funciones políticas, administrativas y militares.
Tenían el poder de repartir tierras, encomendar indios, promulgar ordenanzas,
acuñar monedas y levantar fortalezas. Este título, otorgado por los monarcas de Castilla (ya utilizado en
la reconquista española contra los musulmanes)
se concedía en forma vitalicia y en ocasiones en forma hereditaria. El
adelantado debía responder por sus actos ante
los reyes.
Durante el
siglo XVI, la monarquía española
suprimió el poder de estos funcionarios y creó paulatinamente un conjunto de
instituciones y divisiones territoriales que conformaron una compleja red de
gobierno con autoridades residentes en la metrópoli
y autoridades radicadas en América. Se trasplantaron los organismos políticos de España, pero las grandes distancias y los
distintos elementos lugareños tomaron características diferentes de las
que tenían en la metrópoli.
Autoridades residentes en España
El rey era
la máxima autoridad. Disponía de las medidas para gobernar extensos dominios y
elegía a los funcionarios. En los primeros tiempos del descubrimiento, las
Indias (como se denominaba al continente americano) se incorporaron a la Corona
de Castilla y Rodríguez Fonseca, un cercano colaborador de la reina Isabel La
Católica, se hizo personalmente cargo de los asuntos americanos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Con el
transcurso del tiempo se hizo necesario crear instituciones que se encarguen de
los asuntos del nuevo continente. El
Consejo
de Indias fue creado por Carlos V en el año 1524 y residía en Madrid.
Se convirtió en una de las instituciones
con mayor autoridad en cuanto a los asuntos
americanos. Tenía numerosas funciones: elaboraba leyes (funciones legislativas), proponía al monarca altos
funcionarios para gobernar América (funciones administrativas), actuaba como
Tribunal Supremo (funciones judiciales), controlaba el sistema de visita y
juicios de residencia (funciones judiciales). También tenía el poder de
proponer candidatos para ocupar la jerarquía de la Iglesia americana (funciones eclesiásticas). Y las funciones militares le permitían
organizar la defensa de los territorios coloniales. Otra de las instituciones creadas en la metrópoli fue la Casa de Contratación,
creada en
el año 1503 por orden de los reyes
de España. Esta residía en Sevilla y estaba encargada de controlar la actividad
comercial y el tránsito de expediciones y personas de España a América. También
intervenía en juicios comerciales, contabilización de los tesoros llegados de América, control de las aduanas y cobro
de rentas provenientes del tráfico ultramarino.
Autoridades residentes en las colonias
americanas
El virrey
era el representante directo del monarca y una de las máximas
autoridades en América. El desempeño
de su cargo duraba de tres a seis años. Entre sus facultades y prerrogativas
estaban el presidir la Audiencia, supervisar la hacienda
real y tener el control sobre la Iglesia.
Los territorios que gobernaban se
llamaban virreinatos. Inmediatamente después de la conquista, fueron creados en América dos virreinatos: el Virreinato
Nueva España (1535), y el Virreinato de Perú (1545), en los tiempos de Carlos V.
Los virreinatos se
dividieron en provincias dirigidas por los Gobernadores,
que tenían funciones políticas y administrativas, y estaban subordinados al
virrey. En los territorios
fronterizos, las provincias estaban
a cargo de un Capitán General, que además de las funciones de gobierno se encargaba de la defensa de la
región. Los corregimientos, que eran extensos territorios donde existía una
enorme población indígena, estaban a cargo de Corregidores. Estos, que
eran nombrados por la Audiencia, tenían como función la administración de la justicia en lo civil y en lo penal, la vigilancia y dirección de las
reducciones o pueblos indígenas y el cobro de los
tributos. Algunos de los corregimientos
rurales estuvieron a cargo de corregidores indígenas que generalmente eran
caciques y se ocupaban de recolectar tributos que los indígenas pagaban a la Corona Española o a los encomenderos.
Las Audiencias
eran organismos creados para administrar la justicia en América. Estos tribunales de apelación estaban
integrados por jueces, que debían ser abogados de carrera y españoles.
Intervenían en los juicios civiles,
criminales y administrativos. Las Audiencias se convirtieron en una institución
de mayor confianza para el rey. Vigilaban el desempeño de los virreyes, gobernadores e informaba a
la monarquía sobre su conducta. También en caso de ausencia sorpresiva del
virrey lo sustituía. La primera Audiencia de América se instaló en La Española
(Santo Domingo). Posteriormente llegaron a ser trece en total, distribuidas por
todos los dominios españoles.
La Corona
estableció un sistema para que ninguna autoridad tuviera independencia o poder
absoluto. Este sistema generó una lentitud muy grande en las decisiones. Por
ejemplo, el Juicio de Residencia consistía en que al terminar el período de
gobierno, las altas autoridades residentes en América eran sometidas a este,
donde se juzgaba el desempeño en sus funciones a lo largo de su actuación. Las
sanciones podían ser multas, inhabilitaciones o el confinamiento. Otro era el Sistema
de Visita, que eran inspecciones que se ponían en práctica ante la
sospecha de corrupción o exceso de poder. Se enviaba a un visitador para
comprobar las sospechas.
La organización
económica en las colonias españolas en América
Durante los primeros años
de la llegada a América, los conquistadores se dedicaron a extraer
riquezas mineras. Agotada esta breve etapa, sistematizaron la producción y el
comercio, apoyado en la organización
política y administrativa de la colonia.
Desde que
llegaron a América los europeos se interesaron en los metales preciosos. En los
primeros tiempos, obtuvieron oro y plata en explotaciones superficiales, que no
requerían instalaciones
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
complejas ni
mucha mano de obra. Luego, necesitaron una organización mayor que la inicial para la extracción de los metales preciosos. Los centros mineros
más importantes en América española
fueron: Zacatecas (México), Potosí (Bolivia) y Huancavélica
(Perú). Para extraer la plata se
requería mercurio, que se producía en las minas de Huancavélica. La
producción de mercurio en Huancavélica y de Plata en Potosí era compleja.
Combinaban modalidades europeas con las prácticas que existían en la región
andina desde la época prehispánica, como por ejemplo la mita60, característica de la cultura
incaica, o el coatequil, usado en México. Sin embargo, cuando los españoles usaron la mita, eliminaron el sistema de
reciprocidad que existía en la época prehispánica. Desde este momento, la mita
colonial cambió completamente de sentido. En lugar de cumplir ese servicio
laboral en retribución por otros bienes o servicios, los aborígenes eran explotados por los colonizadores. Los trabajadores debían extraer entre 20 y 25
kilos diarios de mineral y casi siempre morían en las minas. Las condiciones de trabajo en las minas eran muy malas para la
salud de los nativos, quienes
permanecían en túneles angostos, muy profundos y mal ventilados. En
consecuencia los aborígenes estaban
amenazados de continuas avalanchas y enfermedades respiratorias en algunos
casos mortales. Esta explotación extrema de los
trabajadores beneficiaba únicamente a los
europeos. La forma de explotación del trabajo indígena provocó
importantes discusiones entre los funcionarios
de gobierno y los pensadores de la época. Los primeros debates giraron
sobre si los habitantes originarios
de América tenían o no alma, es
decir si eran o no seres humanos, y
en consecuencia, si podían o no ser
reducidos a la esclavitud.
Finalmente, en 1537 el Papa Pablo III intervino en la polémica
estableciendo, por medio de una bula, que los
indígenas no podían ser reducidos a la esclavitud. En un primer momento,
el rey español Carlos I (Después
emperador Carlos V) rechazó el documento papal, pero luego autorizó las llamadas encomiendas, que
consistían en repartir los poblados indígenas entre un grupo privilegiado de
conquistadores. Estos encomenderos tenían la función de evangelizar y proteger
a los aborígenes encomendados. Las Leyes
de Indias establecieron límites al poder de los encomenderos sobre los indígenas.
Sin embargo, en los hechos, la
encomienda funcionó como un sistema de explotación laboral.
La organización del trabajo agrario
La minería
decayó, pues se iba acabando el mineral o se ocuparon regiones que no tenían
recursos mineros. A partir de aquí, la tierra fue considerada la principal
fuente de riqueza; entonces, los españoles comenzaron a cultivar terrenos para
producir materias primas que se pudieran vender en otras regiones de América y
en Europa. En las encomiendas que recibían los conquistadores se realizaron
varios cultivos, según las características ambientales de cada región. Por
ejemplo, en la región del Caribe se cultivó caña de azúcar,
café y tabaco; en el Perú arroz y papa; y en el Río
de la Plata, trigo y cebada.
Hasta
principios del siglo XVIII, la agricultura,
aunque era una actividad central en la economía
colonial, ocupaba superficies muy limitadas comparadas con las de la
actualidad. Con la evolución de la encomienda,
los descendientes de los conquistadores lograron acumular
grandes extensiones de tierra. Estas propiedades llamadas haciendas se
especializaron en la producción agrícola y ganadera para abastecer a las ciudades y centros mineros. En otras
regiones donde no se consolidó la encomienda, algunos funcionarios y grandes
comerciantes establecieron estancias, que se dedicaban a la actividad ganadera. Los conquistadores
introdujeron caballos y vacunos, que durante la colonia se multiplicaron y se
volvieron salvajes.
En el siglo
XVII, en las zonas de clima tropical se expandió el cultivo de productos
destinados al mercado europeo. En esta extensa propiedad rural trabajaban
generalmente con mano de obra esclava importada de África. En las plantaciones
se cultivaba azúcar, algodón y tabaco.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Trabajos
realizados por nativos encomendados en una hacienda colonial. Fuente: http://blogs.ua.es/bartolomedelascasas/2010/06/04/la-encomienda/
El sistema comercial español
La Corona
española estableció un sistema comercial especial para los intercambios entre sus colonias y Europa. El Estado diseñó
un estricto monopolio comercial entre España y América, por el cual todo
vínculo económico quedaba regulado por la administración
española. Desde 1561 dos grandes flotas partían anualmente desde Sevilla
y Cádiz, únicos puertos autorizados de la metrópoli, para atracar
en solo dos puertos en América: Veracruz (México) y Portobelo
(Panamá). Además, en una primera etapa, el transporte de los bienes debía realizarse mediante un sistema
de flotas y galeones. Estas flotas llegaban a La Habana (Cuba) y desde
allí partían hacia México y Panamá, los dos
centros comerciales más importantes desde los
que se distribuían los productos importados al resto de las colonias. A la vuelta, las flotas se juntaban en Cuba, y desde allí a España.
El monopolio
comercial español tenía diversos objetivos: el principal era evitar que otros
países europeos, como Inglaterra y Francia, participaran en el comercio
colonial. Además, con este sistema se intentaba proteger a los buques mercantes
españoles de los ataques piratas de diverso origen.
El sistema
se encontró con algunos inconvenientes, como los permanentes intentos de
comerciantes de otros países de ignorar el monopolio y de crear un vínculo
directo con las colonias españolas, conocidas como el contrabando.
La sociedad en la América española
La sociedad
colonial se caracterizó por la existencia de sólidas jerarquías de orden
étnico, concebidas con el objeto de legitimar la superioridad social y política
de los españoles. En la cúspide de la pirámide social colonial se ubicaba la población blanca española, única con derecho a ejercer
funciones públicas; a su vez había
jerarquías internas determinadas por la riqueza y el prestigio dentro del mismo
segmento.
Originariamente
el lugar más alto era ocupado por los encomenderos, pero a finales del siglo
XVI fueron desplazados por los hacendados. Por debajo de esa línea estaban los
funcionarios públicos, el clero y los grandes comerciantes. Con el transcurso
de los años las jurídicas entre los nacidos en España y los americanos, los
llamados criollos, generaron tensiones sociales y políticas.
Los no blancos, es decir los nativos americanos, los
mestizos (mezcla de blanco y
nativo), los mulatos (mezcla de blanco
y negro), los zambos (mezcla de nativo y negro) y los negros africanos,
constituían una compleja trama de castas, con privilegios sociales
decrecientes, jurídicamente inamovibles y determinados por la raza, pero la
base de la pirámide social la constituían los esclavos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
El papel de la Iglesia en
América
La iglesia católica acompañó y justificó la conquista y la
colonización españolas en América. El
signo más claro de la integración de
las actividades de la Corona española y la iglesia católica era que los
clérigos católicos que ejercían su ministerio en el Nuevo Mundo eran designados
por la monarquía con acuerdo del Vaticano. El principal argumento religioso que
justificaba la dominación europea de las colonias era el objetivo de promover
la evangelización de los indígenas americanos, que en Europa se consideraba una necesidad. Con este
principio se justificaron varias
iniciativas políticas y económicas.
Uno de los mejores ejemplos de los efectos de la actividad religiosa
en América del Sur se encuentra en las misiones jesuíticas, instaladas en el
nordeste del actual territorio de la Argentina y las zonas lindantes de lo que
hoy son Paraguay y Uruguay. El Estado español autorizó a los jesuitas a
construir las misiones en esa región porque consideraba que contribuían a
protegerla de los intentos de los portugueses de avanzar hacia el sur desde el
actual Brasil.
La finalidad declarada de las misiones era la conquista espiritual
de los aborígenes. Para ello, los
indígenas eran puesto bajo la dirección de los religiosos en los llamados
pueblos de indios. Estos se organizaban
de un modo muy semejante a las ciudades españolas en América, con los edificios
públicos y las residencias de los religiosos en torno de una plaza central, que
era el lugar donde sucedían todos los
acontecimientos públicos.
Los territorios de las misiones organizados de este modo eran
autónomos de las autoridades civiles españolas. Así, dentro de las misiones, la
vida social, la actividad religiosa, las actividades económicas y las prácticas
culturales de los habitantes eran diseñadas y reguladas por las autoridades
jesuíticas. Esto hacía que la organización de todas las actividades estuviera
distribuida en función de las festividades religiosas católicas.
La economía de las misiones era bastante peculiar. Los indígenas,
dirigidos por los religiosos producían varios cultivos y artesanías. Estos
productos eran distribuidos dentro de la comunidad y una vez cubiertas las
necesidades internas, los jesuitas se encargaban de establecer vínculos
comerciales con el exterior para vender el excedente. En su momento de
esplendor, las misiones jesuíticas llegaron a ser casi cincuenta y concentraron
alrededor de 100 mil indígenas. Por entonces, su poder había crecido tanto que
la Corona española comenzó a considerarlas una amenaza. Finalmente, los
jesuitas fueron expulsados de América y su misiones, abandonadas.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Unidad IV: El
absolutismo
La centralización
monárquica:
En el curso del
siglo XVI, se consolidaron en Europa las monarquías absolutas, caracterizadas
por la centralización del poder en la figura del monarca. Este poder
centralizado no estaba regulado por otros sectores de la sociedad ni debía
rendir cuentas de su proceder a otros poderes, económicos, religiosos,
judiciales, electorales o políticos. Luis XIV, rey de Francia del siglo XVII,
sintetizó el significado del absolutismo con una frase que se hizo célebre: “
El Estado soy yo”.
Esquema que
demuestra las características de las monarquías absolutistas de la modernidad.
Fuente: http://historiacontemporanea-tomperez.blogspot.com/2007_09_01_archive.html
El origen divino de la monarquía
Los monarcas absolutistas
sostenían que su autoridad provenía directamente de Dios; es decir, que Dios
les había otorgado poder completo sobre todos sus súbditos y sus territorios.
Por esto podían proceder de la forma
en que quisieran, y, si alguien los
desafiaba también al propio Dios. Los límites de los países no estaban claramente definidos como
ahora, dentro de los límites de un mismo país, por debajo del monarca existían los señores feudales, que aunque
dependían de aquél a menudo establecían sus propias normas y leyes.
HISTORIA
DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Cada señor feudal
imponía sus propios criterios para gobernar sus tierras, decidía los castigos y
las penas que se aplicarían a los reos, y fijaba los montos de los tributos que
sus siervos debían pagarle. También se ocupaba de administrar justicia. En
última instancia, la vida de cada uno de sus siervos dependía de su voluntad.
Esta situación se
repetía en cada dominio señorial. Por esa razón, existían numerosas unidades
político- legales en el interior de un mismo reino. Los señores aprovechaban su
autoridad político-legal para explotar económicamente a los campesinos; es
decir, el señor mismo, valiéndose de la fuerza, obligaba a los siervos a que le
entregaran una determinada cantidad de trabajo o de productos. Los siervos,
entonces, debían trabajar no sólo para su propia subsistencia, sino también
para el señor.
En una primera
etapa, el trabajo para los señores se realizaba directamente en las tierras de
propiedad de la nobleza, a las que los campesinos se trasladaban para
sembrar, arar o cosechar. Luego, la forma
del tributo cambió y, en lugar de
entregar a los señores un determinado tiempo de trabajo, los siervos debían
entregarles una determinada cantidad de productos. Finalmente, en la última etapa de la Edad Media, los tributos comenzaron a ser pagados en dinero.
A partir de la
expansión oceánica de los europeos en el siglo XV y los asentamientos en los
nuevos territorios desde el siglo XVI, los productos asiáticos y americanos
comenzaron a llegar en grandes cantidades a los mercados de Europa. Al aumentar
la cantidad y la diversidad de los productos, los intercambios mercantiles se
hicieron cada vez más complejos y plantearon a los comerciantes problema de
equivalencia.
Se hizo
necesario, entonces, contar con una unidad de cambio
general, que permitiera asignar valor a los productos y, así cambiarlos unos por otros. Esta
unidad de cambio era la moneda, cuyo uso se fue generalizando. Pronto se convirtió en
el equivalente para todas las mercancías.
A medida que se
extendía el uso de la moneda, se hacía posible estimar cuánto valían no sólo
los bienes, sino también el trabajo necesario para producirlos. Así, las
transacciones en dinero se fueron extendiendo, y la relación económica
fundamental de esta época, el vínculo entre los campesinos y los señores,
también adquirió la forma monetaria.
El desarrollo del comercio contribuyó, además, para que
surgiera una nueva clase social: la burguesía, formada por comerciantes,
artesanos y banqueros, que vivían en las ciudades.
Las nuevas instituciones de las Monarquías
absolutistas
Para asegurar
la obediencia de sus súbditos y estar
en condiciones de enfrentar a los Estados
rivales se reorganizaron algunas instituciones de gobierno, y se crearon otras.
Por ejemplo se crearon ejércitos permanentes, sometidos
exclusivamente a las órdenes del rey. Estos fueron los primeros ejércitos profesionales, integrados por
mercenarios. Además de asegurar el control sobre los campesinos y el pago de los
nuevos impuestos, se utilizaron para llevar adelante la expansión
territorial y defender al reino de ataques extranjeros.
Para
solventar los gastos del Estado, los reyes establecieron nuevos
impuestos, regulares y obligatorios. Uno de ellos era el que debían
pagar todas las personas por
ser habitantes del país. Otros eran sobre las transacciones comerciales que
realizaban los burgueses y los campesinos. En la práctica, la mayoría
de los impuestos eran pagados por los campesinos. Los nobles, aunque eran habitantes del reino, estaban eximidos
del pago de impuestos.
Para atender los problemas del gobierno, los monarcas absolutistas organizaron una
nueva burocracia administrativa. Esta estaba compuesta por un
conjunto de funcionarios de gobierno especializados en la administración, y trabajaban bajo las órdenes del rey. El
número de funcionarios fue creciendo a medida que el poder real centralizaba la resolución de todos los asuntos económicos, sociales, judiciales
y políticos, con el objetivo de someter al país a la voluntad única del rey. Los cargos de mayor jerarquía y más
cercanos al monarca generalmente fueron ocupados por los miembros más poderosos de la
nobleza. Pero rápidamente, se generalizo la “venta de cargos” entre los burgueses más poderosos.
A partir del
siglo XV, las monarquías de Europa
Occidental comenzaron a organizar nuevos sistemas de leyes. Desde entonces,
todos los habitantes sometidos a la
autoridad de un mismo soberano conocieron
que acciones estaban permitidas y cuales estaban prohibidas en el territorio del reino en cuestión. Muchos principios del
Antiguo
Derecho Romano fueron incorporados a los
nuevos sistemas legales. Con el objetivo de evitar las frecuentes
guerras entre los distintos reinos, provocadas por la intención de cada monarca de expandir los territorios que controlaba, y para
fijar los límites de sus dominios, los reyes nombraron “embajadores” encargados
de mantener “relaciones diplomáticas”. El objetivo más importante de la
diplomacia era obtener territorios a través de alianzas matrimoniales entre
dinastías de diferentes reinos. Estas alianzas eran un forma pacífica de
expansión territorial, menos costosa que las guerras pero también menos segura.
Los distintos grupos que
conformaban la sociedad moderna conservaban desde los tiempos medievales el derecho de
peticionar y hacer reclamos a la Corona a través de las llamadas Asambleas del Reino, las
cuales eran convocadas por el rey y estaban obligadas a dar ayuda o consejo al
monarca cuando éste debía tomar decisiones que afectaban al conjunto del reino,
como por ejemplo, declarar la guerra,
firmar la paz o crear nuevos
impuestos. Las Asambleas del Reino tuvieron distintos nombres en los diversos Estados europeos como Parlamento
en Gran Bretaña, Estados Generales en Francia, Cortes
en España, y Dietas en Alemania.
En cuanto a
políticas económicas, se imponía una economía mercantilista, en donde
la riqueza del Estado estaba respaldada por metales preciosos como el oro y la
plata. Todas las medidas económicas se centraban, sobre
todo, en garantizar e incrementar los ingresos
del Estado, de ahí la necesidad de controlar todos los aspectos, a fin de potenciar la capacidad recaudatoria del
Estado. La economía estaba muy regulada y sometida al control real, y aún
rezumaban privilegios y leyes feudales: exenciones fiscales para la nobleza, el
clero, y algunos gremios, monopolios comerciales, etc.
Basamento teórico
del absolutismo
Jean Bodin (1530-1596): Este gran intelectual del siglo XVI sostenía, en sus “Seis
libros de la República”(1576), legitimo el poder de monarca y afirmaba
que el rey era soberano, es decir, tenía el poder de crear las leyes o de derogarlas
y era, a la vez juez supremo.
Thomas Hobbes (1588-1679) sería el
teórico pro excelencia del absolutismo político del siglo XVII. En su obra “Leviathan”
(1561) escribió: “Las naciones prosperan bajo una Monarquía, no porque
tienen un príncipe, sino porque le obedecen”.
Jacques Boussuet
(1627-1704) consideraba que la monarquía
era la forma de gobierno más natural, sobre todo si es hereditaria. Además, decía que la monarquía era sagrada y
absoluta. En su obra “Política sacada de las Sagradas Escrituras”
(1679) escribió: “el rey representa al a Majestad divina (…) En los reyes… estáis viendo la imagen de Dios”.
Retratos de
Bodin, Hobbes y Boussuet. Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Bodin, http://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Hobbes y http://livres-mystiques.com/partieTEXTES/Bossuet/Table.html
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Los Austrias menores:
A la muerte
de Felipe II, en 1598, fue coronado su hijo Felipe III, como rey de España.
Tremendamente perezoso, abandonó la administración del reino en manos de
favoritos, que gobernaron en su lugar como validos o privados. De esta manera
se inició el favoritismo, característico de la
Europa de esa época.
El suceso de
mayor importancia en su reinado, fue la expulsión de los moriscos, es decir los
moros conversos que habían fallado todo intento de integración. La medida se
llevó a cabo en 1609; su expulsión significó una reducción en la ya escasa
población española y una baja importante en la deficiente producción agrícola.
El rey Felipe
IV subió al trono a los dieciséis años. Su reinado de 44 años fue testigo del
esfuerzo agotador realizado por mantener la hegemonía y de la evidente
decadencia española. El monarca no carecía de inteligencia y estaba dotado de
gran cultura; pero su carácter era débil. Dejó el Estado en manos de un
favorito: el conde duque de Olivares.
Para mejorar la situación
de España, el conde-duque ensayó una serie de medidas: cambios administrativos,
proteccionismo sobre ciertas industrias, pero no obtuvo la cooperación que
necesitaba y su proyecto fracasó.
La política
internacional se manejó de acuerdo con el momento que vivía Europa, los nuevos
estadistas, estaban dispuestos a entablar una guerra decisiva.
Con respecto
a los Países Bajos, Flandes volvió a
España; sin embargo, ésta se vio obligada
a negarse a prorrogar la tregua
de los doce años acordada con los holandeses.
El general Spinola recibió orden de reiniciar la
guerra y se rindió la plaza de Breda. Las escuadras españolas fueron
derrotadas por los holandeses, con
lo que se interrumpió el comercio con América. Portugal se sublevó y se separó
de España en 1640; tres años más tarde, los
ejércitos españoles fueron vencidos en
Rocroy.
La
intervención en la guerra de los Treinta Años, significó la pérdida definitiva
del Rosellón. En 1648, la Paz de Westfalia marcó el fin de la hegemonía
española en Europa.
Carlos II
heredó el reino a los cuatro años de
edad. Ejerció la regencia su madre, doña Mariana de Austria, su historia y los desaciertos en la conducción del reino hacían peligrar su integridad política y geográfica.
Cuando Carlos II llegó a la mayoría de edad, entregó el poder a su
hermano bastardo Juan José de Austria, cuyos errores hicieron más evidente la
decadencia de la Corona.
Carlos II no
tuvo hijos de ninguno de sus dos matrimonios. El rey murió en 1700, dejando
como heredero a Felipe de Anjou, nieto de su hermana María Teresa y de Luis XIV
de Francia. La Casa de Austria finalizó su trayectoria en España. En adelante, la dinastía de Borbón dominaría a
ambos lados de los Pirineos.
Los Austrias menores Fuente:
http://pinceladassobrehistoria.blogspot.com.ar/2013/06/los-austrias-menores.html
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
El Absolutismo en
Francia: los Valois
Francia en el
siglo XVI estaba gobernada por la casa Valois. El nombramiento de Carlos V
como emperador de Alemania significó la supremacía
de la Casa de Habsburgo y el cerco de
la mayor parte del territorio francés por los dominios del emperador. En 1515, Luís
XII (1498-1515) fue sucedido en el trono de Francia por su primo Francisco
I (1515-1547), quien se convirtió en el gran adversario de Carlos V.
Sus enfrentamientos ya fueron
narrados, cuando se hizo referencia a los inconvenientes
exteriores del reinado Carlos I. En
cuanto a la política interior, los Valois
desplegaron una intensa vida cortesana, lo que permitió a los monarcas arruinar y dominar a la alta
nobleza y fortalecer su poder. Durante la segunda
mitad del siglo XVI, Francia atravesó
un período conocido como las guerras de religión, en las que se enfrentaron los católicos y hugonotes4. A Francisco I lo sucedió su hijo Enrique II (1547-1559),
quien firmo el tratado de Cateau-Cambrésis con Felipe II de España, cerrando
las hostilidades entre estos dos Estados. Con la muerte de Enrique II, llega al
trono Francisco II (1559-1560), un monarca inculto y sin energía.
Existían muchas familias que pretendían la dirección del país, y entre ellos estaban los
católicos Guisa y los protestantes Borbones. Legalmente, el
soberano entregó su confianza a los Guisa,
tíos de su mujer María Estuardo. Esta cercanía de Guisa con Francisco II,
preocupó a los protestantes, dando
origen a la conjura de Amboise, donde algunos nobles secuestraron al rey.
Este suceso fue descubierto y sus responsables asesinados. Ejecución de los
conjurados en Amboise.
Con la muerte
repentina de Francisco II, llegó a ocupar la
regencia Catalina de Medicis, en representación de Carlos IX (1560-1574), que
era solo un niño. Para encontrar una, la reina
regente pactó con los protestantes
el derecho de celebrar el culto público fuera del circuito de las ciudades y el
culto privado en cada casa. Pero un incidente precipitó la guerra. Las tropas del duque de Guisa, de paso por Vassy,
asistieron a una misa, donde estalló un enfrentamiento entre ambos grupos y un
centenar de protestantes resultaron muertos (a este suceso se lo llamó la
masacre de San Bartolomé). El conflicto entre católicos y protestantes en
Francia se generalizó.
Los Guisa fueron ayudados
por Felipe II de España y los protestantes
recibieron la colaboración de los ingleses y los alemanes. Catalina de Medicis, con intención de encontrar la paz, firmó el Edicto de Saint-Germain, cuyo acuerdo daba a
los protestantes seguridad y la
realización del matrimonio, del protestante, Enrique de Borbón con Margarita
de Valois, hermana de Carlos IX. Sin embargo, los conflictos religiosos prosiguieron y, durante el casamiento fueron asesinados los jefes protestantes, por órdenes del
rey Carlos IX. Este suceso trajo una cadena de hechos horrorosos y sangrientos.
Otro hecho
importante fue la guerra de los Enriques: A la muerte de Carlos IX, su
hermano y sucesor, Enrique III (1574-1589), no pudo hacerle frente a la situación política de su país, y
siguiendo los consejos de su madre
firmó el Edicto de Beaulieu (1576), que aumentaba las concesiones hechas
a los protestantes. Los católicos repudiaron esta medida y
formaron una Liga. Esta última se extendió debido a la popularidad de Enrique de Guisa (católico) y por la ayuda económica de Felipe II. En el año
1584 murió el heredero del trono, convirtiendo a Enrique de Borbón como sucesor
genuino a la Corona francesa, el cual
era cabeza del partido protestante. La solución de este conflicto lo aportó el
soberano francés, quien decidido a salvaguardar la monarquía, hizo asesinar a Enrique de Guisa, aliándose con
Enrique de Borbón. Un monje fanatizado apuñaló al rey convencido de la legalidad de su regicidio. Antes de
morir, Enrique III exhortó a Enrique de Borbón a convertirse en el catolicismo
y lo designó su legítimo heredero: pronto pasaría a gobernar con el nombre de Enrique
IV (1589-1610). En cuanto a la política
interna, y con el fin de resolver los conflictos con los protestantes, el rey promulgó el Edicto de Nantes (1598).
A través de este, se estableció al catolicismo como religión oficial; se le
permitió practicar su culto a los protestantes
en todo el territorio, exceptuando Paris y sus alrededores; habilitó a los hugonotes (protestantes) a poder
ocupar cargos públicos; y concedió a los protestantes
algunos castillos y plazas fuertes (como la de la Rochela). En 1600 se anuló el matrimonio del monarca con
Margarita de Valois y Enrique IV se
casó con un miembro de una casa florentina, Maria de Medicis. En
1610, cuando el país parecía unificado, un católico fanático asesinó a Enrique
IV, recayendo la Corono en su hijo Luís.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La llegada de la dinastía Borbón a la Corona francesa: reinado de
Luís XIII
Con la muerte de Enrique IV, el trono de
Francia fue ocupado por Luís XIII (1610-1643), el cual
debido a su minoridad de edad, su regente fue su madre María de Medicis. Debido
a la incapacidad de la regente, rodeada de consejeros
ambiciosos, padeció revueltas y levantamientos. En 1614, cuando el rey cumplió
su mayoría de edad, accedió al pedido colectivo de convocar los Estados Generales, teniendo en cuanta la crisis interior que padecía el reino.
En 1624, las dificultades eran incontrolables y
esto provocó que Luís XIII nombrara al cardenal Richelieu Jefe del Consejo
Real. Richelieu luchó contra la alta nobleza, creó un ejército permanente y una
administración provincial sometida a la Corona,
ya que tenía entre sus objetivos
acrecentar el poder del rey. Para esto
instituyó el sistema de intendentes en toda Francia, para vigilar a los
súbditos del rey y controlar el cobro de impuestos. El intendente es
fundamentalmente un inspector, un instrumento de la monarquía para hacer
cumplir sus disposiciones. Este funcionario tenía poderes generales de policía,
justicia y finanzas, entre otras cuestiones las
de: supervisar la recaudación de impuestos, vigilar el cumplimiento de
reglamentos y ordenanzas y presidir tribunales y las asambleas de las ciudades.
También se propuso terminar con los hugonotes, a partir de 1628 perdieron la
mayor parte de los privilegios
obtenidos por el Edicto de Nantes.
Otro
objetivo de Richelieu fue extender las fronteras de Francia hacia los límites
naturales de los Pirineos y el Rin, con esta idea se unió a los príncipes
protestantes que se oponían al emperador católico, Fernando II. Esto
desembocó en la Guerra de los Treinta años (1618-1648) que tuvo su origen por
la inestabilidad religiosa de Alemania y nuevas pretensiones de los Habsburgo.
El hecho detonante fue una revuelta en Bohemia. En un comienzo Alemania y
España tuvieron grandes triunfos sobre checos y daneses, sin embargo la
decisión final de la guerra estuvo a cargo de Francia.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La guerra de los
treinta años con Alemania tuvo fin con los tratados de Westfalia (1648) que establecieron importantes
cesiones de territorios a Suecia, Brandenburgo y Francia. Luego de la muerte de
Richelieu y Luís XIII (1643), el poder político fue ejercido por Ana
de Austria, regente de su hijo Luís XIV (1643-1715), la cual contó
con la fundamental colaboración del cardenal Mazarino. Este tuvo que
continuar y terminar la Guerra de los Treinta años que comenzó en la época de
Richelieu y el encargado de firmar la Paz de Westfalia, esta tuvo un gran
significado político para Francia debido a que no solo extendió las fronteras
naturales de este país hasta el Rin sino que puso fin a la supremacía española
en Europa y marcó el comienzo de la Francesa.
Entre los años 1648 y 1653 el cardenal Mazarino
sufrió un movimiento de oposición interna conocido como la Fronda, resultado de la unión momentánea de la
alta nobleza y la burguesía contra la política absolutista, los sublevados fueron reprimidos por las
fuerzas reales.
El
reinado de Luís XIV: el rey sol
Con la muerte del cardenal Mazarino en 1661, se
hizo cargo personalmente del gobierno de Francia. Luís XIV decidió gobernar por
sí mismo, con su consejo Privado y prescindiendo de las asambleas del reino
(los Estados Generales). Luís XIV distribuyó hábilmente el trabajo entre sus
colaboradores, de modo que ninguno pudiera acumular demasiado poder. No eligió a sus colaboradores en la nobleza
sino que eran de origen burgués, con la finalidad de acumular ilimitadamente el
poder real sin compartirlo con el Parlamento. Entre sus ministros se destacaron
Colbert, Louvois y Vauban Jean Baptiste Colbert, acompañó a
Luís XIV hasta 1682, quien se destacó por impulsar políticas económicas mercantilistas.
Disminuyó el gasto público, aumentó los ingresos
y estableció un presupuesto veraz. El impulso que le dio a los asuntos
vinculados con la agricultura, la
industria y el comercio, la marina y
las colonias, pudo amortizar la deuda pública y reducir el impuesto territorial
que recaía en los campesinos. Su
método tuvo como finalidad emprender una pacífica rivalidad con otras naciones.
Con este objetivo, Francia extremó la producción de sus manufacturas, de modo
de comprar lo menos posible a sus rivales internacionales y establecer derechos
aduaneros sobre sus productos, esta medida proteccionista garantizaba
que entre más dinero del que salía. Estas medidas no fueron aceptadas por la opinión francesa y detenida o
inutilizada por los excesivos gastos
de la Corte Real.
Famoso retrato
del Rey Sol realizado en 1701 por Rigaud, para su nieto, el rey Felipe V de
España, aunque finalmente el lienzo se quedó en Francia. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_XIV_de_Francia
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
El barroco
Hacia fines del
siglo XVI, el arte reflejó una nueva sensibilidad: el barroco. Se trataba de un
arte complejo, de formas trabajadas, en oposición a la sencillez y claridad
propias del Renacimiento. Esa sensibilidad se impuso durante todo el siglo
XVII, aunque su mayor esplendor puede situarse entre los primeros años del
siglo.
En poesía, se destacó Luis de Góngora, quien, junto a
Francisco de Quevedo, fueron las cabezas de los estilos que suelen designarse
como culteranismo y conceptismo.
El teatro tuvo su
mejor representante en Pedro Calderón de la Barca, autor del célebre drama La vida es sueño. También se afirmó la
novela picaresca, que relataba aventuras de pícaro, como el Lazarillo de Tormes.
El arte barroco
ocupó todo el siglo XVII y la primera
mitad del siglo XVIII. Nació y
se desarrolló en la Roma de
los papas, como una reacción contra la austeridad
protestante de los templos: marcó así el triunfo de la Iglesia católica después de
Trento.
La consolidación
de las monarquías absolutas determinó, al mismo tiempo, la necesidad de
reflejar la grandeza del monarca. El barroco fue, más que un estilo bien
definido, una tendencia común a todas las artes que en ondas concéntricas, se
difundió por casi toda Europa e Iberoamérica.
El estilo barroco
rompió el equilibrio clásico rebelándose contra las formas establecidas en el
Renacimiento. La proporción y la mesura dieron paso a la obsesión por el
movimiento: la línea curva reemplazó a la recta, la fuerza, a la serenidad. El
barroco buscó impresionar a los sentidos mediante los efectos, los contrastes
de luz y sombra, el impulso de la pasión y el encanto imaginativo.
Es importante
mencionar que la escuela flamenca
tuvo su mejor momento en el siglo XVII con tres grandes pintores: Rubens, Van
Dyck y Rembrandt. Rubens se destacó por la belleza
del colorido y el gran realismo de sus
obras. Van Dyck solía vestir elegantemente a sus personajes, de modo que incluso las figuras bíblicas aparecen con
ropajes y adornos característicos de señores importantes. Rembrandt pintó toda clase de temas; se caracterizó por llevar a la
perfección el claroscuro en el espacio donde se disponen las figuras, que crea efectos
psicológicos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
El barroco en
América
Tenía toda la sensibilidad del alma mestiza. Como muchas de
las obras de este estilo fueron colectivas los nombres de sus autores
permanecieron en el anonimato.
El mercantilismo
El mercantilismo,
tienen una concepción estática de la riqueza, consideraba que ésta no se
producía y que lo único que podía hacer un país era acumularla a expensas de
las potencias competidoras. Por ello, la forma más eficiente y rápida de
obtener riquezas( especialmente metales preciosos) consistía en conquista
territorios y poblaciones sobre los cuales el Estado podía extender su sistema
de recaudación fiscal, para incrementar asís sus ingresos.
Esta doctrina
económica sostenía que era necesario tomar por parte del Estado una serie de
providencias, tendientes a que entrara al país la mayor cantidad posible de
dinero o metal precioso y saliese lo menos posible de estos codiciados
elementos.
El mercantilismo
español tuvo carácter defensivo. La legislación hispana trató de conseguir que
la enorme masa de oro y plata que llegaba entonces de América no pasase a otras
naciones, ni en mínima parte, pero este propósito fracasó en la práctica por
imperio de las leyes económicas, imposibles de neutralizar. España prohibió la
salida de dinero y de lingotes de metal precioso, hecho que produjo inflación,
alza de precios y crisis económica, lo cual perjudicó a la nación. Además, los
altos precios atrajeron a España a industriales de Francia, Inglaterra y
Holanda, y como el gobierno de Felipe II y sus sucesores llegó a prohibir la
exportación de mercaderías producidas en España, la balanza comercial resultó
cada vez más desfavorable. Se hicieron combinaciones monetarias que dieron a la
divisa española un valor legal distinto del verdadero.
Con todas estas
disposiciones no pudo impedirse una abundante exportación clandestina de
metales preciosos, exportación tanto más necesaria cuanto que la industria y la
agricultura hispanas estaban arruinadas, provocando, al par que una pobreza
general, una aguda falta de alimentos y productos manufacturados, que se
obtenían con relativa facilidad en el extranjero. Los países industriales de
Europa, por otra parte, directamente o mediante contrabando o indirectamente
por vía legal, con la intervención de mercaderes españoles, surtían a las
colonias de América de todo lo que éstas necesitaban.
Las leyes
españolas y las prohibiciones reglamentarias no lograron impedir que el oro
americano se deslizase de las manos españolas hacia los pueblos franceses,
inglés, holandés y de algunos Estados alemanes e italianos.
La revolución
científica
Los sabios del
siglo XVII produjeron obras maestras sobre las cuales se basaría la cultura de los siglos siguientes. Estos intelectuales hicieron posible el
gran desarrollo de las lenguas
nacionales, y el pensamiento, liberado de la teología y de la escolástica
medieval, alcanzó puntos culminantes.
Los estudios y
experiencia de Galileo, Copérnico y Kepler abarcaron parte del siglo XVI y se
proyectaron en el siglo XVII preparando el camino para otras aportaciones
científicas: la teoría heliocéntrica quedó absolutamente consagrada. Los
extraordinarios estudios del matemático y físico inglés, Isacc Newton
culminaron con el enunciado de las leyes de la gravitación universal (1680) con
lo cual dio a la ciencia la confianza en su propio poder.
El francés René
Descartes publicó en 1637 el Discurso del Método, primera obra de filosofía
escrita en francés. Su influencia se hizo sentir sobre todos los intelectuales
de la época, al asentar los principios generales y las bases de la esencia
moderna.
Descartes fue también el creador de la geometría analítica e
introdujo innovaciones en la nomenclatura algebraica. Sus obras constituyeron
la expresión de un mundo nuevo.
HISTORIA
DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Por la vereda racionalista abierta por él, transitaron, en el
siglo XVII, otros importantes filósofos como Spinoza y Leibniz.
Spinoza publica
en 1675 su Ética. En ella aplica la razón humana y el sentido matemático al
conocimiento de Dios. Por su parte, el alemán Leibniz multiplicó la potencia de
la matemática al crear el cálculo infinitesimal.
La Inglaterra de los Tudor
En el año 1485, Enrique Tudor, un noble de origen galés, consiguió
llegar al trono con el nombre de Enrique VII (1485-1509). Este
restableció el orden en el reino inglés en un corto tiempo. Fue muy querido por
el pueblo inglés. A su muerte, Inglaterra estaba organizada y sentó las bases
de una Inglaterra absolutista y se vislumbraba un gran crecimiento económico.
Lo sucedió su
hijo Enrique
VIII (1509-1547), quien se destacó implantar el cisma religioso,
provocando la ruptura con el Papa y luego haciéndose cargo del control de la
Iglesia de Inglaterra.3 A Enrique VIII le sucedió Eduardo
VI (1547-1553), hijo de su matrimonio con Juana Seymour, pero este
permaneció muy poco tiempo en el trono inglés por su prematura muerte. A
Eduardo lo sucedió en el trono María (1553-1558), su media hermana,
hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón (hija de los
Reyes Católicos). María restableció la religión católica en Inglaterra. Esto
último, y su matrimonio con Felipe II la volvieron impopular entre los ingleses
que no eran católicos. A María le sucedió su media hermana Isabel, hija de Enrique
VIII y Ana Bolena.
Reinado de Isabel I de Inglaterra
Isabel I (1558-1603) asumió el trono en el año 1558, elegida como reina a los 25 años. Se supo rodear de ilustres
consejeros, pero ella ejerció netamente el poder real, siendo la más
absolutista de todos los monarcas
ingleses. Tuvo varios objetivos, y entre ellos podemos destacar: La
consolidación del anglicanismo en Inglaterra,
pues Isabel I no toleró la libertad religiosa de Enrique VIII y la
restauración católica de la reina
Maria. Persiguió a los católicos que
no la reconocían como cabeza de la iglesia
anglicana y a los demás disidentes.
No soportaba una opinión diferente de la suya en
materia religiosa. También intervino en los asuntos de otros Estados para extender el dominio de
Inglaterra. Lo concretó con el apoyo
prestado por Isabel a los rebeldes
de los Países bajos del Norte
(Holanda), y fue una de las causas de la independencia
de estas posesiones españolas. Cabe destacar el triunfo de Isabel contar la Armada
Invencible de Felipe II de España. Isabel I alentó a la piratería de los corsarios ingleses contra galeones españoles y los saqueos y devastaciones sobre las colonias españolas en América.
Durante el largo
reinado de Isabel I, se produjo un
importante desarrollo económico del reino. Hubo un gran aumento de la
población, avances en la agricultura, la ganadería, la minería y en las manufacturas de lana. Londres se
convirtió en un activo centro comercial, con sus compañías comerciales, sus
astilleros navales y su puerto, por entonces uno de los más importantes de Europa.
A esto se le suma un periodo
de renovación intelectual propiciada por La Reforma y el Renacimiento donde
brillaron artistas e intelectuales como Shakespeare, Ben Johnson, Francis
Bacón, Spencer, entre otros. Isabel murió el 24 de marzo de 1603 y con
ella termina la dinastía Tudor.
Retrato de Isabel I (de autor
anónimo, hacia 1589), conmemorando la derrota de la armada española
(representada en el fondo). Obsérvese el globo terráqueo bajo la mano derecha
de la reina, símbolo de su poder mundial. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Isabel_I_de_Inglaterra
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Los límites al absolutismo en Inglaterra: La
monarquía parlamentaria
El absolutismo
se inició en Inglaterra durante el reinado de los
Tudor, que aprovecharon el debilitamiento de la nobleza para
mantener el Parlamento bajo su dominio, convocándolo y disolviéndolo cuando
quisieron.
El
absolutismo de los Tudor y sobre todo de Isabel, no disgustó a los ingleses. La
prosperidad en el interior del país y la gloria exterior del reino les
proporcionaba una grata compensación a falta de su libertad.
A la muerte
de Isabel, la llegada al trono de los Estuardo despertó en el Parlamento la resolución
de recuperar sus antiguos privilegios.
La dinastía Estuardo
El primer
rey Estuardo, Jacobo I, partidario del absolutismo, pretendió imponer su
voluntad no sólo en lo político sino también en lo religioso. Calvinista
presbiteriano, pasó con entusiasmo al anglicanismo para poder ser jefe de la
religión oficial; pero anunció luego sus intenciones de no tolerar otro culto
en todo el territorio inglés.
Se hizo
inevitable el conflicto entre el Parlamento y el poder real. Contra el doble
absolutismo (político y religioso) del monarca, las Cámaras reclamaron su doble
libertad: el respeto a las atribuciones parlamentarias y la tolerancia de todas
las sectas protestantes.
Los veintidós años del reinado de Jacobo I fueron una larga lucha
contra el Parlamento.
El rey lo disolvió cuatro veces y no lo convocó durante los siete últimos años de su vida. A su
muerte, él y su dinastía se habían vuelto totalmente impopulares.
Carlos I, su
hijo y sucesor, se halló ante el grave problema de las relaciones entre la monarquía
y el Parlamento. Absolutista como su padre, trató de complacer al país
convocando a las Cámaras. Éstas se apresuraron a hacerle firmar la Petición de
Derechos, en 1628. Por ella, el Parlamento se reservó la votación de los
impuestos, se estableció que, en adelante, no se podría detener a un ciudadano
sin declararle el motivo de su arresto y que cada cual sería juzgado por sus
pares. Pero al cabo de cuatro años, cansado de la oposición sistemática de las
Cámaras a las prerrogativas reales, el rey prefirió gobernar prescindiendo de
ellas.
Esa larga supresión acumulo rencores en todo el país. Once años
después, Carlos se decidió a reunir de nuevo el Parlamento, a fin de que votara
subsidios especiales para una nueva guerra contra los rebeldes escoceses.
Pero esta vez las Cámaras de los Comunes proclamó que “no podía ser disuelta sino por su
propia decisión”. La resolución surtió efecto, porque las Cámaras duraron trece años, constituyendo lo que se llamó
Parlamento Largo. Cuando intimaron al rey a que sometiera a su aprobación el
nombramiento de los ministros,
Carlos se negó y estalló la guerra civil.
En ese
momento surgió la figura de Cromwell. Austero y rígido en su fanatismo
puritano, era, a la vez, astuto, desconfiado, hipócrita y ambicioso. Su
innegable inteligencia y su enérgica voluntad, le dieron, de repente, singular
popularidad y llegó a gobernar como dueño absoluto, a ese mismo pueblo que sublevó
contra el odiado despotismo de lo Estuardo, en la revolución de 1648.
Enemigo declarado de la monarquía, se impuso al Parlamento y al
ejército, se rodeó de una élite de escuadrones llamados costillas de hierro y
dando muestras de sorprendentes cualidades militares, derrotó varias veces a
Carlos I, quien cayó prisionero y fue ejecutado en Londres.
La república de
Cromwell
Cromwell
proclamó la República inglesa en 1648. Del Parlamento, cuyas atribuciones había
pretendido defender, solo conservó a los Comunes. Esta cámara quedó reservada a
sus partidarios. Disolvió a los Lores, por ser monárquicos. Cromwell impuso el
puritanismo como religión oficial. Anglicanos, católicos y disidentes no
puritanos fueron perseguidos sin cuartel.
Irlanda fue
horriblemente saqueada, por ser católica; su población fue despojada, de sus
tierras y sus dueños vendidos con ellas. El pueblo, perseguido, emigro en masa.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Diez años soportó Inglaterra el terror de la dictadura militar de
Cromwell; pero le perdonó las violencias de su política interna en
consideración a su política exterior, que confirió a Gran Bretaña importancia
de gran potencia.
En 1651, se
estableció el Acta de Navegación, que resolvía que “todo barco extranjero sólo
podría importar a Inglaterra los productos de su nación”. De esta manera, el
comercio holandés y el francés fueron restringidos y se obligó a los ingleses a
crear una flota mercantil para mantener la prosperidad de intercambio colonial.
A partir de
1653 y hasta su muerte, el gobierno de Cromwell fue conocido como Protectorado,
porque el dictador obtuvo el título de Protector
de la República de Inglaterra, Irlanda y Escocia, con derecho a designar a su sucesor, lo que hizo que su poder
fuese hereditario.
Después del corto gobierno del hijo de Cromwell, un Parlamento
extraordinario restableció la monarquía y restauró a los Estuardo en el trono;
pero exigió a Carlos II, el nuevo rey, la libertad de culto para todos los
protestantes.
En el orden
político, el Parlamento ejerció represalias contra los regicidas; pero se
mostró cauteloso para impedir el retorno del absolutismo. En el orden
religioso, el anglicanismo se conservó como religión oficial; pero se tomaron
severas medidas contra el catolicismo. El Parlamento votó el Bill del Test
(1673) que imponía que todos los funcionarios profesaran la religión anglicana
y les exigía firmar una declaración contraria al credo católico, lo que excluía
definitivamente a los papistas de los cargos públicos.
Con el Bill del Habeas Corpus, garantizaron a los ciudadanos la
libertad individual. Obligaban a los jueces a llamar a todo preso a su
presencia dentro de las 24 horas de su detención, y a darle libertad provisoria
sin no se comprobaba debidamente el motivo.
Carlos II
disolvió el Parlamento, pero muy pronto volvió a convocar otro, el cual aprobó
el Bill de Exclusión que excluía a su hermano Jacobo de la sucesión.
Tories y Whigs
La
presentación del Bill de Exclusión y la consiguiente
eliminación de Jacobo para acceder al trono, dividió la opinión parlamentaria. Se formaron dos partidos: los tories y los whigs. Los primeros eran partidarios de la legitimación de los Estuardo y por lo tanto contrarios al Bill de Exclusión. Los
Whigs apoyaban la exclusión
sosteniendo firmemente los derechos
del Parlamento.
Finalmente, los Tories, con el apoyo de la Cámara de los Lores,
impidieron que el Bill de Exclusión se convirtiera en ley y a la muerte de
Carlos II, le sucedió su hermano Jacobo II, con la condición de que conservara
sin alteraciones el gobierno de la Iglesia y el Estado.
Pero algunas
medidas lo hicieron impopular, especialmente la Declaración de Tolerancia para
los católicos y el mantenimiento en el gobierno de muchos funcionarios de esa
confesión. El Parlamento esperaba que a su muerte lo sucediese su hija María,
que era protestante.
La gloriosa Revolución de 1688
Un hecho
inesperado agravó la situación del
rey: en 1688 su segunda esposa dio a luz un niño, lo cual significaba la eventual continuación de
un católico en el trono.
Frente a
este hecho, Tories y Whigs, se pusieron de acuerdo en reemplazar a Jacobo II y
ofrecieron la corona a Guillermo de Orange y a su esposa María (esta última
hija de Jacobo II).
Guillermo y su
esposa respondieron al llamado en “nombre del protestantismo y las libertades
públicas” y arribaron secretamente a Inglaterra con un ejército.
Jacobo II
huyó a Francia; el Parlamento, tras declarar el trono vacante y aprobar una
Declaración de derechos, aceptó la coronación de los nuevos monarcas.
Lo que los
ingleses llaman la gloriosa revolución fue
una revolución silenciosa. A través de ella, Inglaterra conquistó las
libertades políticas que el resto de Europa tardaría mucho en adoptar:
- el Acta de
Tolerancia permitió el ejercicio del culto a los
protestantes no anglicanos, pero les
prohibió el acceso a los cargos públicos;
-
el poder sería compartido por el rey y el
Parlamento;
-
los reyes no podían suspender la aplicación de las leyes ni eximir a nadie de las sanciones
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
provenientes de éstas,
-
no se cobrarían impuestos ni se organizarían
ejércitos sin la autorización previa del Parlamento,
- el Parlamento
tenía la facultad de dictar las leyes, y ninguno de sus miembros
podría ser detenido por sus opiniones.
Posteriormente, el Parlamento votó el Acta de Sucesión (1702) que
establecía el orden necesario de la Corona y la exclusión de los católicos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Unidad V: La era de las revoluciones atlánticas
La ilustración.
En el siglo
XVIII marca un punto de ruptura con el pasado. En ese tiempo, un grupo de
pensadores, principalmente franceses, intentaron una explicación racional para
todas las cosas y buscaron crear para el hombre un mundo mejor. Pensaba que era
necesario liberarlo de todas las injusticias, lo cual, en definitiva, llevaría
a la caída del Estado absolutista.
Estos
pensadores exaltaba lo que ellos llamaban “la suprema cualidad del hombre”: la
razón. Sólo a través de ella es posible acceder al conocimiento. La razón “guía
al hombre hacía la sabiduría y lo conduce a la verdad”. Como vemos, para los
filósofos del siglo XVIII la razón es guía y luz que ilumina el conocimiento.
De ahí el nombre de iluminismo o ilustración con que se denomina a este
movimiento intelectual.
Por
extensión, se llamó siglo de las luces al siglo XVIII que fue el tiempo en que
se expresaron estos pensadores.
Junto con la
exaltación de la razón, los iluministas, enaltecieron algunos valores sociales
como la tolerancia, la felicidad y el progreso.
Propusieron
nuevas formas de organización social y política, y criticaron a las viejas
instituciones caracterizadas por la intolerancia, el absolutismo y la censura a
la libre expresión de la ideas.
El
racionalismo de los filósofos de la Ilustración los llevó a tomar una posición
contra la Iglesia. Al afirmar que la fuente de todo conocimiento es la razón
humana, relativizaron el valor de la fe y de los dogmas religiosos, porque todo
lo que estuviera fuera de la naturaleza perdía interés para los iluministas.
Sin embargo, si bien el ateísmo se difundió en algunos círculos intelectuales,
el pensamiento ilustrado se volcó hacia el deísmo, es decir la aceptación de un
ser supremo regido por una religión natural apoyada en la idea de que hasta
Dios puede ser explicado de manera racional.
Esta
concepción del mundo fue asimilada por amplios sectores de la burguesía aunque
conquistó también a ciertos vínculos aristocráticos. Las academias y las
universidades constituyeron los centros difusores de estas ideas.
Los pensadores iluministas
Uno de los críticos más demoledores del régimen y las costumbres
absolutistas fue Voltaire (1694- 1778). Agudo y cáustico; famoso por su
brillante estilo e ironía, cultivó tanto la literatura, como la historia y el
ensayo político.
Su fama
trascendió las fronteras de Francia y muchos reyes se disputaron su amistad.
Influido por Locke, fue un admirador de la organización política inglesa que
exaltó en su obra Carta sobre los
ingleses. Fue famoso por sus críticas irreligiosas y por su constante
negación de los dogmas tradicionales, al mismo tiempo que defendía
enérgicamente la libertad de expresión y la justicia.
Montesquieu
(1689-1755) fue otro de los grandes
críticos de las costumbres e instituciones de Francia. En su obra El espíritu de las leyes, escrita bajo la influencia de Locke, desarrolla la idea
de la división de poderes adoptada por el todo el constitucionalismo moderno.
Otra figura
decisiva de este siglo fue Juan Jacobo Rousseau (1712-1778). En su obra máxima,
El contrato social, defiende la
soberanía popular. Con esta doctrina, Rosseau sienta las bases de la democracia
y el sufragio. Su pensamiento social y político influyó decisivamente en la
Revolución Francesa y en algunos pensadores de la emancipación ciudadana.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Pensadores
del Iluminismo francés. Voltaire, Montesquieu y Rousseau. Fuente: http:
//es.wikipedia.org/wiki/Voltaire,
http://es.wikipedia.org/wiki/Montesquieu y http://es.wikipedia.org/wiki/Rousseau
Fisiocracia y liberalismo
Las ideas
reformistas del siglo XVIII influenciaron también en los economistas europeos
que se alinearon en dos escuelas: la escuela fisiocrática y la escuela del
liberalismo económico.
Los fisiócratas afirmaban que la agricultura era la única actividad
generadora de riqueza.
Por lo tanto,
eran antimercantilistas, se oponían al control de la economía por parte del
Estado y defendía la libertad económica. El lema que sintetizaba la doctrina
era “dejar hacer…dejar pasar, que el mundo correría por sí solo”. El creador de
la fisiocracia fue el médico Francois Quesnay quien sostenía que la economía
era regulada por la naturaleza, creada por Dios; por lo tanto, debía gozar de
total libertad.
Las ideas de los
fisiócratas franceses influenciaron profundamente en el escocés Adam
Smith, creador del liberalismo económico. En su obra La riqueza de las naciones, Adam Smith expone sus ideas contrarias
al mercantilismo y condena el control estatal de la economía y el monopolio comercial vigente en los sistemas coloniales. Defendía la idea del libre comercio internacional y
consideraba al mercantilismo como un escollo para el normal desenvolvimiento
del capitalismo. A pesar de la influencia de los
fisiócratas, Adam Smith afirmaba que la
verdadera fuente de la riqueza está en el trabajo. Esta idea se convirtió en el eje central de los economistas liberales.
El despotismo ilustrado
El
despotismo ilustrado es una forma de acción política llevada a cabo por algunos
reyes en la época de la Ilustración, momento en que empiezan a perfeccionarse
ideas revolucionarias contra las cuales los reyes desean protegerse.
En la
práctica, el despotismo ilustrado constituyó una política de autodefensa frente
al ímpetu de las nuevas ideas que amenazaban el poder absoluto de los reyes,
pues estos trataron de conciliar las nuevas ideas filosófico liberales con el
absolutismo del que no estaban dispuestos a renegar.
Los Borbones en España
Tras la
guerra de sucesión española, los Borbones iniciaron en España una serie de
reformas más o menos consustanciadas con las ideas renovadoras del siglo XVIII.
España comenzó a consolidar su deteriorada economía y mejoró los puertos y la
flota. Los Borbones introdujeron el régimen de intendentes vigente en Francia,
con lo cual se dio mayor participación a la burguesía en el manejo de los
asuntos de gobierno. En 1733 se firmó un Pacto de Familia que ligó a los
borbones españoles y franceses obligando a España a intervenir en conflictos
europeos.
Carlos III
(1759-1788) fue el rey a quien con más propiedad considerársele como enrolado
en la corriente del despotismo ilustrado.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Las reformas borbónicas
En la época
de Carlos III se promulgó el Reglamento de comercio libre entre España e Indias
(1778). Esta medida completó las reformas comerciales destinadas a flexibilizar
e impulsar la expansión económica. Se autorizó el comercio directo entre trece
puertos de España y veinticuatro puertos americanos.
Posteriormente,
se permitió la libre introducción de
negros con la intención de que los buques negreros, una vez vendido su cargamento humano, pudiesen
llenar sus bodegas con productos locales.
En Europa se
inició una campaña en contra de la Compañía
de Jesús. España no fue insensible a esa campaña que llegó a su punto
culminante a mediados del siglo XVIII. Finalmente, en 1767, Carlos III decretó
la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús. Las misione, así como
las escuelas y universidades regenteadas por la
Orden de Jesús, pasaron a ser dirigidas por otras órdenes religiosas.
Se
impulsaron medidas de orden político destinadas a agilizar la administración.
El crecimiento urbano, el aumento demográfico, el incremento del comercio, la
necesidad de agilizar la justicia y las obligaciones de tipo estratégico
obligaron a planear una nueva división política indiana.
Así, a los virreinatos iniciales de México y
Perú, se sumaron otros dos: de Nueva Granada y del Río de la Plata,
complementándose las reformas con la erección de las capitanías generales de
Venezuela y Chile, en tanto que se reorganizaron las de Guatemala y Cuba. Esta
nueva división política tenía por finalidad agilizar la administración de los nuevos
dominios españoles.
La creación del Virreinato del Río de la
Plata
El
Virreinato del Río de la Plata surge
de una necesidad geopolítica y estratégica. El conflicto mantenido con
Portugal, desde que en 1680 fundó en la Banda Oriental la Colonia del
Sacramento, actualizaba las aspiraciones expansivas de los lusitanos, interesados en dominar una de las márgenes del Río de la Plata. Por otra parte, los ingleses se proyectaban amenazantes
sobre las Malvinas y las costas
patagónicas, buscando establecer bases operativas con la intención de dominar el Atlántico Sur.
Desde el
punto de vista económico, el Río de la Plata estaba en condiciones de disputar
la supremacía ejercida por los comerciantes de Lima. A través del
contrabando o mediante el nuevo
sistema de navíos de registro, Buenos Aires robusteció su posición económica y
no estaba dispuesta a sufrir postergaciones. En lo administrativo, las enormes extensiones y el constante
crecimiento demográfico dificultaban las tareas
de gobierno y los trámites judiciales.
Carlos III
comprendió que para frenar los intentos expansivos de algunas potencias sólo
cabía tomar una medida: crear en el Río de la Plata un centro político-militar
capaz de movilizarse con eficacia ante cualquier alternativa tendiente a
menoscabar la soberanía española.
En 1776,
cuando Inglaterra debía hacer frente a la sublevación de las colonias
norteamericanas, el monarca español resolvió actuar contra los portugueses,
contando con que los británicos no podrían acudir en su ayuda. A tal fin,
promulgó la Real Cédula del 8 de agosto de 1776, por la cual designó a Pedro de
Cevallos jefe de una poderosa expedición destinada a desalojar a los lusitanos
de la Banda Oriental, al mismo tiempo que se lo nombraba virrey provisional del
Virreinato del Río de la Plata. Finalmente, la real cédula de 27 de octubre de
1777 dio carácter definitivo al Virreinato del Río de la Plata designando
virrey a Juan José de Vértiz y Salcedo.
La Real
Ordenanza de Intendentes fue promulgada por Carlos III en 1782. A partir de
entonces, los vastos territorios de los virreinatos, capitanías generales y
demás territorios jurisdiccionales, quedaban divididos en nuevas entidades
políticas denominadas intendencias. El nuevo sistema aseguró y desplazó a los corregidores de indios.
Otra de las
medidas autorizadas por el rey fue la instalación del Consulado de Buenos
Aires. La nueva institución reguló, a partir de entonces, los pleitos
mercantiles, al tiempo que actuó como junta de protección y fomento del
comercio en todos sus ramos.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
La creación del Virreinato del Río de la
Plata Fuente: http://www.portaldesalta.gov.ar/fot2009/mapavirreinato.jpg
La Revolución industrial
“Se denomina Revolución industrial al fenómeno
tecnológico, económico y social experimentado en Gran Bretaña partir de la
mitad del siglo XVIII, como resultado del gran avance impulsado por el
maquinismo y por las circunstancias -excepcionalmente favorables- que ampliaron
la posibilidad de explotación de los recursos
naturales que impulsaron el desarrollo productivo.”68 Con
el desarrollo de la industria se aceleró la producción
de mercancías y se abarataron los costos
de las mismas. La maquina a vapor, cuya invención de le atribuye a James Watt, sustituyó la mano del
hombre. Este proceso de transformaciones se desarrolló en dos etapas. “Primero
sucedió una serie de cambios lentos y graduales en la organización de la producción en las zonas rurales; estas
transformaciones crearon las condiciones
para los nuevos cambios, más rápidos
y profundos. La segunda etapa, denominada despegue o estallido industrial, tuvo
lugar en las ciudades y consistió en la completa
transformación de la industria textil.
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
En Inglaterra,
hacia mediados del siglo XVIII, los cambios
en la organización de la producción
agrícola se aceleraron, y se registró un fuerte crecimiento en la producción de
alimentos, en particular, de cereales. Al mismo tiempo, el aumento incesante de
la población fue un estimulo para los productores
rurales, ya que les permitió contar
con un vasto mercado interno para colocar la producción y obtener ganancias. A
fines del mismo siglo, el proceso de urbanización también cobró un nuevo
impulso. Hacia el año 1800, en Inglaterra, en las
ciudades de Londres, Birmingham, Bristol, Leeds, Liverpool y Manchester
vivían más de 50.000 personas. En Gran Bretaña, la gran transformación de la agricultura estuvo profundamente
relacionada con la política de cercamientos.
Desde el siglo XV, los terratenientes
se ponían de acuerdo entre ellos, de manera privada, para apropiarse de tierras
que, hasta entonces, eran campos baldíos o terrenos explotados de manera
colectiva por comunidades den campesinos. Las tierras así apropiadas eran rodeadas por cercos.
A partir de
1750, los cercamientos de tierra se
extendieron todavía más porque los terratenientes
más poderosos contaron con el apoyo del Estado. El Parlamento británico
sancionó leyes que autorizaron la
ampliación de los enclosures. Esta
situación favoreció la concentración de la propiedad rural, ya que cada vez mayores extensiones de tierra pasaron a ser propiedad
privada de un reducido número de terratenientes. Al mismo tiempo, los dueños de grandes propiedades
eliminaron las últimas relaciones de servidumbre, expropiaron las tierras de los poseedores de pequeñas parcelas y
expulsaron a los llamados squatters,
campesinos que ocupaban ilegalmente terrenos baldíos o fiscales. Los expulsados
de las zonas rurales tuvieron,
forzosamente, que emplearse como asalariado de las nuevas fábricas que se estaban organizando en las ciudades.”
Además de
esta política de cercamientos que concentraba en pocas manos la propiedad de la
tierra, a partir del siglo XVIII se empezó a emplear en el trabajo agrícola,
nuevas técnicas de trabajo y maquinarias. Por ejemplo se dio mayor
productividad a la tierra mediante el empleo del sistema Norfolk70. Para la implementación de este sistema de rotación de cultivos,
era necesario poseer una mediana o gran extensión de tierras. Este proceso fue
ampliando aun más la brecha entre latifundistas y pequeños poseedores de
terrenos. Además se empezaron a emplear trilladoras, arado de hierro y
sembradoras mecánicas. A estas herramientas para el trabajo agrícola, solo
podían acceder los grandes terratenientes, aumentando aun más la brecha social.
Estas transformaciones hicieron desaparecer, de a poco, a los minifundistas, al
no poder competir en el mercado con los productos de los grandes
terratenientes. Los pequeños poseedores de tierras terminaban hipotecando sus
tierras y luego vendiéndolas, sin quedarles otra que emigrar a las ciudades y
emplearse en alguna de las nacientes fábricas.
De la
manufactura a la producción industrial
“Entre 1770 y 1780 se registró el estallido de la Revolución
Industrial, proceso que algunos historiadores denominan despegue industrial -en
ingles take off. La combinación de la máquina de vapor (que reemplazó la
energía humana por la energía producida por la combustión del carbón) con los
telares mecánicos que hilaban algodón permitió elaborar mayor cantidades de
telas por hora de trabajo pagada a cada trabajador textil.
Los empresarios
capitalistas organizaron la nueva producción de manufactura textiles en
enormes edificios denominados fábricas, donde instalaron las
grandes y pesadas máquinas que eran de su propiedad. Los obreros concurrían a las
fábricas y cumplían largas jornadas de trabajo, a cambio de un salario que
apenas les alcanzaba para satisfacer sus necesidades básicas y las de su
familia. Desde entonces, las fábricas se transformaron en la base de la
organización económica capitalista. En ellas, el trabajo del obrero se alejó
cada vez más de la creatividad del artesano y pasó a ser una tarea rutinaria;
además, los trabajadores ya no elaboraban el producto en forma completa, sino
tan solo una parte de él. Para poder funcionar, las nuevas industrias
necesitaban circulación de dinero. Este era necesario para la instalación de
las fábricas y su mantenimiento, para la compra de las máquinas y de las
materias primas y para el pago de los salarios de los obreros. Por esta razón,
el desarrollo de la industrialización dependió de que los grupos sociales que
tenían dinero acumulado estuvieran dispuestos a invertirlos en la nueva
actividad industrial. En Inglaterra, algunos comerciantes y terratenientes
habían acumulado enormes cantidades de riqueza a partir de la comercialización
de las
producciones agrícolas y manufactureras en los mercados europeos y
coloniales. Estas riquezas acumuladas se convirtieron en capital cuando sus
propietarios comenzaron a realizar inversiones productivas en la industria.
Los capitales invertidos
en la nueva actividad industrial tuvieron un origen muy diverso. Una gran parte
provenía del negocio ultramarino que había enriquecidos a las compañías dedicadas al tráfico de
esclavos africanos y de productos asiáticos. Otras capitales se formaron con las ganancias de los terratenientes, en cuyas tierras se hallaron minas de
carbón, un combustible muy empleado en la fabricación
de vidrio y en la metalurgia. Otra
masa importante de capitales provino de los
ahorros de familias burguesas y de pequeños agricultores que decidieron
colocar su dinero en talleres y fábricas que ofrecían perspectivas favorables.
Los industriales británicos se beneficiaron, además, de la llegada de capitales
extranjeros, en particular, los provenientes
de los Países Bajos, ya que los
comerciantes holandeses preferían invertir sus ahorros en el país que
aparecía como la gran potencia que dominaba los
mares y los principales
mercados del mundo.”71 Las
consecuencias sociales: crecimiento urbano “El
desarrollo de la industrialización
provocó el crecimiento de los centros
urbanos. La concentración de las nuevas
actividades industriales en los talleres
y las fábricas establecidos en las ciudades fue un polo de atracción para
muchos campesinos y artesanos que buscaban trabajo. El crecimiento acelerado y
desordenado de la población urbana modificó el paisaje del territorio
británico. El éxodo masivo de pobres rurales a las ciudades extendió los suburbios
de los
centro manufactureros y provocó transformaciones en la vida cotidiana de la mayor parte de la población. En un
continente en el que la gran mayoría
de la población seguía viviendo en las zonas rurales, hacia 1801, en las ciudades
británicas vivía el 27,5 % del total
de la población del país. Londres, la
capital, que en 1600 reunía a 200.000 habitantes, llegó a tener, dos siglos más tarde, alrededor de 900.000 habitantes.
Los talleres y las
fábricas se fueron estableciendo en los suburbios,
y en los barrios alejados del centro
comercial y de las viviendas de los grupos más ricos. En los alrededores de las fábricas, se fueron
formados barrios habitados exclusivamente por obreros. Por la escasez de
recursos económicos de sus pobladores y por su rápido crecimiento, las
condiciones de vida en estos barrios pobres eran muy duras. La males
condiciones de higiene y salubridad, el hacinamiento al que estaban confinadas las familias de trabajadores en viviendas
de muy pequeñas dimensiones, el humo
y el hollín de la chimeneas de la
fábricas que en enrarecían el aire, originaron frecuentes epidemias de
enfermedades contagiosas, como el tifus, el cólera y el paludismo.
En muchas
ciudades industriales, la situación se agravó, además, porque no todos los que
llegaban en búsqueda de trabajo lograban conseguir un empleo efectivo. Sin
posibilidades a retornar a sus lugares de origen y sin un salario para
subsistir en la ciudad, muchos de los nuevos pobladores urbanos quedaron
expuestos a vivir en las calles como vagabundos o mendigos.
Los propietarios de
empresas y los comerciantes, así
como los profesionales, los funcionarios y los empleados de los comercios y en la administración se establecieron
en barrios residenciales, alejados de las zonas
fabriles. Por otra parte, las obras públicas realizadas por el Estado, como las redes de desagüe y alcantarillado, y
el ensanchamiento de las calles, solo llegaron a los barrios ricos; los barrios habitados por los trabajadores fabriles, en cambio, no
recibieron ninguno de estos beneficios. Así, las diferencias sociales, que se
fueron profundizando a medida que avanzaba la industrialización, se vieron
reflejadas en las condiciones de la
vida cotidiana de la población urbana.
La formación de la clase obrera y los
conflictos entre el capital y el trabajo
La difusión
del capitalismo y del sistema fabril provocaron la formación de un nuevo grupo
de trabajadores: los obreros
industriales. La reunión de un gran grupo de operarios de un mismo lugar
de trabajo, sometidos a un mismo régimen salarial y de disciplina
laboral, y que compartían las dificultades
de vivir en barrios muy humildes, hicieron que los obreros industriales comenzaran a considerarse integrantes
de un mismo grupo social, diferente a los otros.
Este nuevo grupo social comenzó a ser llamado proletariado industrial;
y proletarios, sus integrantes, porque carecían de toda propiedad, excepto sus
hijos (o prole, en latín).
Los obreros industriales
estaban sometidos a condiciones de trabajo
muy duras. Las jornadas laborales eran muy extensas: en muchos casos, se
prolongan hasta más de 14 horas; además, el régimen disciplinario para
incrementar la producción se fue haciendo cada vez más estricto. Con el objetivo de aumentar la productividad de los trabajadores, los empresarios
pagaban salarios mayores a los capataces
o encargados de personal que lograban elevar los
volúmenes de producción. Por otra parte, las nuevas industrias emplearon
cada vez más mujeres y niños, a
quienes se pagaban salarios más bajos.
Los trabajadores
expulsados de las zonas rurales que se incorporaron al sistema de producción
fabril sufrieron cambios muy importantes en su vida laboral: quedaron
desprovistos de medios de producción propios y tuvieron que vender su fuerza de trabajo. En estas condiciones,
quedaron en una situación absolutamente desventajosa en sus relaciones con sus
empresarios capitalistas.
El desarrollo
del sistema fabril provocó la diferenciación cada vez más profunda entre los capitalistas, dueños de los medios de producción, y los trabajadores de la industria, que
vendían su fuerza de trabajo a cambio del pago de un salario. Algunos
historiadores consideran que cada uno de estos grupos conformaron una clase
social: burguesía y proletariado.
Las
relaciones entre estas dos clases sociales fueron, ya desde los primeros
tiempos del capitalismo, muy conflictivas, porque los dos grupos tenían intereses contrapuestos. Para acrecentar
sus ganancias, los capitalistas
extendían las jornadas de trabajo,
rebajaban los salarios o aceleran el
ritmo de trabajo de sus empleados. El aumento de la explotación provocó un empeoramiento de las condiciones de
vida de los trabajadores. Sin
embargo, las primeras formas de protesta o
de resistencia de los obreros
no tuvieron como objetivo el aumento de salarios o la mejora de las condiciones
de trabajo. Las primeras protestas populares, tanto entre los trabajadores asalariados del campo
como entre los obreros de las industrias urbanas, consistieron en
motines y protestas provocadas por el aumento del
precio de los alimentos, en
particular, del pan. Era frecuente que los terratenientes
retuvieran las cosechas de cereales en los graneros
para provocar un alza de los precios. Estas maniobras especulativas
causaban desabastecimiento de harina y el encarecimiento de los alimentos básicos de la dieta de los más pobres.
En
ocasiones, la hostilidad de los trabajadores se dirigió contra las
nuevas maquinarias que se empleaban en las tareas agrícolas y en la producción
manufacturera. Grupos de trabajadores que se sentían amenazados por el
desempleo ante el avance del trabajo mecanizado reaccionaron destruyendo
cosechas, cercados y, sobre todo,
trilladoras mecánicas, tijeras de esquilar y telares. Estos movimientos de
destructores de máquinas fueron conocidos como luditas, denominación
derivada del nombre de uno de sus
líderes más activos, llamado Ned Ludd, un tejedor de medias de
Leicester. Luego de estas primeras reacciones más o menos espontáneas, fueron
cada vez más frecuentes otras formas
de acción colectiva, organizadas por asociaciones de trabajadores que
luchaban por la defensa de los intereses
de la clase obrera. Hacia fines del siglo XVIII, en Gran Bretaña y en Francia,
se comenzaron a formar sindicatos y comités que agrupaban a los obreros por su oficio o actividad.
Así, se fueron haciendo habituales las protestas
por mayores salarios y mejores condiciones de trabajo organizadas por los obreros de las minas de carbón, de las canteras,
de las fábricas textiles y, también, por los cardadores, sastres y sombrereros.
A medida que
el proceso de industrialización avanzaba y se hacía evidente que las posibilidades
de la sociedad capitalista de producir cada vez más bienes no significaba una
mejora del nivel de vida de los trabajadores, los conflictos se generalizaron.
La vida en un mismo barrio, el sometimiento a las mismas condiciones laborales
de explotación y a la posibilidad de asociarse para plantear demandas a los
empresarios generaron entre los trabajadores la conciencia de que formaban
parte de una misma clase social y de que debían organizarse para luchar en
defensa de sus propios intereses.”
Las Revoluciones políticas: la Independencia
de los Estados Unidos
“Durante la
primera mitad del siglo XVIII, Las Trece Colonias inglesas de América
del Norte prosperaron; y los colonos fueron avanzando hacia el oeste ocupando
territorios cada vez más alejados de las costas atlánticas. Las actividades
económicas de las colonias del norte y del sur se diferenciaron claramente. En
el norte, se desarrollaron el comercio, la pesca y la fabricación de
barcos. La construcción
de embarcaciones permitió la organización de un circuito comercial no
controlado por Inglaterra, a través del cual se realizaba un importante
comercio de contrabando. Los colonos que controlaron este circuito lograron
acumular capital, que luego invirtieron en la producción de manufacturas.
En las colonias
del sur, en cambio, se organizaron plantaciones que producían algodón, arroz,
tabaco y añil –una tintura muy demandada por la industria textil británica- ,
productos que eran exportados a Inglaterra. Las plantaciones eran propiedad de
una minoría de colonos blancos y muy ricos, que empleaban como mano de obra a
una enorme cantidad de nativos africanos sometidos a la esclavitud. Hacia fines del siglo XVIII, la Corona británica obligó a los colonos norteamericanos a pagar nuevos
impuestos para financiar los gastos
militares que generaban las guerras europeas. El Parlamento ingles votó la Ley
de azúcar, que fijaba impuestos sobre la
entrada de ese producto a las colonias,
y, luego, la Ley del timbre, según la cual los
documentos legales debían pagar un derecho de estampilla.
Los colonos resistieron
la presión impositiva y manifestaron que el Parlamento ingles no tenia derechos
para aprobar impuestos que debían ser pagados por los habitantes de la colonias,
puesto que estos no estaban representados en él. Para discutir su situación, los colonos comenzaron a reunirse en
asambleas. En Virginia, la asamblea declaró que los habitantes de las colonias solo estaban obligados a pagar los impuestos votados por sus propios
representantes. Finalmente el 4 de julio de 1776, el Congreso reunido en
Filadelfia declaró la Independencia
de los Estados Unidos de América. La declaración de la Independencia
desató la guerra con Inglaterra, conflicto que duró cinco años y que fue
apoyado por Francia. Finalmente, Inglaterra reconoció la Independencia de los Estados Unidos de América del Norte de 1783.”
Pintura de John
Trumbull La Declaración de Independencia, donde recoge el momento de la
presentación del trabajo del Comité de los Cinco al Congreso. Fuente: http://logoshistoriauniversal.blogspot.com y http://es.wikipedia.org/wiki/Declaracion_de_Independencia_de_los_Estados_Unidos
La Revolución Francesa:
Las causas Como contamos en la Unidad 1,
“durante el siglo XVII, en Francia, los
reyes Luís XIII (1610-1643) y Luís XIV ((1643-1715), de la dinastía de los Borbones, lograron consolidar la autoridad política de la monarquía. El presidente del Consejo real de Luís XIII, el cardenal Richelieu,
organizó un ejército profesional y un cuerpo de funcionarios que, diseminados
por todo el país, cumplían con fidelidad y eficiencia la ordenes que emanaban del poder central. A pesar de algunos
levantamientos y revueltas populares, conocidos con el nombre de frondas, los Borbones reafirmaron el carácter
absoluto y despótico de la monarquía y tomaron las decisiones de gobierno por medio de decretos personales. La
Asamblea de los Estados, que en
Francia se llamaba Estados Generales, no fue convocada desde 1614 hasta 1789. Sin
embargo, en el siglo XVIII, por debajo de la aparente solidez del absolutismo,
comenzó a manifestarse una profunda crisis económica y social. Los costos por mantener el funcionamiento del Estado eran muy elevados debido a la existencia de un ejército permanente, a la gran cantidad de cargos burocráticos
creados por las reformas de
Richelieu y a los gastos de una
corte que vivía rodeada de lujos. Reunión de los Estados Generales franceses.
Fuente: http://distefanoster.blogspot.com
73 Ibídem. Pg. 101.
Los ministros de Hacienda
de Luís
XV (1715-1774) y de Luís XVI (1774-1792) intentaron
compensar el déficit en las cuentas públicas elevando la recaudación
impositiva. La decisión de cobrar un impuesto sobre todas las propiedades rurales provocó el
descontento de la nobleza, el
estamento que hasta entonces había gozado del privilegio de no pagar
obligaciones fiscales. La situación financiera se agravó aun mas cuando la
Corona decidió intervenir en la guerra de Independencia de las colonias
británicas en América del Norte, con el objetivo de debilitar a Gran Bretaña,
la principal potencia comercial y manufacturera de la época. Los gastos
militares acentuaron la crisis financiera del Estado y provocaron la reacción
de los nobles más poderosos.
Frente a las
presiones de la monarquía, muchos
nobles aumentaron la explotación de los campesinos y les exigieron el pago en
moneda de tributos cada vez más elevados. Al mismo tiempo, algunos sectores de la nobleza se propusieron acaparar la mayor
cantidad de cargos en el Estado para limitar y evitar la contratación de
funcionarios de origen burgués y, de
ese modo, conservar su influencia sobre el gobierno.
En 1789,
para frenar la reacción de la nobleza, Luís XVI convocó a los Estados
Generales: con esa decisión intentó atenuar las críticas a las medidas
oficiales, ya que hacía más de un siglo y medio que ningún rey francés
convocaba los estamentos para discutir sus decisiones de gobierno. Sin embargo,
la convocatoria puso en evidencia la debilidad política de la monarquía.
La Monarquía Constitucional
La reunión de
los Estados Generales, integrados
por los representantes de los tres estamentos en que se dividía la
sociedad francesa –el clero, los nobles y el llamado tercer estado en el que se
incluían los burgueses, los trabajadores urbanos y los campesinos- se realizó en un clima de
gran agitación social. Convocados por exigencia, de los nobles del Parlamento de París, durante el desarrollo de la
reunión, los representantes de los burgueses plantearon sus propias
reivindicaciones. Los burgueses eran
los que estaban en mejores
condiciones para encabezar las luchas antiabsolutistas: tenían recursos
económicos, y entre ellos había profesionales que habían ocupado cargos
públicos, que se habían desempeñado como funcionarios y tenían alguna
experiencia política. Los trabajadores urbanos y los campesinos, que en su mayoría eran analfabetos, estaban
totalmente marginados de la lucha política y solo tenían una representación
formal en los parlamentos.
Como
representante del tercer estado, los burgueses exigieron que todos los
diputados deliberaran en una misma asamblea y que los votos se contaran
individualmente. Con este objetivo, decidieron que ya no sesionarían como
Estados Generales, sino como una Asamblea Nacional. La Corona y los estamentos
privilegiados no aceptaron este criterio de votación porque si lo hacían,
perdían el control del parlamento. Hasta ese entonces, cada estamento votaba
por separado, y se contabilizaba un voto para cada uno. De este modo, el mayor
número de representantes del tercer estado no se reflejaba en el resultado de
la votación final.
Con la
finalidad de lograr una mayor presión sobre el rey y los estamentos privilegiados, los
diputados burgueses se retiraron de la reunión y juraron el compromiso
de jurar una nueva Constitución y formar una Asamblea Nacional. Para los diputados de la burguesía, la nación francesa estaba formada por el
pueblo de Francia, que incluía a todos los habitantes
del país, igualados en la condición
de ciudadanos.
Las acciones
de los representantes del tercer
estado alentaron la participación de
otros grupos sociales en la rebelión antiabsolutista. En la jornada
del 14
de julio de 1789, el pueblo de París – formado por una masa de
trabajadores pobres, empleados, artesanos, profesionales y pequeños
comerciantes- recorrió las calles de la ciudad
y, finalmente, tomó la Bastilla, la cárcel parisina. La
toma de la cárcel se transformó en un
símbolo, ya que fue interpretada
como el símbolo de la libertad frente
al absolutismo monárquico.
Al mismo
tiempo que el pueblo de París se movilizaba contra el absolutismo, la agitación
revolucionaria se generalizó entre los campesinos.
Los ecos de las luchas callejeras de París llegaron hasta las zonas rurales más
alejadas, noticia que provocó que muchos campesinos buscaran refugios en los castillos de la nobleza. Sin embargo, el estado de agitación y confusión
inicial se transformó en una súbita
reacción de los campesinos pobres
contra los señores feudales. En
muchos lugares del país, los campesinos tomaron por asalto los castillos y se apropiaron de los bienes de los nobles. Otros se integraron a las columnas de soldados que
marchaban sobre las principales
ciudades para sumarse al movimiento revolucionario. Los campesinos franceses
participaron en la revolución de 1789, no tanto
para luchar contra el absolutismo monárquico, sino una reacción contra los grandes propietarios que los explotaban exigiéndoles cada vez
mayores tributos.
Con el
triunfo del tercer estado en las jornadas de julio de 1789, se inició un largo proceso revolucionario que
duró un cuarto de siglo y transformó radicalmente la organización política y
social de Francia. Las primeras decisiones de los
diputados reunidos en la Asamblea
Nacional fueron la supresión de todos los privilegios
de la nobleza, cuyos integrantes
fueron obligados a pagar impuestos, y la eliminación
del diezmo, un tributo que la Iglesia
Católica recaudaba desde varios siglos atrás. Estas dos medidas fueron
decisivas para avanzar en la destrucción
del viejo orden feudal en el plano legal, ya
que les quitó a los estamentos privilegiados dos de sus
principales privilegios.
En la sesión del
27 de agosto d e1789, la Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano. En esta proclama, quedaron establecidos los
principios ideológicos que guiaban la lucha revolucionaria de los burgueses
franceses y sus aliados: la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Estas ideas habían sido defendidas y difundidas por los pensadores del
liberalismo y de la Ilustración.
En un principio,
los distintos sectores que
integraban el tercer estado hicieron un frente común porque compartían el
objetivo de derrocar el absolutismo. Pero, al poco tiempo, en las sesiones de la Asamblea Nacional
comenzaron a manifestarse las diferenciarse de intereses y opiniones entre los grupos revolucionarios. Los burgueses
con mayor poder económico –llamados girondinos, porque la mayor parte de
estos diputados eran de la provincia de La Gironda- tuvieron posturas cada vez más
moderadas, y se mostraron partidarios de negociar con la nobleza y con la monarquía. Temían, además, que la participación de los trabajadores urbanos y rurales pusieran en riesgo la posición
de privilegio que habían alcanzado luego de la disolución de los Estados Generales.
Otro grupo de
burgueses estaba formado por profesionales, los
pequeños comerciantes y los artesanos independientes. Este grupo tenía ideas más radicalizadas, y fueron conocidos
con el nombre de jacobinos –porque se
reunían en un convento, situado en la calle
San Jacobo, en París. Los jacobinos
contaron con el apoyo de los trabajadores
urbanos empobrecidos, en particular los de
París, que reclamaban el derecho al sufragio para todos los habitantes de Francia y la aplicación de medidas económicas
que aliviaran el hambre y las necesidades
de los más humildes.
Los sectores moderados
buscaron una salida política para frenar las propuestas más extremas. En la
sesión del 3 de septiembre de 1791, la Asamblea
proclamó una nueva Constitución y estableció como régimen de gobierno la Monarquía
Parlamentaria o Constitucional. Luís XVI conservó el poder ejecutivo
–aunque con facultades muy restringidas por el nuevo ordenamiento constitucional-
, y la Asamblea se reservó las
atribuciones legislativas y la designación de los
jueces. Para asegurarse el control político en el nuevo esquema de
poder, los girondinos limitaron el derecho al sufragio: solo se permitió votar a los ciudadanos que tuvieran una
determinada cantidad de ingresos anuales.
Representación de
la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Declaracion_de_los_Derechos_del_Hombre_y_del_Ciudadano
La I Republica
francesa
En 1791, el
rey Luís XVI intentó huir de Francia, y este hecho impidió a la burguesía
moderada seguir sosteniendo, junto con algunos sectores de la nobleza, a la
monarquía constitucional. Los grupos de nobles emigrados que pretendían
restaurar el absolutismo pidieron ayuda militar a otras monarquías absolutistas
europeas, con el objetivo de derrotar a los revolucionarios. Sin embargo, la
mayoría del pueblo francés consideró el intento de fuga del rey y el pedido de
colaboración a potencias extranjeras como una traición a la nación. En París se
sucedieron insurrecciones populares;
el rey Luís XVI
y su familia fueron encarcelados y, finalmente,
ejecutados en enero de 1793. La caída de la monarquía
abrió así el camino para la organización de un sistema republicano, en
el que el nuevo cuerpo de representantes denominado Convención (20 de
septiembre de 1792) reemplazó a la Asamblea
Nacional.
Los jacobinos –el grupo
más radicalizado de la burguesía- controlaron el nuevo gobierno, aliados con los trabajadores urbanos, a los que se llamaba sans-culottes. Los jacobinos y los sans-culottes estaban
de acuerdo en establecer el sufragio universal y en profundizar
el carácter republicano y democrático del proceso revolucionario. El problema
principal que debió afrontar la alianza de jacobinos y sans-culottes fue la
guerra con las potencias absolutistas
vecinas, las cuales temían que las ideas revolucionarias se expandieran por
el resto de Europa. En el marco de una
situación económica muy difícil por los gastos
que demandaba la guerra, el gobierno republicano profundizó las medidas
revolucionarias y, en 1793, sancionó
una nueva
Constitución. Además, suprimió los derechos
feudales que aun perduraban, abolió la esclavitud en las colonias francesas y aseguró los derechos del pueblo al sufragio universal, a rebelarse
contra los opresores y a tener trabajo
y alimentos.
En la nueva Republica, las decisiones eran tomadas por un Comité de Salvación Pública,
que estaba controlado por los principales
líderes jacobinos: Robespierre, Marat y Saint-Just. Este Comité
realizaba juicios populares contra los partidarios
del absolutismo y contra los opositores
al gobierno sospechosos de colaborar con las
monarquías extranjeras. Las decisiones de los tribunales populares de guillotinar a nobles y clérigos
contrarrevolucionarios profundizaron el temor entre los grupos moderados, que temían que la revolución se
radicalizara aun más. Además, los burgueses
más poderosos rechazaban el control de precios de los alimentos básicos establecidos por el gobierno
revolucionario. Esta medida, reclamada por los
sans-culottes, pretendía asegurar el abastecimiento de harina barata
para los más pobres. Pero, para
evitar la reducción de sus ganancias,
los grandes propietarios rurales y los comerciantes comenzaron a acaparar los cereales y a especular con el alza de los precios.
Ascenso y caída
del Imperio Napoleónico
En julio de 1794, los sectores más ricos de la burguesía de
tendencia moderada dieron un golpe de Estado y desplazaron del
poder a los jacobinos, algunos de cuyos líderes fueron ejecutados. El nuevo
gobierno, llamado Directorio, eliminó el sufragio universal y restableció el sufragio
censitario, que solo permitía votar a aquellos ciudadanos que probaran
tener cierto nivel de riqueza. De acuerdo con los principios del liberalismo
económico, el nuevo gobierno, además, anuló los controles de precios y
garantizó la libertad de comercio. Cada vez más, los gobernantes se apoyaron en
el ejército para asegurar la autoridad. Los militares no solo garantizaban el
control de las fronteras y protagonizaban exitosas campañas en el exterior,
sino que servían también para reforzar el orden interno ante cualquier intento
de sublevación popular. La situación de pobreza que sufría la mayoría de los
trabajadores urbanos y campesinos hizo temer a los burgueses más ricos el
estallido de nuevas revueltas populares. En 1799, Napoleón Bonaparte, un
general de origen burgués que, a partir de las victorias obtenidas en la guerra
contra las potencias extranjeras, contaba con el apoyo de la burguesía más
poderosa, dio un nuevo golpe de Estado. Convertido en el hombre fuerte de
Francia, Napoleón encabezó un gobierno llamado Consulado, en el que él
fue nombrado Primer Cónsul. A partir de entonces, desplegó una intensa
campaña política tendiente a concentrar el poder en su persona. En 1804, como
culminación de ese proceso, se coronó a sí mismo como Emperador de Francia.
Durante su
gobierno, Napoleón concentró fuertemente el poder político en su persona, pero,
al mismo tiempo, tomó decisiones que favorecieron la difusión y las ideas de
los principios que habían guiado a los revolucionarios de 1789 y el
desarrollo de las relaciones de producción capitalista. En 1804, sancionó el Código Civil, un compendio de leyes
que se transformó en modelos de los códigos
elaborados en otros países europeos décadas después. El llamado Código
Napoleónico consagró de manera definitiva la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y garantizó la propiedad privada – dos principios por los que habían luchado los burgueses
más ricos y moderados desde 1789-. La
guerras que Napoleón dirigió de manera exitosa
contra las potencias
absolutistas que rodeaban
a
Francia –Rusia, Austria, Prusia, España- consolidaron el orden burgués
en su propio país y, además, contribuyeron a difundir en Europa los valores,
las ideas y las instituciones de la revolución liberal burguesa.”
En realidad, “la lucha con Inglaterra marcó la política exterior de Napoleón desde su coronación como emperador
de los franceses. Los británicos comprendieron que la
hegemonía francesa en el continente supondría su aislamiento y un golpe mortal
a su comercio marítimo. Los aranceles proteccionistas de Bonaparte y la ocupación
de Hannover
(1803), estado alemán del que era originaria la actual dinastía inglesa eran, en su opinión, un serio aviso de
las pretensiones francesas. Por
ello, mientras España y los estados
alemanes meridionales respaldaban a Napoleón –Prusia permaneció neutral- , el
primer ministro William Pitt el joven formalizó en agosto de 1805 una nueva
coalición antifrancesa con Rusia, Austria, Suecia y, luego, Nápoles. La guerra se inició con un rotundo triunfo
para las armas francesas en el continente. En octubre, Napoleón entraba en
Viena después de batir al ejército austriaco en Ulm. Sin embargo, en el
mar, el desastre de Trafalgar (1805) obligó a Napoleón a desechar definitivamente
su plan de invadir las islas
británicas (…) Tuvo que cambiar su estrategia para reducir a los británicos. Primero, sometería a sus
aliados y luego atacaría definitivamente a una Inglaterra aislada. De acuerdo
con este plan, derrotó a los ejércitos
austro-rusos en Austerlitz (2 de diciembre de 1805) y obligó a Austria a firmar
por separado la paz de Pressburgo.
(…) Poco después, en 1806 Napoleón desalojó a los Borbones del reino de Nápoles
e instaló en el trono a su hermano José y, más
tarde, a su cuñado Murat. Tras la victoria
de Austerlitz, Bonaparte logró culminar su política territorial en Europa
central. Instigados por él, el 12 de julio de 1806, dieciséis príncipes
alemanes se declararon en Paris libres de cualquier vinculación con el Sacro
Imperio Germánico y constituyeron la Confederación
del Rin, una nueva organización territorial que, sometida al
protectorado francés, modificó profundamente el mapa territorial y político de
Alemania, y supuso el fin del milenario Sacro Imperio Romano Germánico.”75
“Con el fin de dificultar el contacto comercial británico con el
resto de Europa, Napoleón proclamó un bloque continental. Para
garantizarlo, emprendió campañas militares en la península ibérica, y ocupó
militarmente su territorio. En 1808, el emperador de los franceses destituyó al
monarca de España y nombró a su hermano, José Bonaparte, como nuevo rey
español.
Gracias a las brillantes victorias militares de
Napoleón, como las de Austerlitz en 1805, Jena en 1806 y Wagram en 1809, el imperio francés
se amplió considerablemente, y alcanzó su máxima extensión de 1812. En este
último año Napoleón decidió invadir Rusia con el fin de reforzar el bloqueo
continental. Ante el avance francés, el ejército ruso se replegó. La población
quemó los campos de cultivo, con los cuales las fuerzas invasoras estaban
imposibilitadas de obtener víveres para su subsistencia. Finalmente, las tropas
francesas lograron ocupar Moscú, pero tuvieron que abandonarla al poco tiempo,
debido a las dificultades para proveerse de alimentos y a la crudeza del invierno ruso. La retirada, finalmente, se convirtió en
desastre, y en gran parte del ejército invasor pereció. La magnitud de este
fracaso incitó a Prusia, Austria y a otros Estados a levantarse contra
Napoleón. En 1813 las fuerzas
aliadas lo derrotaron en la batalla de Leipzig (en la actual Alemania). En 1814, los
ejércitos coaligados invadieron Francia, y Napoleón abdicó. Luego de
unos meses de exilio en la isla de
Elba, Bonaparte desembarcó nuevamente en territorio francés y recuperó el
poder. Esta experiencia, denominada los cien
días, finalizó con su derrota definitiva en 1815, en Waterloo,
frente a las fuerzas británicas y
prusianas. La dinastía de los Borbones
fue restaurada en el trono francés. Napoleón Bonaparte fue confinado a la isla
de Santa Elena, posesión británica en el océano Atlántico, donde murió en 1821.”
Napoleón cruzando
los Alpes, obra de Jacques-Louis David. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Napoleon_Bonaparte
La
restauración absolutista y las revoluciones que consolidaron el orden burgués
“Con el fin de reconstruir el orden social y político anterior a la Revolución Francesa y asegurar los privilegios del clero y la nobleza, los representantes de las monarquías absolutistas más poderosas
de Europa –Austria, Rusia y Prusia- se reunieron en el llamado Congreso
de Viena y firmaron el Tratado de la Santa Alianza. Poco
después, adhirieron al tratado todos los demás
reyes absolutistas europeos. El objetivo declarado por los firmantes del acuerdo era defenderse del peligro de una nueva expansión militar francesa. Pero la
alianza se proponía, además, unir las fuerzas de los sectores más conservadores de Europa para frenar el avance
de los partidarios de las ideas liberales. El canciller austriaco, Klemens
von Metternich, defendió el derecho de los países integrantes de la Santa Alianza a intervenir
militarmente en cualquier lugar de Europa donde surgieran focos de rebelión social
y política contra
el orden sostenido
por la „unión del trono y el altar‟.
Solo el Parlamento inglés, en el que predominaban las ideas liberales desde la revolución de
1688, se negó a apoyar este principio intervencionista.
Sin embargo,
el proyecto de reconstruir el orden absolutista fracasó al cabo de pocos años.
El desarrollo de la economía capitalista, el ímpetu revolucionario de la
burguesía y la difusión de las ideas de la libertad e igualdad entre amplios
sectores de la sociedad europea tuvieron más fuerza que el intento restaurador.
A partir de
1820, las burguesías de distintos países de Europa protagonizaron varios
movimientos revolucionarios. En España, Portugal y en el Reino de las Dos
Sicilias, los partidarios del
liberalismo,
lograron que se sancionaran Constituciones para proteger los considerados
derechos naturales de las personas y para limitar el poder de los reyes. Desde
el punto de vista político, los liberales se proponían establecer monarquías
constitucionales y fortalecer el poder de los parlamentos.
La oleada
revolucionaria de 1820 fue derrotada por la intervención
de los ejércitos de la Santa Alianza. Sin embargo, comenzó a
resultar cada vez más evidente que la única
respuesta que le quedaba a los sectores más conservadores, para
mantener sus privilegios y continuar excluyendo a las mayorías de la política, era el empleo de
la fuerza militar.
En 1830, una
nueva oleada revolucionaria antiabsolutista sacudió a muchos países de Europa.
El primer movimiento estalló en Francia, entre el 27 y el 29 de julio,
durante las jornadas conocidas como los tres soles de julio, cuando
grupos de burgueses y trabajadores de París ocuparon las calles de la ciudad,
exigiendo que el rey Carlos X abdicara. Los sublevados
asaltaron armerías y levantaron barricadas para impedir el paso de las tropas
realistas. Finalmente, el ejército se negó a reprimir, y el rey debió abandonar
el país. Ante la situación de acefalía en el poder ejecutivo, la Cámara de
Diputados designó como rey de Francia a Luís Felipe de Orleáns, un noble que
se comprometió a defender los principios políticos del liberalismo.
Luego del éxito del movimiento insurreccional en
Francia, en otros países de Europa occidental, también se desarrollaron
revoluciones que lograron el establecimiento de monarquías constitucionales
como régimen de gobierno. Estos cambios fueron liderados por representantes de
la burguesía más poderosa, integrada por propietarios de industrias, grandes
comerciantes y banqueros. Los objetivos
políticos de este grupo era asegurar la vigencia
de las libertades individuales y
facilitar el libre funcionamiento de los mercados.
Al mismo tiempo, se procuraron por limitar los
derechos políticos de los sectores
populares por medio del establecimiento
del sufragio restringido o censitario,
que exigía cierto nivel de riqueza, o de instrucción escolar, para poder votar
o ser elegido como representante parlamentario.
Las revoluciones
de 1830 solo triunfaron en Europa occidental. En los países situados al este del río Rin, los reyes lograron sofocar violentamente los alzamientos y preservar el absolutismo. La causa principal
del fracaso de las revoluciones en
el oriente europeo fue la debilidad
del desarrollo de las relaciones de
producción capitalistas. Por esta razón, los
sectores políticamente más activos, formados por burgueses y
trabajadores urbanos, no tenían los recursos
suficientes para derrocar a las fuerzas
conservadoras. La gran mayoría de la población
eran campesinos que vivían en condiciones de extrema pobreza, muchos de ellos,
reducidos a la servidumbre y
sometidos al férreo control de la aristocracia
feudal.
En 1848, una
tercera oleada revolucionaria recorrió Europa. Esta nueva ola de revoluciones
también se inició en Francia, y su estallido estuvo relacionado con los
resultados de las revoluciones de 1830. Los gobiernos establecidos desde
entonces habían favorecido a los intereses de los burgueses más poderosos, pero
habían negado el derecho al sufragio a los burgueses y a los trabajadores que
no tenían las propiedades, los ingresos y el nivel de instrucción requerido
para votar.
El
descontento político se había ido agravando, desde 1845, como consecuencia de la fuerte crisis económica que afectó la producción de manufacturas industriales
y provocó el cierre de numerosos talleres y fábricas y el aumento del
desempleo. Al mismo tiempo, una serie de malas
cosechas provocó al aumento del precio de los
alimentos básicos de los sectores
más pobres. Los trabajadores,
amenazados por el hambre y la desocupación, organizaron protestas callejeras.
Solo en París, entre 1846 y 1848, medio millón de obreros quedó sin empleo como
consecuencia del cierre de los talleres
de los ferrocarriles. Finalmente, en
febrero de 1848, el rey abdicó; y fue proclamada la Republica. Una alianza social de trabajadores y de burgueses
radicalizados controló el gobierno de la II Republica Francesa. Las
medidas más importantes que tomó el
gobierno republicano fueron el establecimiento del sufragio universal, la
abolición definitiva de la esclavitud en las colonias francesas y la creación
de los llamados Talleres Nacionales estatales para
solucionar el problema del desempleo.
Por primera vez en todo el ciclo de
revoluciones liberales ocurridas en Europa desde fines del siglo XIX, los trabajadores participaron con sus
propios reclamos y con organizaciones independientes de los grupos de la burguesía liberal.
Rápidamente, sin
embargo, el temor de que la movilizaron
popular favoreciera a los socialistas
–que propugnaban una sociedad sin diferencias de clases sociales- hizo
que los líderes políticos de la burguesía
se unieran en torno a la defensa de
la propiedad privada y de la libertad
de mercado. Los dirigentes políticos de la burguesía en su conjunto se
propusieron, a partir de entonces, asegurar el funcionamiento del capitalismo.
El intento por garantizar un nuevo orden social los llevó a abandonar el
papel de fuerza revolucionaria que venían desplegando desde el siglo.
América
En América
comenzaron a ganar prestigio dos acontecimientos que se nutrieron
ideológicamente de la ilustración: la independencia de los Estados Unidos y la
Revolución Francesa. Todos estos hechos contribuyeron a debilitar el lazo
colonial.
Muchas ciudades
comenzaron a manifestar un cambio de identidad política y cultural. Conceptos
tales como soberanía popular, división de poderes, igualdad ante la ley,
libertad individual, fueron ganando terreno, transformando las concepciones
políticas y abonando el camino de emancipación.
El proceso revolucionario en las colonias
españolas americanas
Algunos
historiadores hablan de que había en el Virreinato del Río de la Plata contradicciones,
entre el desarrollo económico regional y el del mundo. Por ejemplo, Rodolfo
Puiggros nos dice: “tenia que llegar necesariamente la hora en que la sociedad
colonial entrara en crisis revolucionaria, como resultado de la contradicción
entre su grado inferior de desarrollo y el desarrollo del capitalismo en el
mundo, a un ritmo no conocido hasta entonces por ningún otro sistema social.”79 Es decir, el desarrollo iniciado en Inglaterra con la revolución
industrial, estaba en plena contradicción con la producción artesanal de las
manufacturas americanas, que heredaron del atraso español. Para comprender como
se fueron dando los distintos
procesos, que hicieron llevar a cabo la revolución de Mayo de 1810, que fue el
origen de los que hoy conocemos como
el Estado argentino, debemos describir la situación
de dos contextos: el externo y el interno. En cuanto al contexto externo podemos
apreciar la situación de la Europa
occidental. Napoleón Bonaparte, hacia fines del siglo XVIII y principios del
XIX, va conformando mediante
victorias contra las potencias absolutistas aliadas con Gran Bretaña, el Imperio
Napoleónico. Como dijimos anteriormente, después de la batalla naval de
Trafalgar (1805), donde la armada
británica destrozó a la armada franco-española (en ese entonces la Corona española era aliada de Francia),
Inglaterra se convertía en la dueña de los mares.
Napoleón Bonaparte se apresuró a dominar el continente, y después de las victorias contra Austria (Austerlitz),
contra Prusia (Jena) y contra los ejércitos
rusos del Zar Alejandro I (en las batallas
de Eylau y Friedland), decidió en Berlín, el 21 de noviembre de 1806, iniciar
el Bloqueo
Continental contra Inglaterra. Este bloque iniciaba la guerra económica contra los británicos.
“El bloqueo
fue un duro golpe para Inglaterra que, imperiosamente, necesitaba colocar el
exceso de sus productos manufacturados en existencia. Al ver cerrado a su
comercio la mayor parte de los puertos
del continente, los ingleses
emprendieron expediciones a distintos lugares del mundo en busca de nuevos
mercados. Los territorios españoles
de América, particularmente el Río de la Plata, fueron afectados por los sucesos europeos.”80 Es aquí donde se producen las llamadas Invasiones Inglesas en el
Río de la Plata, que luego veremos en detalle. Este contexto externo determinó
el contexto
interno, pues como veremos
más adelante, después de las invasiones
inglesas en el Río de la Plata se crearon milicias populares con criollos y se
destituyó al virrey Marques de Sobremonte, generando un quiebre en las relaciones entre españoles y criollos
en el virreinato. Es decir se empezó a poner en duda la autoridad española en el continente. Siguiendo con el contexto
interno, existía desde tiempo atrás un sector terrateniente ganadero, en la
región circundante a la ciudad de
Buenos Aires (es decir la región pampeana y el litoral), que padecía los controles del monopolio comercial
español y no los dejaba comerciar
libremente los productos derivados
de la cría de ganado. Este sector
adhería al libre comercio, contrario al monopolio español, y veía
a Inglaterra como la principal aliada comercial.
Cuando Buenos
Aires se convirtió en un nuevo puerto de entrada de productos (1778), la ciudad creció económicamente. Bueno
Aires se “vinculó con la zona minera de Alto Perú, en menor grado fue
estimulado también por el desarrollo de la ganadería de exportación. Con unas
valiosas mercaderías de exportación –plata y cueros- , Buenos Aires desarrolló
y favoreció este monopolio. Pero muchos comerciantes criollos, de los sectores de exportación de cueros, la trata de esclavos y la navegación,
deseaban que se liberalizara y extendiese el comercio, deseo que compartían los estancieros. Ninguno de estos grupos
representaba el pensamiento económico del interior, de Córdoba, Mendoza y
Tucumán, donde las industrias y la agricultura dependían de la protección
colonial.”81
Además, la
ciudad de Buenos Aires, albergaba un grupo de intelectuales que estaban
influenciados por las nuevas ideas del liberalismo ingles y el iluminismo
francés. “Estas ideas tuvieron un gran influjo entre numerosos criollos
quienes, al pretender su aplicación en sus localidades de origen, percibieron
claramente la dominación española como un obstáculo que debía ser derribado”82
Sin embargo, la
situación europea era la que determinaría el futuro de estos lugares. Napoleón
Bonaparte, para consolidar el bloque continental, en su guerra económica contra
Inglaterra, decidió en 1808 invadir Portugal, aliada de Inglaterra y entrada de
los productos británicos en el
continente. “Mientras el reino lusitano83soportaba
el embate franco-español84, Napoleón aprovechó un
conflicto dinástico entre Carlos IV y
su hijo Fernando para sentar en el trono a su hermano José. Pero, sin que
Napoleón lo hubiera previsto, el pueblo de Madrid se alzó contra los franceses. Estalló así la guerra de la independencia española, preludio de las guerras de liberación nacional contra Bonaparte.”
El rey de
España Carlos IV y su hijo Fernando fueron obligados a abdicar y llevados
prisioneros a Valençay (municipio del centro de Francia). “En las ciudades
españolas, se crearon juntas, encargadas del gobierno en
nombre del rey cautivo y hasta tanto este regresara al trono. Al mismo tiempo,
se creó la Junta Central, con sede en la ciudad de Sevilla, que tenia la
función de centralizar las decisiones de las juntas locales. (…) La crisis
española provocó el estallido de las tensiones acumuladas en los dominios
coloniales durante las décadas anteriores. El comercio con las colonias
americanas quedó interrumpido. Por este motivo, los virreyes autorizaron el
comercio entre las colonias españolas y otras colonias americanas extranjeras
y, más tarde, con países europeos neutrales. Esta decisión significó el fin del
monopolio comercial español.
Los criollos comenzaron
entonces a pensar como reemplazar, en forma provisional, a la autoridad real. A partir de 1808, en las ciudades de Chuquisaca, La Paz,
Caracas, Bogotá y Montevideo, algunos grupos de criollos propusieron la creación de juntas soberanas como las que se habían organizado en España,
que se hiciera cargo del gobierno hasta el retorno del rey al trono. Hasta ese
momento, los criollos no se
propusieron obtener la independencia.
Sus principales objetivos eran la libertad de comercio y una mayor
participación en los cargos públicos.”
En el Virreinato
del Río de la Plata, mientras tanto,
se producían las invasiones inglesas de 1806 y 1807, y con su reconquista se
destituía al virrey Sobremonte y se nombraba en forma provisoria a Santiago
de Liniers (junio de 1807). Carlos IV
lo confirmó en el cargo, pero después de su abdicación por parte de los franceses, algunos funcionarios del
virreinato veían a Liniers, de origen francés, como un posible agente de
Napoleón. En agosto de 1808, en plena función de la Junta Central de Sevilla, se le
envía una nota solicitando la destitución de Liniers y el nombramiento
de otro virrey. La Junta Central de Sevilla decidió reemplazarlo y nombró en su
lugar al marino español que participó en la batalla
naval de Trafalgar, Baltasar Hidalgo de Cisneros.
“En 1810, los franceses vencieron la resistencia española en
Andalucía. La Junta Central de Sevilla se disolvió, y se creó un Consejo de
Regencia en la ciudad española de Cádiz. Conocida la noticia de la caída de la
Junta, en diferentes ciudades coloniales, desde México hasta el Río de la
Plata, grupos de criollos encabezaron movimientos políticos que desconocieron
la autoridad del nuevo consejo e impulsaron la formación de gobiernos
autónomos.
Estas revoluciones
fueron organizadas por los cabildos, instituciones locales, en su mayoría,
controladas por las elites criollas. Convocados por los cabildos, los vecinos
de las ciudades más importantes debatieron si el pueblo de la colonia debía o
no reasumir el gobierno en tanto el rey estuviera en cautiverio. El 19 de abril
de 1810 en Caracas, el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires,
el 20 de julio
en Bogotá y el 18 de septiembre en Santiago de Chile, estos cabildos crearon
nuevas juntas de gobierno, controladas por una mayoría de criollos. En
México, en cambio, el movimiento revolucionario fue encabezado por indígenas y
mestizos. Ente hecho provocó temor entre los criollos mexicanos, quienes
sintieron amenazados sus intereses y privilegios, y mantuvieron su fidelidad a
la corona española.
A partir de 1810
en Hispanoamérica, se diferenciaron los grupos que se mantuvieron leales a la
corona española y los grupos que apoyaban los movimientos
Los gobiernos
revolucionarios y los grupos leales a la monarquía española, integrada
mayoritariamente por peninsulares, pero también por criollos, se enfrentaron en
una guerra que duró más de una década. A lo largo de este periodo, los
revolucionarios se dividieron entre los partidarios de romper definitivamente
el vinculo con España y quienes querían una salida más moderada, que consistía
en aceptar como rey a Fernando VII de vuelta en el trono y
establecer, en las colonias, gobierno autónomos controlados por criollos. En
muchas regiones, sin embargo, el temor de que los indígenas controlaran el
rumbo de la revolución consolidó la alianza entre criollos y españoles.”
HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
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HISTORIA
DE LA CIVILIZACIÓN 2º AÑO
Programa de Historia de la Civilización
de 2º año. Objetivos y contenidos....................... 3
BIBLIOGRAFIA................................................................................................................ 83
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